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Se le ponen al monstruo hilos de lana de los diferentes colores y que representan una emoción amarillo (alegría), azul (tristeza), rojo (rabia), negro (miedo), verde (calma) y rosa (amor)... El niño podrá hablar de lo que él siente a través del monstruo quitándole hilo a hilo al monstruo metiéndolo en botes anteriormente con el nombre de cada emoción.
En cuanto los más pequeños conozcan a este monstruo verde, se convertirá en uno de sus amigos inseparables.
Un buen recurso para la educación emocional.
Edad: a partir de 3 años
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