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¿Por qué la mayoría acepta la explotación y se sumerge en la empresa de satisfacer deseos impuestos por la clase que la domina entregándose de lleno al matadero del capitalismo? Si las condiciones sociales y económicas «objetivas» están dadas para que se produzca una revuelta, ¿qué estructura caracterológica en los sujetos lo impide? ¿Cómo consigue el líder fascista ganarse el apoyo de millones de individuos para lograr objetivos que son contrarios al interés lógico de estos? ¿Qué lazo libidinal —¿masoquista?— se establece para que la masa entregue sus deseos en manos del líder contra sus propios intereses?
Mediante un riguroso uso de las herramientas epistemológicas que la sociología sexoeconómica, la antropología, el psicoanálisis, el materialismo dialéctico y el análisis del carácter le brindan, Wilhelm Reich analiza dicha contradicción, esa brecha existente en la «conciencia» de las masas entre la realidad material y la realidad percibida, entre la realidad social y económica de explotación y represión y la conciencia efectiva que de ella se tiene.
A lo largo de toda su vida Wilhelm Reich luchó abiertamente contra el fascismo, denunció la tibieza socialdemócrata y la del marxismo vulgar, ligando su compromiso social y político a su práctica clínica; denunció los condicionamientos burgueses a los que se plegó el psicoanálisis institucional, y destacó la contradicción de pretender destituir la moral burguesa obrando con prácticas de la propia burguesía.
"Fascismo" es la actitud emocional básica del hombre sometido de nuestra civilización autoritaria de las máquinas y de su concepción vital místico-mecanicista. Es el carácter místico-mecanicista de los hombres de nuestra época el que crea los partidos fascistas, y no a la inversa. […] El carácter sádico-perverso de la ideología racial delata también su naturaleza en su postura ante la religión. Se dice que el fascismo sería un retorno al paganismo y un enemigo mortal de la religión. Lejos de ello, el fascismo es la expresión extrema del misticismo religioso. Como tal aparece en una configuración social especial. El fascismo apoya aquella religiosidad que proviene de la perversión sexual, y convierte el carácter masoquista de la antigua religión patriarcal del sufrimiento en una religión sádica. En resumen, traslada la religión desde el más allá de la filosofía del sufrimiento al más acá de la mundanidad del asesinato sádico.[…] La mentalidad fascista es la del «pequeño hombre» mezquino, sometido, ávido de autoridad y a la vez rebelde. La sociología sexoeconómica nació del esfuerzo por armonizar la psicología profunda de Freud con la doctrina económica de Marx. (Wilhelm Reich, prólogo a la tercera edición corregida y aumentada, Maine, Agosto de 1942)
Editorial: Encuentro
ISBN: 9788494983498
Publicado:4/2020
Páginas: 502
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica