Esta revisión teórica tiene por objeto intentar atender al proceso de adquisición del lenguaje de una niña que presenta Síndrome Down y un significativo retardo en el desarrollo del lenguaje, fundamentalmente de orden expresivo.
Ángeles llega a la consulta fonoaudiológica a sus cinco años de edad apenas pudiendo decir algunas onomatopeyas y palabras. Su comunicación contaba con pocos recursos lingüísticos y se apoyaba en recursos no verbales y para verbales a fin de poder hacer lazo con sus interlocutores.
La niña sólo contaba con algunos fonemas- vocales y consonantes anteriores- sonidos previos en la adquisición- por lo cual, los utilizaba creando sílabas y vocablos de estructura simple. Así “tito” significaba gatito, chanchito, perrito, monito; “tato” representaba caballo, chancho o ratón; “tata” significaba vaca, casa y “tota” nombraba a pelota o torta.
En otras oportunidades, muchos de esos animales eran nombrados por los sonidos que realizaban, por lo que “pío” era pajarito; “be” era oveja; “mu” era vaca, “uau” era perro y “miau” era gato.
Cuando el contexto lingüístico era más extenso, su decir se remitía a la última sílaba de la palabra; por lo cual, “ta” era trompeta; “te” era elefante y también serpiente.
La presencia de fonemas anteriores y previos en la adquisición obstaculizaba la posibilidad de realizar otras combinaciones silábicas posibles y por ende, impedía la ampliación del léxico y la construcción de sintagmas breves.
El abordaje terapéutico estuvo basado en el sostenimiento de interacciones diálogicas mediadas por el juego simbólico, juegos multimediales y el relato de cuentos de animales que mostraban imágenes, canciones y onomatopeyas relativas a los mismos.
Con el transcurso de los encuentros, la pequeña pudo ir expresándose más, tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. Lograba producir nuevas onomatopeyas, las cuales propiciaron la adquisición de nuevos fonemas.
Comenzó a intentar complejizar y extender la estructura morfológica de las palabras, tratando de aproximarse al modelo de lengua. Por lo cual, el pájaro comenzó a ser llamado “pipío”; la serpiente se convirtió en “pepete”; el elefante en “papate”; la trompeta en “pepeta”; la oveja en “toteta”; el caballo en “papapo”.
Lógicamente estas palabras que la niña lograba ir produciendo no respetabann la morfología de nuestra lengua y no remitían exactamente a los vocablos originales. De todos modos, sí puede observarse que Ángeles comenzaba a acercarse poco a poco a un modelo de lengua más próximo. La apropiación de la lengua materna reviste una considerable complejidad en el proceso de adquisición del lenguaje que “obliga al niño a cometer ciertos errores”, que denotan aquellos recursos con los que cuenta y los cuales actualiza al momento de hablar; mostrando así la sujeción a dicho sistema. Es por ello que, la mayoría de los niños, más allá de las particularidades de su habla y del desarrollo de su lenguaje, se expresan con ciertas similitudes, realizan sustituciones y omisiones similares, aplican procesos de simplificación fonológica parecidos y sólo logran cometer aquellos errores que la lengua les permite.
En la medida en que la niña logró continuar avanzando respecto de la apropiación de su lengua y del lenguaje, fueron aconteciendo nuevos fonemas- interdental /d/, posteriores como /k/ y /j/; fricativo /s/; líquido /l/- lo cual le permitió a la niña crear nuevas palabras y combinaciones silábicas que, en alguna medida se aproximaban más al modelo de lengua. Pudiendo así decir “vaca”,“jato” por gato; “cocolilo” por cocodrilo.
Al mismo tiempo que se enriquecía su repertorio fonemático, el sistema fonológico y la posibilidad codificar nuevas palabras; comenzaron a acontecer insipientes construcciones sintagmáticas y así lograr avanzar respecto de la ontogenia del lenguaje hacia nuevas etapas: la de la palabra yuxtapuesta y la etapa telegráfica. Aquí puede observarse que la niña, en algunas oportunidades, yuxtapone dos términos en pos de construir una frase y en otros momentos, es capaz de conformar un enunciado que no respeta la gramática de nuestra lengua: “tato cole, cole” por el caballo corre, corre.“¿none tá popo?” por ¿dónde está el topo?; “papate popa lala” por el elefante tiene trompa larga. Pese a ello, es interesante resaltar que este nuevo logro le permitió a la pequeña expresarse más y comenzar a transitar las etapas de las gramáticas infantiles que muestran nuevamente que para “aprender” la propia lengua es preciso sortear ciertos obstáculos que a todos los hablantes se nos presentaron alguna vez.
De esta manera, sus producciones lingüísticas han ido complejizándose y extendiéndose, en un intento constante de aproximación al modelo de lengua. Esto trajo aparejado la aparición de procesos fonológicos de simplificación que todo niño utiliza en pos de expresarse verbalmente a partir de aquello con lo que cuenta. Se observan así armonizaciones consonánticas, reduplicaciones silábicas, reducciones de polisilábos y simplificación de complejos silábicos, siendo esperable que sean eliminados en la medida en que la niña pueda progresar respecto de la adquisición de nuevos fonemas, nuevas combinaciones silábicas y así aproximarse aún más a la morfología de las palabras de nuestra lengua.
Si bien Ángeles tiene mucho camino por recorrer y su lenguaje aún se encuentra desfasado respecto de su edad cronológica, la niña ha logrado y continúa logrando avanzar respecto de las distintas etapas del desarrollo lingüístico. Por lo tanto, continuaremos trabajando en pos de que sus producciones verbales sigan enriqueciéndose, extendiéndose y multiplicándose en los distintos espacios de interlocución de los que participa.
La pequeña inevitablemente transitará por las diversas etapas del proceso de adquisición del lenguaje a partir de la apropiación de su lengua, a la cual está sujeta por sus leyes y normas; consiguiendo hablar y decir, a partir de los avatares que la misma le impone a todo hablante; incluso a pesar de la problemática lingüística que pudiera presentar. Porque la lengua a adquirir/ aprender es la misma para todos los sujetos que hacen uso de ella; más allá de las dificultades que puedan presentar en dicho proceso.
Reflexiones finales:
Catherine Kerbrat Orecchioni nos otorga una interesante mirada respecto de la comunicación, que resulta muy valiosa cuando pensamos en niños en proceso de adquisición del lenguaje o en niños que presentan ciertas dificultades para lograr apropiarse de él. Es necesario atender a los múltiples y diversos recursos a los cuales puede apelar un niño al momento de comunicarse considerándolo siempre un interlocutor válido en toda interacción.
Ferdinand de Saussure nos ofrece una interesante mirada respecto del lenguaje, la lengua y el habla, a fin de diferenciar aquello que las distingue pero logrando interpretar que ambas se vinculan íntimamente en el desarrollo del lenguaje de un sujeto.
Roman Jakobson nos muestra cómo un niño adquiere el lenguaje desde la estructura que la lengua nos ofrece y a la cual nos acota inevitablemente. Todos los hablantes estamos sujetos a ella y por lo tanto, los errores y síntomas que pudieran advenir nunca serán azarosos. Los niños que se encuentran en proceso de adquisición del lenguaje, aquellos que presentan una patología y quienes no, están “obligados” a que sus producciones lingüísticas muestren que la lengua como sistema no sólo nos impone cómo hablar “correctamente” sino también cómo hablar “erráticamente” en el proceso de apropiación de la misma.
Por su parte, desde un paradigma diferente, la Psicolingüísta Regina Freire nos muestra otros aspectos a los cuales atender en el abordaje terapéutico de niños con problemáticas en el desarrollo de su lenguaje. La autora sostiene que “cada interlocutor debe ser escuchado desde su propia posición discursiva; el lenguaje no es transparente; el hablante no controla lo que dice, ni tampoco es el hablante la única fuente de significado”. Esto nos permite dar cuenta de la función de intérprete que el adulto o fonoaudiólogo debe poner en juego al momento de interactuar con un niño; más aún cuando éste presenta alguna alteración del lenguaje. De este modo, el adulto “re-significa y re-textualiza el significante” dando sentido al decir del niño. Al respecto, Regina Freire plantea que “asumir el rol terapéutico de organizador del discurso del otro, significa situarse en una posición discursiva que parta del supuesto que subyace en cualquier interacción: el supuesto de que su producción es interpretable”. Es así que, se apuesta a las potencialidades comunicativas y lingüísticas del niño dándole lugar a su decir, un decir, que más allá de sus particularidades, puede ser re-significado en el discurso del otro.
Asimismo, esto produce otros efectos, en tanto el niño “comienza a oír y a re-significar sus propias expresiones para tomar el rol de intérprete de sí mismo y del otro”.
Esa es nuestra tarea, la de validar el decir de todo niño funcionando como intérpretes y re-significando sus producciones lingüísticas para que, poco a poco, ese sujeto vaya apropiándose de más y nuevos recursos para poder nombrar, contar, relatar, simbolizar...
Referencias
1 Freire,R./ Análisis discursivo de la afasia.--Editorial Plexus: Sao Paulo; 1994.--Material para uso interno de la Cátedra de Lingüística II (Psicolingüística). Escuela de Fonoaudiología, U.N.R. Pág. 5.
2 Desinano, N.; Bardone, L.; Grodek, A. y otros./ Narraciones Infantiles. Un estudio sobre la oralidad.--Homo Sapiens: Rosario; 1999. Pág. 65.
3 Freire, R./ Análisis discursivo de la afasia.--Editorial Plexus: Sao Paulo; 1994.--Material para uso interno de la Cátedra de Lingüística II (Psicolingüística). Escuela de Fonoaudiología, U.N.R. Pág. 5.
Kerbrat Orecchioni, C. / La conversación.
Saussure, F./ Curso de Lingüística General.
Jakobson, R./ Lenguaje infantil y Afasia.
Jakobson, R./¿Porqué papá y mamá?
Sánchez Muñoz, J./ Ingram y los estudios de los procesos fonológicos de simplificación del habla. En Revista Humanizarte Año 6 No 9 ISSN: 2145 – 129X .
Gómez Fernández, D./ La teoría universalista de Jakobson y el orden de adquisición de los fonemas de la lengua española. Universidad de Sevilla.
Freire,R./ Análisis discursivo de la afasia.--Editorial Plexus: Sao Paulo; 1994.--Material para uso interno de la Cátedra de Lingüística II (Psicolingüística). Escuela de Fonoaudiología, U.N.R.
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