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Psicoterapia y Farmacoterapia son instrumentos que se complementan al abordar el tratamiento de situaciones especiales de las personas con discapacidad intelectual. Medicamos en exceso; es cierto que la medicación puede ser necesaria, pero la daremos una vez realizado el diagnóstico y conocido el problema; a veces se suministra de manera preventiva.
Por otra parte, tendemos a aplicar técnicas de modificación de conducta, muy rígidas a veces, sin que el sujeto sepa o entienda que eso es un tratamiento y no un castigo.
En la psicoterapia, todos los pacientes, por tanto los que tienen discapacidad como los que no la tienen, abordan los mismos temas: la vida, la muerte, el amor, la identidad. La única diferencia consiste en que el terapeuta ha de adaptarse al nivel de desarrollo cognitivo y emocional del paciente y tiene que estar dispuesto a escuchar, comprender y ayudar al ser humano que tiene ante sí.
Nuestra psicoterapia, al empezar a trabajar con personas con discapacidad, tiene un enfoque psicodinámico, como el utilizado en los pacientes sin discapacidad, y va encaminado a producir cambios en la posición subjetiva del paciente y un alivio del padecimiento inicial. Las preguntas hacen que el paciente, al responderlas, se plentee el tema que estamos tratando y no se limite a dejarse llevar. Nuestro instrumento es la palabra.
Preguntar es consultar al interior del paciente, sondear las limitaciones de su conciencia y plantearse cuestiones sobre fenómenos humanos. Preferimos dar lugar y sentido a la palabra hablada, aunque cueste de entender por su déficit, y a la escucha.
La población con discapacidad intelectual constituye un grupo de personas que requieren un abordaje especial dentro de la terapéutica farmacológica. Abordamos el empleo de los numerosos medicamentos psicotropos que se aplican a las personas con discapacidad intelectual, con la finalidad de aliviar o mejorar algunas de las consecuencias mentales que en ellas se observan, incluidas las llamadas conductas conflictivas.
En algunas situaciones, la conducta surge a partir de una patología específica que se asocia a la discapacidad intelectual. Es el caso de la enfermedad dual, en la que se suma la discapacidad intelectual a una enfermedad mental o epiléctica.
Lo normal es que, conforme el problema neuropsiquiátrico mejore, la frecuencia e intensidad de una conducta conflictiva disminuyan. El problema y la preocupación surgen cuando la medicación es prescrita con el único objetivo terapéutico de tratar una conducta en sí misma, es decir, el síntoma y no la causa.
Es entonces cuando aparece con mayor frecuencia el abuso inapropiado en la administración de fármacos psicotropos.
La obra explica las bases científicas de los diversos grupos farmacológicos empleados, y ofrece orientaciones y pautas para su empleo en las personas con discapacidad intelectual.
Editorial: CEPE Test
ISBN: 9788416941865
Publicado:10/2018
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica