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GLOSARIO

SALUD MENTAL

Según M. Klein.- "Se considera que las personas saludables y neuróticas han pasado por la posición depresiva, que las personas con problemas depresivos están fijados en ella y que las personas con problemas esquizoides y paranoides no han logrado alcanzarla" (pág. 90), habiendo quedado estas últimas fijadas a la posición esquizo-paranoide.

Rycroft C, Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós, 1976.



Según M. Klein.- “La evolución normal del individuo y de su capacidad de amor parecen basarse ampliamente en el grado en el cual el yo temprano logró elaborar y superar la posición depresiva. En último término, ello parece depender de la capacidad del yo de modificar suficientemente sus situaciones de angustia primitivas y sus mecanismos de defensa y de desarrollar así nuevos mecanismos de defensa, que llevan a una confianza mayor y más estable en la bondad de sus objetos internalizados y reales…”.

Klein M (1935) Contribución a la psicogénesis de los estados maníaco-depresivos, incluído en Obras Completas Melanie Klein (Volumen I: Amor, culpa y reparación), Buenos Aires: Paidós, 1999, pág. 295.



Según Melanie Klein.- La base de la salud mental es una personalidad bien integrada. Los elementos de una personalidad bien integrada son las cinco siguientes: madurez emocional, fuerza de carácter, capacidad para manejar emociones conflictivas, equilibrio entre la vida interior y la adaptación a la realidad, y fusión exitosa entre las distintas partes de la personalidad.

La madurez emocional significa que los sentimientos de pérdida de la temprana infancia y sus placeres pueden hasta cierto punto ser contrarrestados por la capacidad de aceptar sustitutos y que las fantasías infantiles no afecten la vida emocional adulta. Fuentes legítimas de gratificaciones son por ejemplo el goce con nuestros hijos y nietos, y los recuerdos.

La fortaleza de carácter tiene por base el hecho que han introyectado predominantemente, con más fuerza, los aspectos buenos de la madre que los malos frustrantes, pues así el yo puede desarrollar sus potencialidades. La madre introyectada es la que guía y protege, no la que domina (paz interior). La hostilidad y la angustia quedan volcados sólo hacia lo que hace peligrar lo que se siente bueno. Fortaleza de carácter implica comprensión, compasión, simpatía y tolerancia hacia los demás, haciéndonos sentir internamente más seguros y menos solos. Implica también aptitud para enfrentar conflictos externos e internos.

La adaptación al mundo externo no debe interferir con la libertad de nuestras emociones y pensamientos, y esto implica interacción entre lo externo e interno, no división y aislamiento. Tal equilibrio no implica evitar conflictos, sino tolerar emociones conflictivas y poder manejarlas. El débil de carácter hace una renegación: vive superficialmente evitando siempre enfrentarse con sus conflictos más profundos. Esta inseguridad de la renegación implica falta de confianza en uno mísmo. No puede soportar el dolor ni mucho menos, por lo tanto, compartitrlo o comprenderlo en otros.

La salud mental se estructura ya desde los primeros días de vida. Al principio el bebé ve reforzado su odio y su hostilidad hacia objetos que lo frustran, manteniendo dicho odio disociado del amor hacia el objeto bueno. Debe disociar amor y odio para preservar los aspectos amados de la madre, y así divide ésta en buena y mala. Si esta disociación no es muy profunda más tarde podrá hacer una integración.

Mientras aún persiste la angustia persecutoria ante el objeto malo, va luego apareciendo (posición depresiva) los sentimientos depresivos en la segunda mitad del primer año de vida. Aparece depresión y culpa por sus impulsos agresivos hacia la madre amada. Junto con el sentimiento de culpa aparece también el deseo de reparación, un factor central que ayuda a superar en parte su depresión y culpa.

En la salud mental no hay sólo factores externos (ambiente continente, ni muy permisivo ni muy rígido), sino también factores internos, como la capacidad de amor (distinta en cada niño), más fortaleza yoica, fantasías más ricas, etc. Este interjuego entre factores externos e internos explica porqué hay salud mental en un medio desfavorable, y enfermedad en un medio favorable.

Salud mental no es abandonar la actitud infantil: en la adultez hay remanentes de omnipotencia, de renegación, y cuanto más se hayan modificado estas actitudes infantiles mayor será el equilibrio mental. A medida que se desarrolla el yo, más intrincadas son las defensas contra la angustia y más exitosas y menos rígidas. Cuando la comprensión no se esclerosa con las defensas, es posible la salud mental.

Otro aspecto importante de la salud mental es la integración de las diferentes partes del self en forma exitosa. La sensación de tener partes desconocidas de uno mismo urge a la integración. Lo que se busca integrar es el amor con el odio, pues el primero puede mitigar el segundo, pues si ambos se mantienen separados no se produce alivio. La integración siempre implica dolor, pues el odio disociado y sus consecuencias son difíciles de enfrentar, y la incapacidad de tolerar este dolor renueva la tendencia a disociar.

La integración crea además una tolerancia hacia nuestros impulsos y, por lo tanto, hacia los defectos ajenos, pero una integración de la vida mental como la expuesta en la práctica es imposible realizar con plenitud.

Klein M, Sobre la salud mental. Incluído en Obras Completas, Tomo VI. Buenos Aires: Paidós-Hormé. Esta nota resume los conceptos del capítulo 10 “Sobre la salud mental”.

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