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El acompañamiento integral es transcendental, y en la práctica todas las dimensiones del ser humano deben ser trabajadas, tanto como la dimensión física, la afectiva, la social, la cognitiva y la comunicativa. Cada una de estas dimensiones, se relaciona de una u otra forma con el desarrollo de la comunicación, el lenguaje, el habla, la voz o los procesos de alimentación y deglución, que intervienen estos profesionales.
Introducción
En la práctica logopédica, el rol del profesional es muy importante, a la hora de abordar las alteraciones en el habla, la voz, el lenguaje o en la comunicación en general, la persona logopeda debe, no solo conocer las características de cada patología o condición observada en los pacientes para su detección temprana, sino también, debe conocer diferentes formas de intervención para su respectiva rehabilitación.
Por esta razón, el acompañamiento integral es transcendental, y en la práctica todas las dimensiones del ser humano deben ser trabajadas, tanto como la dimensión física, la afectiva, la social, la cognitiva y la comunicativa. Cada una de estas dimensiones, se relaciona de una u otra forma con el desarrollo de la comunicación, el lenguaje, el habla, la voz o los procesos de alimentación y deglución, que intervienen estos profesionales.
Es por esta razón, que antes de iniciar cualquier proceso terapéutico, es necesario centrarse en el individuo, y reconocerlo como una persona sistémica, con emociones, pensamientos, sensaciones y percepciones particulares. Por ello, el logopeda debe proponer un plan versátil que provoque espacios de aprendizaje, más que la aplicación de técnicas de rehabilitación ajenas al individuo con quien trabaja, tomando en cuenta la forma en que sus pacientes procesan la información y generalizan cada aprendizaje logrado, es decir, se consideran los procesos cognitivos, durante la intervención terapéutica, como punto clave para el éxito de la práctica logopédica.
Y por procesos cognitivos, se entiende, como aquellos que nos permiten procesar la información que nos llega a través de los sentidos para que signifiquen algo para nosotros, pudiendo ser procesos cognitivos básicos o superiores. Un proceso cognitivo básico es condición para el posterior procesamiento de información, estos procesos son: la sensación, percepción, atención y memoria. Sin estos procesos es imposible que, en el futuro, se desarrollen procesos superiores, es decir, la inteligencia, el pensamiento y el lenguaje, que a la vez son indispensables para el desarrollo de las tareas que son solicitadas durante las sesiones logopédicas, sin importar cuál sea su diagnóstico con la cual se trabaje, ya que se relacionan con las funciones ejecutivas que permiten lograr el aprendizaje en general del individuo.
Exploración de los sentidos en la práctica logopédica
La metodología utilizada en la práctica logopédica es clave para garantizar la eficacia y la celeridad del tratamiento propuesto. En una investigación descrita por Varela (2021) para comparar los métodos didácticos participativos con los tradicionales, encontró que el método participativo parece involucrar un esfuerzo cognitivo mayor, que podría llevar a un aprendizaje más significativo en comparación con el método más tradicional o pasivo. Es decir, que la forma dinámica y multisensorial en la que se presenten los estímulos durante la sesión de trabajo, puede garantizar una mayor efectividad a la hora de alcanzar los objetivos planteados. Esta información orienta al logopeda a modificar las estrategias de rehabilitación para obtener mejores resultados. Implicando la incorporación de información a través de los sentidos. De esta forma, el cerebro recibe estímulos de diferentes canales, los cuales se integran entre sí produciendo una asimilación más completa de la información (Neri, 2018), la cual siempre puede generar nuevos conocimientos, por ejemplo; se puede obtener una percepción distinta, recibiendo la información del mismo canal, en un momento diferente.
Por ello, tanto los sentidos como la percepción son la fuente de información más importante para el ser humano. En la percepción intervienen los sentidos y una serie de actividades cognoscitivas que nos ayudan a interpretar las sensaciones auditivas, táctiles, olfativas, gustativas o visuales que llegan al cerebro, así se elaboran los conocimientos y se crean imágenes mentales. Sin duda, el movimiento forma parte de esta información que se genera de los diferentes canales, y por ello, también debe ser considerado en esta práctica profesional.
En la práctica logopédica
Entonces se propone que cuando se intervenga una alteración del habla, no baste con aplicar, por ejemplo, una técnica miofuncional para mejorar el movimiento de la lengua y lograr así el punto y modo adecuado de un fonema, sino que se debe proveer a la persona de una experiencia visual y auditiva, además de la aplicación del masaje miofuncional, en caso de que sea requerido este último, mostrándole frente al espejo la diferencia entre una y otra posición de los órganos fonoarticuladores y utilizando un audio con los diferentes sonidos que se forman al incorporar el punto y modo aprendido, en contraste con la práctica que tenía anteriormente. Y, más allá de aplicar una estrategia multisensorial, es necesario también promover sensaciones placenteras, que motiven al aprendizaje, realizando este ejercicio, por ejemplo, con palabras que evoquen recuerdos de experiencias personales agradables, nombres de familiares o comidas favoritas.
En este sentido, la práctica integraría diferentes ámbitos personales, asegurando así, la eficacia del tratamiento. Así mismo, el movimiento, producto de la cinestesia (nos informa de la posición y movimientos de nuestro cuerpo), también debe ser tomado en cuenta, a la hora de planificar cada sesión de trabajo, ya que se ha comprobado que, a partir del movimiento, aumenta la capacidad de crecimiento de conexiones neuronales que contribuyen a la plasticidad del cerebro, debido a una proteína llamada BDNF (del inglés Brain Derived Neurotrophic Factor). Este factor actúa en el sistema nervioso central (SNC) y sistema nervioso periférico (SNP) promoviendo el desarrollo de neuronas inmaduras y ayudando paralelamente al desarrollo de las neuronas adultas. El BDNF también está involucrado en la formación de la memoria, el aprendizaje, la plasticidad sináptica y la conectividad neuronal.
Siguiendo, el ejemplo planteado para trabajar un fonema alterado en un paciente, se propone entonces, terminar la sesión con un poco de movimiento, en donde se lance una pelota a un canasto y al mismo tiempo se repitan las palabras aprendidas durante la sesión, en este caso la atención, el tacto, el sentido auditivo y el movimiento, refuerzan el aprendizaje que se realizó desde diferentes canales sensoriales y además, crea un ambiente ameno y familiar que promueve el logro de objetivos de una manera más efectiva.
Referencias
Maureira, F (2016) Plasticidad sináptica, BDNF y ejercicio físico. 7(40):51-63 Revista digital de educación física. https://www.researchgate.net/publication/300416079_Plasticidad_sinaptica_BDNF_y_ejercicio_fisico
Neri, L (7 de mayo del 2018) Utiliza el sentido del tacto para un mejor aprendizaje. Observatorio. Instituto tecnológico para el futuro
https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/sentido-tacto-mejor-aprendizaje
Universitat Carlemany (23 de marzo del 2020) Procesos cognitivos, ¿Qué son y qué tipos hay? https://bit.ly/3jebHlR
Varela, F., Leighton F (21 de noviembre del 2021) ¿Cómo aprende el cerebro? Revista I+D. https://revistaidi.udec.cl/como-aprende-el-cerebro/
Varela, F., Leighton F (21 de noviembre del 2021) ¿Cómo aprende el cerebro? Revista I+D. https://revistaidi.udec.cl/como-aprende-el-cerebro/