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Aprendizaje Significativo (Parte II)

Los procesos de enseñanza aprendizaje deben evitar que las experiencias escolares se conviertan en una sucesión de fracasos. Siempre se pueden plantear actividades con diferente nivel de dificultad, que se adapten a las heterogéneas posibilidades de los alumnos.
Entre las variables que influyen en que el alumno esté motivado y dispuesto a realizar el esfuerzo para aprender de modo significativo se incluyen:

• la autoimagen del alumno
• las posibilidades que cree que tiene de fracasar
• la imagen o confianza que le merece el docente
• el clima del grupo
• la forma de concebir el aprendizaje escolar
• el interés por el contenido

Cuando el alumno se enfrenta a un contenido nuevo, ya ha realizado muchos otros aprendizajes y tiene una historia personal y escolar que influye. Sus éxitos o fracasos le han ido formando una imagen de sí mismo, que lo hacen sentirse con más o menos competencias escolares. Está claro que para el alumno tiene más sentido participar en una actividad cuando sabe que el esfuerzo concluirá en un logro, y por el contrario tratará de eludirlo si augura un fracaso.

Los procesos de enseñanza aprendizaje deben evitar que las experiencias escolares se conviertan en una sucesión de fracasos. Siempre se pueden plantear actividades con diferente nivel de dificultad, que se adapten a las heterogéneas posibilidades de los alumnos.

En la autoimagen del alumno influyen de manera decisiva las expectativas que el docente tiene respecto a él. El docente debe procurar un clima de trabajo seguro y confiable generando una actitud positiva del alumno, que pueda vivir los errores de manera constructiva y sentir que se debe y se puede aprender.

El aprendizaje para ser significativo también necesita ser profundo, esto va de la mano de la exigencia. Es posible que el alumno sepa que debe comprender bien los contenidos, o demostrar que ha memorizado la información sólo para responder al profesor.

Así, las exigencias y el enfoque, o modo de plantear el proceso de enseñanza aprendizaje serán propuestos por el docente, a veces en forma explícita y otras en forma tácita.

Un enfoque profundo supone la intención de comprender y relacionar la información nueva con la experiencia y los conocimientos previos a fin de extraer significados personales. En cambio en un enfoque superficial la intención es satisfacer los requisitos de la tarea y memorizar únicamente lo que se cree que exige el maestro. Un enfoque estratégico se centra en los requisitos de la evaluación también, pero con la intención de obtener las notas más altas posibles.

Para que la información que se le presenta al alumno pueda ser comprendida es necesario que los contenidos tengan significatividad lógica y psicológica.

La significatividad lógica se refiere a la naturaleza del contenido, a la coherencia que tienen las distintas disciplinas. Los contenidos deben ser significativos desde el punto de vista de su estructura interna, y es necesario que el docente respete y destaque esta estructura, presentando la información de manera clara y organizada.

Para una presentación clara de los contenidos un recurso casi imprescindible es el uso de mapas semánticos y redes conceptuales y es importante que no sólo los presente el docente sino que trabaje sobre la elaboración de los mismos con el grupo de alumnos como contenido procedimental.

La significatividad psicológica implica que los contenidos sean adecuados al nivel de desarrollo y conocimientos previos de los alumnos. Es importante aclarar que el interés por un tema no garantiza que los alumnos puedan aprender contenidos demasiado complejos.
Los docentes deben ser capaces de activar los conocimientos previos de los alumnos, haciendo que reflexionen sobre sus ideas y sean conscientes de ellas, seleccionando y adecuando la nueva información para que pueda ser relacionada con sus ideas incluyendo en las explicaciones, si es necesario, información que pueda servir de “puente” entre lo que ya saben y lo que deben aprender.

Para procurar el aprendizaje significativo más que una metodología o técnica didáctica concreta es conveniente tener una perspectiva globalizada, como actitud frente al proceso de enseñanza. Esta perspectiva supone un acercamiento a la realidad, resaltando las relaciones entre los contenidos entre sí (interdisciplinariedad) y vinculándolos al contexto habitual del alumno, o a otros contextos significativos.

La adopción de este enfoque que enfatiza la detección de problemas interesantes y la búsqueda activa de soluciones presenta la doble ventaja de, por una parte, motivar al alumno a implicarse en un proceso dinámico y complejo y por otra parte, permitir un aprendizaje tan significativo como sea posible.
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