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(Hofmann, Reichmuth, Brinkheetker, & Zehnhoff-Dinnesen, 2018) Afirman que los dispositivos implantables por sí solos no generan cambios en la comunicación, por lo tanto, es necesario que se realice entrenamiento auditivo y manejo de asesoría clínica. (Aimoni, y otros, 2016) afirman que el uso del implante coclear tiene un impacto positivo tanto en la calidad de vida como en las habilidades audiológicas
(Mosnier , y otros, 2018) decidieron analizar el estado cognitivo a largo plazo de los pacientes de IC posterior a la conexión de componentes externos, en su estudio afirmaron que los usuarios mejoraron su función cognitiva lo cual ponen de manifiesto que el implante coclear se debe considerar en las personas con sordera profunda, sin embargo, en la aplicación del cuestionario (NICQ) no se observaron puntuaciones significativas dentro de los primeros 7 años en ninguno de los dominios. Por el contrario (Völter , Götze, Dazert , Falkenstein , & Thomas, 2018) querían confirmar si la implantación coclear mejora el nivel cognitivo de los pacientes adultos mayores, a través de una evaluación pre y postimplante (6 y 12 meses) valorando áreas como memoria a largo y corto plazo, velocidad de procesamiento, atención, memoria de trabajo e inhibición, como resultados se evidencia que para todos los pacientes posterior a seis meses mejoro la percepción del habla, calidad de vida y capacidades neurocognitivas, excepto la memoria a largo plazo mostro mejoría solo después de doce meses de uso, evidenciando mejor desempeño en situaciones de su vida cotidiana validados a través del cuestionario (NCIQ).
(Tuğba Saraç, Ozbal Batuk, & Sennaroğlu, Assessment of quality of life in adults with cochlear implants: As good as healthy adults?, 2018) compararon la calidad de vida de los adultos usuarios de implante coclear con un grupo control que tenían audición normal, evaluaron a los pacientes a través del cuestionario (WHOQOL-BREF) donde demostraron que la población con audición normal tienen una calidad de vida superior en comparación con los pacientes con pérdida auditiva, este último grupo obtuvo puntuaciones más bajas especialmente en el dominio de relaciones sociales, lo cual se asoció directamente con un impacto negativo en la vida cotidiana, sin embargo, enfatizan que una de sus limitaciones se dio porque solo hicieron uso de un instrumente para evaluar calidad de vida.
Por otro lado (Dritsakis, Van Besouw, & O' Meara, 2017) encontraron una relación en los beneficios del IC con el uso de la música durante del tratamiento, a través de la aplicación del cuestionario estandarizado (WHOQOL-BREF) mostraron una vinculación directa en la relajación, mejoría de los estados de ánimo, y socialización lo que genero un impacto positivo en la percepción del paciente dentro de sus actividades cotidianas permitiéndoles mayor oportunidad de interacción.
(Faria de Sousa, Vieira Couto, & Martinho de Carvalho, 2018) en su estudio tuvo como objetivo evaluar la calidad de vida de los usuarios de IC con el cuestionario (NCIQ) como resultados observaron excelentes resultados a nivel social que para los pacientes mejorar la calidad de vida estaba relacionada con el acceso a la educación y comprensión de habla por teléfono. Para el cuestionario WHOQOLBREF se encontraron puntuaciones altas para los dominios psicológico y físicos; esto permite ver al paciente de una manera integral y le da al profesional de audiología la posibilidad de visualizar el paciente dentro de cada etapa de su proceso de rehabilitación y así permitir herramientas para planificar los objetivos y responder a las necesidades de cada uno.
(Hofmann, Reichmuth, Brinkheetker, & Zehnhoff-Dinnesen, 2018) Afirman que los dispositivos implantables por sí solos no generan cambios en la comunicación, por lo tanto, es necesario que se realice entrenamiento auditivo y manejo de asesoría clínica, lo cual se evidencio en los resultados de los cuestionarios (Hearing Handicap Inventory for Elderly Screening HHIE-HII-SOP / Speech, spatial and qualities of hearing scale SSQ), los pacientes percibieron éxito en el proceso posterior a cuatro meses de uso del dispositivo, disminuyendo el esfuerzo y la dependencia para su comunicación.
(Preminger & Meeks, 2012) desarrollaron y determinaron la validez de la escala (HII – SOP), con el objetivo de medir calidad de vida para usuarios de IC y sus conyugues, la escala incluye tres dimensiones (emociones e impacto de la pérdida auditiva en la relación matrimonial, vida social de la pareja y las estrategias utilizadas para una comunicación exitosa). Encontraron que el rendimiento auditivo está relacionado directamente con habilidades de comunicación e interacción social. Por otro lado (Lazzarotto, y otros, 2019) estudiaron la capacidad de los pacientes y sus cuidadores para enfrentar las dificultades que afectan la calidad de vida mediante el cuestionario (WHOQOLBREF). Los familiares indicaron que la calidad de vida mejoraba cuando el paciente implementaba estrategias de pensamiento positivo, a través del apoyo social y solución de problemas, generando un cambio a nivel psicológico.
(Czerniejewska, y otros, 2019) analizaron pacientes jóvenes y adultos mayores pre y postimplantaciòn (1 y 2 años después de la activación) determinando así la calidad de vida de los usuarios. Los resultados demostraron que la estimulación bimodal proporciona una mejor calidad de sonido en comparación con el uso del implante unilateral. Los cuestionarios (SSQ) y Health Utilities Index (HUI) sugieren aumento en la percepción de la música y capacidad para desempeñarse en diferentes situaciones acústicas; posterior a un año las puntuaciones más altas se obtuvieron en dominios como habla en ruido, audición espacial, calidad de audición; dos años después no hubo ningún cambio significativo. Así mismo (Lenarz, y otros, 2017) utilizaron cuestionarios tales como HUI 3 y SSQ con aplicación pre y post implantación, demostrando mejoría en calidad de vida, salud en general y capacidad auditiva un año después de la adaptación en pacientes con IC unilateral, esta evolución se mantuvo estable posterior a 2 y 3 años de uso de los dispositivos.
(Bostezo, y otros, 2018) Miden el rendimiento auditivo a través de la escala SSQ y el cuestionario Abbreviated Profile of Hearing Aid Benefit (APHAB) en pacientes con IC bilateral y estimulación bimodal, encontrando que ambos grupos tienen una autopercepción de mejoría en todas las áreas en calidad de vida, por el contrario para el SSQ los usuarios de implante coclear muestran mejor desempeño; los autores de este estudio establecen que cuando la audición residual no es suficiente para la adaptación de audífono convencional, clínicamente se determina una candidatura para implante coclear secuencial.
Los presentes autores (Manrique, y otros, 2006) evaluaron el impacto del IC en sus actividades cotidianas, mediante la aplicación del cuestionario Glasgow Benefit Inventory (GBI), el 80% de los pacientes reportaron beneficio a nivel social y emocional, sin cambios en estado de salud general y apoyo familiar mejorando así su calidad de vida; un mínimo porcentaje no refirió resultados positivos en dichos aspectos. En cuanto al APHAB se obtuvieron puntuaciones que mejoraron los subdominios (silencio proximidad, silencio distancia, ruido proximidad, ruido distancia, disconfort en ruido) por el contrario en el aspecto audiovisual continuaron presentando dificultades.
(Dillon, y otros, 2018) compararon el beneficio subjetivo del IC entre pacientes unilaterales, usuarios con conservación auditiva (adaptación electroacústica) y otros con IC; los grupos notaron una mejora significativa con el uso del dispositivo; en el cuestionario APHAB se encontraron diferencias en las respuestas para cada uno de los subdominios entre los tres grupos poblacionales. En el (SSQ) las puntuaciones fueron similares mejorando continuamente el desempeño en las subescalas, desde el mes 1 al 12 posterior a la activación.
(Huarte, y otros, 2016) Determinaron el impacto positivo en la vida laboral de los pacientes con implante coclear, a través de la primera versión del cuestionario SVLICr el cual se desarrolló en la clínica universidad de navarra; un alto porcentaje de usuarios afirmaron sentirse más competentes, satisfechos y mejoraron las relaciones interpersonales en el ámbito de trabajo posterior a la activación; en este sentido aumento la capacidad de comunicación lo que les brindo herramientas para desenvolverse a nivel profesional.
(Zhang, y otros, 2015) El propósito de este estudio fue evaluar cambios de la audición espacial, discurso y las cualidades de sonido a través de las escalas (SHQ) y (SSQ) con pacientes implantados bilateralmente de manera simultánea, mediante la recopilación de datos 2 años después de la implantación. Se observo mejoría continua durante el primer año con mayor proporción en los primeros seis meses logrando reconocimiento de palabras y localización, solo algunos casos experimentaron beneficios hasta los 24 meses. Por su parte (Thompson, y otros, 2020) investigaron el beneficio del uso del IC en pacientes con pérdida auditiva asimétrica moderada profunda en el oído implantado y en oído contralateral leve a moderada, tuvieron en cuenta solamente la escala (SSQ), de la cual determinaron beneficios con la estimulación bimodal las cuales no se identificaron en las pruebas audiológicas tradicionales, esto indica que aunque puntuaron mejor en cada uno de los subdominios del cuestionario, no se tuvo correlación con la prueba de logoaudiometria realizada en cabina ya que el porcentaje de discriminación fue menor.
(Di Nardo, Anzivino, Giannantonio, Schinaia, & Paludett, 2014) Los presentes autores estudiaron los efectos de la implantación coclear en adultos mayores con una edad promedio de 72 años versus adultos jóvenes, en cuanto a percepción de habla y calidad de vida, haciendo uso de los cuestionarios SF- 36, Health Utilities Index (HIU) y (SSQ) en términos generales hubo mejoría en la percepción de su vida cotidiana, se evidencio que en el FS-36 los pacientes adultos mayores reportaron cambios significativos a nivel del funcionamiento social, además se observaron puntaciones similares en los dos grupos para los demás subdominios.
(Aimoni, y otros, 2016) afirman que el uso del implante coclear tiene un impacto positivo tanto en la calidad de vida como en las habilidades audiológicas y esto puede ser medido mediante el uso del cuestionario Glasgow Benefit Inventory (GBI). Además (Sanchez, Lassaletta, Perez Mora, Muño, & Gavilan, 2015) determinaron la importancia del cuestionario GBI en usuarios con implante coclear analizando cada uno de los subdominios: salud general alcanzo un 47.6%, beneficio social 17.9 % y salud física 1.7% dentro del análisis se observa un porcentaje significativo en el primer subdominio.
(Cloutier, Bussieres, Ferron, & Cote, 2013) aplican el cuestionario (GBI) posterior a la cirugía en usuarios postlinguales mayores de 80 años, mostrando que la adherencia al uso del dispositivo es mayor y por esta razón perciben mejoría en sus habilidades auditivas; sin embargo (Ramos, y otros, 2013) en su estudio afirman que los pacientes de 40 a 60 año tienen mejores resultados de reconocimiento de voz que en edades más avanzadas. Los pacientes experimentaron una mejoría significativa en su calidad de vida en todos los ámbitos, especialmente en la salud en general, mientras que en interacción social no hubo cambios importantes. Factores como la edad, deprivación auditiva y tiempo de uso del IC fueron estadísticamente relacionados con la calidad de vida (Orabi, Mawman, Al-Zoubi, Saeed, & Ramsden, 2006) realizaron un análisis pre y postoperatorio mostrando una notable mejoría en las pruebas audiológicas posterior a la adaptación, sin embargo; hay poca correlación con las respuestas en pruebas auditivas y desempeño en ruido ya que los pacientes adultos mayores no tienen exposición constante a estas situaciones y su proceso de plasticidad no permite el desarrollo de dichas habilidades de forma competente los beneficios se evidenciaron 9 meses después de la activación.
(Lassaletta, y otros, 2007) midieron la calidad vida mediante cuestionario (GBI) notaron un efecto positivo global puntuando un (98%) para la subcategoría general, mientras que para el apoyo social un (26%) y el bienestar físico (20%). Lo anterior se relacionó directamente con el disfrute de la música y reconocimiento de la melodía. La edad de implantación no estaba relacionada con los hábitos de escucha, sin embargo, la capacidad de responder a los cuestionarios podría estar influenciado por la edad de los usuarios.
Otros estudios ponen de manifiesto la importancia de usar más de un cuestionario estandarizado para medir la calidad de vida de los usuarios con IC.
(Calvino, Sanchez Clavijo, & Gavilan, 2018) realizaron una comparación entre usuarios de IC con y sin otoesclerosis a través de instrumentos estandarizados como (GBI), (NCIQ) y cuestionario para la percepción subjetiva de la calidad del sonido HISQUI. En general demostraron resultados audiológicos similares dentro de los grupos.
En cuanto al análisis de los cuestionarios el (GBI) refleja un efecto positivo en el funcionamiento físico y social. De acuerdo con el (NCIQ) se observó una mejoría significativa en la calidad de vida en todos los subdominios, especialmente en salud después de la implantación coclear. El cuestionario para la percepción subjetiva de la calidad del sonido HISQUI mostro un resultado moderado debido al uso del dispositivo, sin embargo, se hace necesario aplicación pre y postoperatorio de este.
Por otra parte (Claes, Van de Heyning, Gilles, Van Rompaey, & Mertens, 2018) tuvieron como objetivo evaluar el cambio cognitivo de los usuarios de implante coclear, contrastando instrumentos estandarizados; en la aplicación preoperatoria para todos los cuestionarios mostraron un alto grado de discapacidad auditiva; en la aplicación postoperatoria el (SSQ) tuvo cambios en el desempeño durante los primeros seis meses y después de 12 meses de uso del dispositivo, evidenciaron un grado moderado de discapacidad auditiva. Para el (NCIQ) aumentaron considerablemente todos los subdominios (memoria a corto y largo plazo, visoespacial, atención, lenguaje) y también se evidencia una percepción de sonido a nivel moderado, en cuanto al HISQUI19 notaron mejoría significativa entre la primera y la segunda aplicación, pero no para la última. Los resultados apuntan a un aumento en la memoria auditiva de los usuarios.
(Rumeau, y otros, 2014) aplicaron los instrumentos (GBI) y (NCIQ) para evaluar la calidad de vida relacionado con habilidades de discriminación del lenguaje, habla por teléfono y disminución del tinnitus, en todos los cuestionarios se evidencia una mejoría en su desempeño, sin embargo, el (NCIQ) mostro ser más efectivo que el GBI destacando factores que influyen positivamente en la vida cotidiana de los pacientes. Con uso de otras escalas determinaron que la incidencia del tinnitus disminuyo después de la implantación.
(Calvino, y otros, 2015) evaluaron calidad de vida a través de los cuestionarios HISQUI 29 e (GBI), para el cuestionario HISQUI se evidencia mejoría significativa en términos de percepción de música, televisión radio y comunicación por teléfono comparado con la aplicación previa. se logra una correlación con el cuestionario GBI alcanzo un alto puntaje en los dominios social y físico. Así mismo (Lassaletta, Calvino, Sánchez Cuadrado, Pérez Mora, & Gavilán, 2015) evaluaron procesos de calidad de vida en actividades de entrenamiento en conversaciones telefónicas comprendían mejor las voces familiares que las desconocidas, lograban identificar voz femenina y masculina, se determinó una correlación entre los resultados percibidos por los pacientes y las puntuaciones de los instrumentos (GBI) y HISQUI.
(Sladen, y otros, 2018) aplicando los cuestionarios NCIQ y CVRS determinaron la relación entre discriminación y calidad de vida relacionada con la salud, los pacientes observaron cambios positivos 6 meses después de la activación para los seis subdominios afines con sonido básico, encontraron mejor reconocimiento en silencio en el oído implantado y bajo la estimulación bimodal aumenta el desempeño en ruido, por lo anterior perciben que su salud mejora con el uso del dispositivo. (Muigg, y otros, 2018) coinciden con las afirmaciones de los autores anteriores en los beneficios posterior a la implantación coclear, sin embargo, para este estudio fueron evidenciados 12 meses después de la activación.
(Brodie, Betania, & Jaydip, 2018) destacaron la importancia de la rehabilitación auditiva de acuerdo al diagnóstico audiológico, características y necesidades individuales de los usuarios como un tratamiento eficaz en términos de calidad de vida, demostrando que el uso del dispositivo mejora el bienestar psicológico y social que favorece la adaptación
(Olze, y otros, 2012) aplicaron cuestionarios estandarizados NCIQ y CVRS a pacientes jóvenes y adultos, los resultados mostraron aumento significativo en los adultos mayores de 70 años especialmente en funcionamiento social y salud mental mejorando así la interacción con diferentes interlocutores. Por su parte (Sladen, y otros, 2017) afirman que en su estudio se evidenciaron beneficios relacionadas con la salud en general y altas puntuaciones en los seis dominios del NCIQ, coinciden que para el paciente el IC genera un impacto positivo en las habilidades de percepción del habla. Así mismo en otro de sus estudios (Sladen, y otros, 2017) mostraron que la edad avanzada de los pacientes no influía en los resultados de percepción del habla, con la aplicación del instrumento NCIQ se observaron altas puntuaciones en los subdominios de procesamiento de sonidos básico, procesamiento de sonido avanzado, autoestima, actividad, social y producción de habla; por el contrario los subdominios físico, dolor y energía tenían una menor puntuación y lo relacionaron con la edad.