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Cuando no existían los juegos de ordenador, la televisión, el cine ni la radio, cuando era casi imposible tener un libro en casa, muchos hombres y mujeres, muchos abuelos y nietos se divertían proponiendo acertijos, adivinazas y enigmas.
El enigma clásico invitaba a ejercitar la imaginación, a descubrir los misterios del mundo, a aprender a leer lo escrito entre líneas, a entender lo dicho oscuramente. Solamente existe un animal capaz de andar a cuatro patas, luego a dos, y por fin a tres, el único capaz de elaborar juegos de palabras tras los que se esconde algo relacionado con el mundo o con el ser humano: el propio hombre.
Intentar descubrir el sentido de una adivinanza supone un ejercicio gratificante, tanto para el niño como para el adulto, aunque este último a veces no lo intenta por miedo a fallar, por temor a sentirse inferior al niño, que es quien se lanza a aventurar suposiciones con más alegría.
Editorial: Ediciones Aljibe
ISBN: 9788497000697
Publicado:12/2002
Páginas: 120
Idioma: Español
Encuadernación: Rústica