Cualquier texto puede ser útil para que empiecen a leer, siempre que lo que se les ofrezca tenga sentido en su realidad. Incorporar a los textos, si fuera posible, elementos que ayuden a verse identificados, que los niños sordos sientan que en los libros también pueden encontrar otros chicos sordos, que también hay personas que viven lo que ellos están viviendo, pedirles que escriban sobre sus temas, sus intereses, sus deseos.
Este período persiste durante varios meses, luego de lo cual, avanzan hasta diferenciar las escrituras variando la ubicación de las letras, que no necesariamente serán letras nuevas sino las mismas ubicadas de diferente manera. (Imagen 6)
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Las observaciones de las producciones de los niños sordos en el período presilábico nos permiten inferir que existe una semejanza al comportamiento de niños oyentes
La mayor o menor celeridad con la que se alcancen los distintos niveles, puede estar diferenciada por el grado de información que reciban del medio al cual pertenecen. Por lo tanto, es prácticamente imposible determinar edades. Estas estarían relacionadas no con la cronología sino con la función social que el lenguaje escrito cumple en el grupo en el cual el niño se desenvuelve.
Uno de los obstáculos que encuentran los sordos en el proceso de reconstrucción de la lengua escrita es aquel en el cual los niños descubren que la escritura se relaciona con la pauta sonora del habla. Es decir que aquellos cambios que se lograban en las escrituras con la cantidad de letras o su diferente ubicación dentro de una palabra pasan a ser diferenciaciones que se realizan teniendo en cuenta los significantes orales.
Así, los niños intentan establecer correspondencias entre los grafismos, que pueden ser letras convencionales o seudo letras con la emisión oral, pero deben descubrir además qué tipo de recorte, si sílaba o letra, se relaciona con los elementos de la palabra escrita.
Cuando las partes sonoras empiezan a adquirir valores estables, se empiezan a establecer relaciones también estables con las letras que se escriben.
De acuerdo a ello los niños empiezan a darse cuenta que cualquier letra o sílaba no sirve para representar cualquier sílaba sino que debe ser una determinada. Esto es lo que se denomina conciencia fonológica, que los niños oyentes ya poseen alrededor de los 6 o 7 años.
Sin lugar a dudas que será muy difícil para los niños sordos profundos prelocutivos adquirir este conocimiento fonológico que depende de una correcta información auditiva. Por lo tanto, es interesante indagar en aquellos elementos que pueden paliar esta situación o compensarla de modo de poder llegar al resultado deseado por una vía diferente. En ese sentido podemos señalar algunas investigaciones realizadas que pueden ayudar a desentrañar ese obstáculo. Alegría (1996) indica que las representaciones fonológicas no son fruto exclusivo de la información acústica sino también de la información visual que se recibe a través de la lectura labial. Varios estudios por él mencionados sugieren que las informaciones provenientes de la lectura labial intervienen en el procesamiento de la palabra y han forzado a revisar las teorías de la exclusividad auditiva. Otros estudios de índole neuropsicológica (Campbell, 1987) están demostrando que la lectura labial es parte integrante de la fonología y es procesada por el hemisferio izquierdo, ya que pacientes con daño en este hemisferio perdían la comprensión y producción del lenguaje oral y de la lectura labial, mientras que la información de las fisonomías de los rostros permanecía intacto.
Pero, indudablemente, la lectura labial por sí sola no logra desarrollar una competencia fonológica lingüística funcional. Es necesario acercar otros aportes que podrían ayudar, como lo son aquellas investigaciones (Herrera, 2001) que indican que las personas sordas más competentes en Lengua de señas, tienen una elaboración de códigos dactílicos que ayudan en los procesos de lectura, como lo hace la conciencia fonológica de índole auditiva, además los sujetos sordos tienen una tendencia natural a compensar la falta de información auditiva por información visual, observándose una flexibilidad permanente para cambiar de códigos y discriminar el uso de cada uno de ellos en los distintos contextos lingüísticos.
Para que los niños sordos sean lectores competentes y sus producciones escritas adecuadas a su nivel cognitivo es necesario incorporar a las practicas escolares la lectura como una necesidad para comunicarse, desarrollar en los niños esa necesidad a través de experiencias placenteras de lectura y escritura, promover la creación de talleres de narración de cuentos para los niños más pequeños, llenar las aulas de libros y de todo material escrito que les brinde la oportunidad de un acercamiento efectivo a la lectura, promover desde la más temprana edad la posibilidad de transmitir ideas a través de la escritura, tratar que los niños escriban todo lo que quieran e intentar comprender lo que escriben, valorizar todas sus producciones escritas porque seguramente están dando cuenta de sus saberes sobre la lengua escrita, ayudarlos a desentrañar los misterios que ella encierra, eliminar definitivamente las ejercitaciones con letras, sílabas y palabras, poner a los sujetos en contacto con textos completos y significativos desde los primeros momentos de la enseñanza. Cualquier texto puede ser útil para que empiecen a leer, siempre que lo que se les ofrezca tenga sentido en su realidad. Incorporar a los textos, si fuera posible, elementos que ayuden a verse identificados, que los niños sordos sientan que en los libros también pueden encontrar otros chicos sordos, que también hay personas que viven lo que ellos están viviendo, pedirles que escriban sobre sus temas, sus intereses, sus deseos.
Referencias
ALEGRÍA ISCOA, Jesús (1996): Adquisición de la lectura en el niño sordo: reflexiones a partir del modelo cognitivo de lectura. Laboratorio de Psicología experimental, Universidad Libre de Bruselas.
ARNOUX, BIGOT, FERNANDEZ, FREIDENBERG, HACHÉN, RIVERO, SOTANA: (1996): “Adquisición de la Escritura”, Serie Lingüística y Educación, Centro de Estudios de Adquisición del Lenguaje, Facultad de Humanidades y Artes, U. Nac. De Rosario, Ediciones Juglaría, Rosario.
BORZONE DE MANRIQUE; SIGNORINI, Angela (1993): “La relación entre la conciencia fonológica y la lectura y la escritura” Segundo Encuentro Internacional de Lectura. Buenos Aires, Argentina.
FERREIRO, Emilia (1997): “Alfabetización. Teoría y Práctica”. Siglo XXI Editores.
FERREIRO, Emilia y TEBEROSKY, Ana (1988) “Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño”. Siglo XXI Editores.
FOURCADE, María Beatriz (2001) “La conciencia fonológica y la escritura del niño sordo” ponencia presentada al III Congreso Iberolatinoamericano de Hipoacusia, Mar del Plata, Argentina.
FOURCADE, María Beatriz (2003) “¿De qué hablamos cuando hablamos de lengua escrita en el sordo? en CD del las “II Jornadas La Creatividad Lingüística” UNSL San Luis.
HERRERA, Valeria (2001): “El uso de códigos dactílicos en sordos profundos que emplean la lengua de signos y su influencia en la lectura” Revista El Cisne Año XII N° 135, Argentina.
NORIEGA Atencio, Olga, (2002) “La practica social de la lectura antes del ingreso al preescolar”, en Sánchez, Carlos y otros: “Eventos Tempranos de acercamiento a la lectura”, Taller de investigación educativa, Mérida, Venezuela.
SANCHEZ, Carlos (2001): “Los Sordos, la alfabetización y la lectura: sugerencias para la desmitificación del tema”, ponencia presentada al VI Congreso Latinoamericano de Educación Bilingüe Bicultural para Sordos, Chile.
SÁNCHEZ, Carlos; BALL, Manuela; NORIEGA, Olga; BARBOZA, Francis; TALLAFERRO, Dilia; ANZOLA, Myriam, (2002): “Eventos tempranos de acercamiento a la lectura” Mérida, Venezuela.
FOURCADE, María Beatriz; HORAS, Martha; MARTINEZ, Silvia: “La Escritura de niños sordos: etapa presilábica” (2001), Silvia Revista Idea N 34, , U.N.S.L.