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Evolución de las praxias estomatológicas. (Parte V)

Los desórdenes de la deglución y de la alimentación ocurren como parte del amplio espectro del complejo del desarrollo y desórdenes de la salud infantil. Por lo tanto pueden ser entendidos en relación a un conocimiento sólido del desarrollo normal de esta habilidades, que dependen de la integración funcional de múltiples sistemas.
La lengua, constituye el centro físico y fisiológico de este sistema neuromuscular, y esta implicada en mayor o menor grado, pero participa en todas las funciones.

Debe mantenerse en una postura correcta, y en un equilibrio armónico con los músculos y estructuras que la rodean.

En sentido horizontal, el denominado “mecanismo del bucinador” compuesto por:

a)como fuerza centrifuga: la lengua
b)como fuerza centrípeta: un anillo formado por los orbiculares, cuyas fibras se unen a otras del bucinador, que se van a insertar a su vez en el ligamento pterigomaxilar por atrás de los molares. Aquí se entrelazan con fibras del constrictor superior de la faringe y este continua hasta insertarse en el tubérculo faringeo occipital. En sentido vertical, el equilibrio linguo-velo-faringeo-laringeo-hioideo.

La importancia del hueso hioides radica en que su ubicación nos señala el alineamiento postural de todo el sistema. Esta unido a la columna por la fascia cervical y sostenido por un juego de fuerzas elásticas entre los músculos suprahioideos, que lo relacionan íntimamente con la lengua, la mandíbula y los extensores de cabeza, y los infrahioideos que lo unen a la cintura escapular.

Los suprahioideos son los responsables de que el diámetro anterior faringo-laringeo permita el libre paso del aire, necesario para respirar; intervienen en la deglución, en la masticación y en cierta forma actúan como extensores de la cabeza.

Deben sostener un equilibrio constante con los músculos del cuello, de la mandíbula, de la lengua e infrahioideos, contrarrestando continuamente los movimientos de la cabeza y la mandíbula.

Este equilibrio no solo interviene para establecer la posición de la cabeza, sino que además, participa en los esquemas posturales para la marcha y la locomoción, como así también en los sentidos de la visión y la audición.

Conclusión:

Para evaluar y tratar las alteraciones de la ingesta en los niños, es imprescindible conocer el proceso de evolución de las praxias estomatológicas
Los desórdenes de la deglución y de la alimentación ocurren como parte del amplio espectro del complejo del desarrollo y desórdenes de la salud infantil. Por lo tanto pueden ser entendidos en relación a un conocimiento sólido del desarrollo normal de esta habilidades, que dependen de la integración funcional de múltiples sistemas.
Las pautas terapéuticas se basan en las etapas funcionales normales del niño, para llegar al desarrollo de las funciones alteradas.
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