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La empatía en la terapia del habla y el lenguaje. (Parte IV)

Es conveniente sacar a la luz preocupaciones, reservas o reacciones equívocas, de tal forma que puedan ser abordadas y se posibilite un mayor compromiso en la intervención.
Ramiro Campos | 1/06/2009
Por último, con vistas a promover la generalización y el mantenimiento del cambio en el trastorno qu eafecta la comunicación del paciente logrado a través de la intervención, es conveniente que el terapeuta que es inicialmente muy activo y directivo, a medida que avanza la terapia, ocupe una posición más secundaria. Los padres tienen que aprender a ser los propios terapeutas de sus hijos en la etapa de automatizacion , a autorregular sus conductas de tal forma que se posibilite la consolidación del aprendizaje de las nuevas habilidades adquiridas mediante la terapia.
Progresivamente el terapeuta se irá convirtiendo en un observador de cómo el paciente se enfrenta por sí misma a los problemas, en lugar de intervenir con prontitud para proporcionar información o señalar posibles disfunciones.

2.3. La enseñanza de nuevas habilidades.

Puesto que la terapia del lenguaje l se centra fundamentalmente en la enseñanza de nuevos repertorios linguisticos y fonematicos , es importante que el terapeuta sea un buen profesor. Para ello, se deben explicar con claridad las nuevas ideas y habilidades, sin utilizar tecnicismos o "jerga" fonoaudiologica .
Por otra parte, es conveniente que el terapeuta se repita a sí mismo numerosas veces que las ideas que se presentan a e lpaciente son nuevas para ellos por lo que les puede costar asimilarlas. Los terapeutas que son tímidos a la hora de repetir los conceptos o las nuevas conductas, olvidan que los clientes no son profesionales de la salud y por lo tanto su procesamiento de la información sobre cuestiones fonoaudiológicas requiere tiempo y entrenamiento.

Es importante, cuando se están trabajando las nuevas habilidades ayudando a el paciente a cambiar sus conductas, que se compruebe si el mismo comprende los principios y fundamentos de lo que están aprendiendo.
Cuando la terapia está teniendo los efectos deseados, el paciente tiene que poder generalizar lo aprendido, mediante la captación de los principios generales aplicables a cualquier nuevo problema que pueda surgir. El ser un buen profesor en la terapia de lenguajel significa frecuentemente cambiar de ejemplos específicos a principios generales, para volver de nuevo a lo específico. Asimismo, significa implicar de forma activa a los padres en el proceso de aprendizaje, explicando las estrategias, pidiéndoles que expongan su utilidad para el entorno social del paciente, y que propongan situaciones en las que podrían introducirse.

2.4. El apoyo emocional.

La terapia de lenguaje el es tan estructurada que los terapeutas inexpertos suelen aferrarse excesivamente a la estructura ( una receta) , esperando que ésta proporcione las soluciones. Sin embargo, a la vez que la estructuración, en el proceso terapéutico se necesita también flexibilidad. El tratamiento pierde credibilidad cuando se aplica rígidamente, como un recetario, y es más eficaz cuando se adapta a los problemas y necesidades únicos de ese paciente en especial .

Una de las tareas del terapeuta es proporcionar apoyo emocional a el paciente, dándole la oportunidad de expresar tanto las vivencias afectivas que subyacen a su búsqueda de ayuda terapéutica, así como aquellas que surgen a lo largo de la intervención. De hecho el terapeuta buscará la expresión de estas reacciones expresamente, al pedir a cada el paciente que comente lo que siente, o como vive las nuevas experiencias.
Es conveniente sacar a la luz preocupaciones, reservas o reacciones equívocas, de tal forma que puedan ser abordadas y se posibilite un mayor compromiso en la intervención. Es importante que el terapeuta esté atento a las señales no verbales que puedan orientar respecto a posibles rechazos o dificultades.

Por último, el terapeuta debe evitar descalificar o criticar posibles reacciones emocionales intensas que algún paciente pueda exhibir y que no facilitan la colaboración. En este punto, se debe mostrar comprensión por los sentimientos experimentados a la vez que no se permite que sean excusa de no cumplimiento. Si no se deja expresar estos sentimientos y se cortan apresuradamente, el paciente puede sentirse frustrado, rechazado y no comprendido por el terapeuta como es en el caso de los afásicos. El manejo de estos sentimientos, así como la búsqueda de una expresión adecuada que, al mismo tiempo que los da a conocer, busca la colaboración con el medio, es uno de los objetivos en la terapia de lenguaje recordando siempre la premisa que el lenguaje es regulado por el entorno .

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