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La actuación del logopeda en el ámbito de la investigación sigue siendo poco conocida y apenas valorada como alternativa profesional, a pesar de su importancia para el progreso y el mayor reconocimiento de la profesión.
Está bien establecido que la Logopedia es una profesión sanitaria que realiza actividades de prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de las alteraciones de la comunicación humana y de las funciones orales no verbales, en todas las etapas de la vida. De esta forma, el logopeda puede actuar en diferentes ámbitos como salud, educación y bienestar social.
Sin embargo, la actuación del logopeda en el ámbito de la investigación sigue siendo poco conocida y apenas valorada como alternativa profesional, a pesar de su importancia para el progreso y el mayor reconocimiento de la profesión.
Hay innumerables razones que justifican la necesidad de investigar en logopedia. Entre ellas destacan la contribución en el conocimiento del tratamiento de las alteraciones de la comunicación y el mantenimiento de la calidad de la asistencia clínica (Irwin et al., 2013). Además, la importancia de la investigación en logopedia ha aumentado con la difusión del modelo de toma de decisiones clínicas orientado a la Práctica Basada en la Evidencia (PBE).
La PBE es una propuesta de convivencia entre la práctica clínica y la investigación (Monfort et al.,2014). Puede ser entendida como una forma de orientar la toma de decisiones clínicas sobre el cuidado de los pacientes, que implica el uso de la mejor evidencia científica conjugado con la experiencia clínica y las necesidades y valores de los pacientes, con el fin de proporcionarles un servicio de alta calidad (Sackett et al., 1996; Sackett et al., 2000; American Speech Language and Hearing Association [ASHA], 2005). De este modo, convierte al clínico en un usuario activo de los conocimientos generados por la investigación (Schelstraete,2011).
Castellanos-López y colaboradores (2018), en su obra sobre los métodos de investigación en logopedia, ejemplifican la aplicación de la investigación en esta disciplina. Estos autores hacen mención a los años 60-70, cuando las teorías de la lateralidad y orientación espacial estaban relacionadas con las causas de la dislexia, y se deducía que la intervención motriz podría mejorar las dificultades características de las personas con dislexia. Sin embargo, mediante la investigación esta hipótesis se puso a prueba, y no ha obtenido suficiente apoyo científico. Por el contrario, fue superada por otras teorías más actuales y tratamientos constatados como más efectivos.
Este ejemplo demuestra que la logopedia debe ir unida a la investigación, ya que esta propicia fundamentos sólidos que respaldan la práctica clínica, y provee información crítica que permite la implementación de mejoras en la logopedia. De esta forma, es evidente que cuanto mayor sea el número y la calidad de las investigaciones en el ámbito de la logopedia más relevancia cobrará la profesión.
Indudablemente, la falta de un área de conocimiento específica de la logopedia en España dificulta profundizar en la investigación en logopedia. Sin embargo, pese a esto el logopeda puede realizar investigaciones relacionadas con su disciplina.
La transición de diplomatura a grado de logopedia ha favorecido la inserción del logopeda en el mundo de la investigación. Con este cambio, la formación ha dispuesto de más tiempo para profundizar en las metodologías de investigación, así como en los fundamentos teóricos necesarios para la práctica clínica. Además, ha facilitado el acceso de los logopedas a los estudios de doctorado, el nivel académico más alto en la carrera investigadora (Cuetos,2020).
De acuerdo con el real Decreto 99/2011, que regula las enseñanzas de doctorado, este se define como el tercer ciclo de estudios universitarios oficiales, que conduce a la adquisición de las competencias y habilidades relacionadas con la investigación científica de calidad. Por regla general, para que un logopeda pueda acceder a un programa de doctorado deberá estar en posesión de los títulos oficiales españoles de grado y de Máster Universitario. La actividad esencial de un doctorando es la investigación. De este modo, durante esta etapa el doctorando debe elaborar una tesis doctoral que consiste en un trabajo original de investigación en un determinado campo de conocimiento de su elección. Este proceso le capacitará para el trabajo autónomo en el ámbito de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).
Uno de los grandes desafíos de la carrera investigadora es la obtención de financiación. En concreto, en la etapa predoctoral es complicado afrontar la realización de la tesis sin apoyo económico. Sin embargo, aunque escasas, existen alternativas de financiación predoctoral. Cada año hay convocatorias para becas predoctorales, cuyo objetivo es fomentar la formación de doctores a través de la financiación de contratos laborales. A modo de ejemplo se pueden mencionar los contratos para la formación de profesorado universitario (FPU) del Ministerio de Universidades, los contratos para la formación de doctores (FPI) del Ministerio de Ciencia e Innovación, y los contratos predoctorales de personal investigador en formación de las propias universidades.
En términos generales, los contratos predoctorales suelen tener una duración máxima de cuatro años y requieren la realización de actividades investigadoras asociadas a la tesis y de tareas de colaboración docente. Cada convocatoria establece sus requisitos y criterios propios para la selección, pero generalmente los procesos de selección suelen evaluar el expediente académico y el Currículum Vitae (CV) del solicitante, en especial su nota y actividad investigadora previa (p. ej. publicaciones, participación en congresos, etc.). Además, puntúan el proyecto de tesis y el CV del director del doctorando. La obtención de estos tipos de contrato es un gran impulso para una carrera investigadora.
Los logopedas pueden solicitar y conseguir estos contratos, siempre que cumplan los requisitos necesarios. Para ello, lo más importante es el interés precoz en el mundo de la investigación, sobre todo desde la formación universitaria.
Es cierto que la carrera investigadora implica un largo maratón universitario, pero no cabe duda de que su recompensa es incalculable tanto a nivel individual como colectivo.
Referencias
American Speech-Language-Hearing Association. (2005). Evidence- based practice in communication disorders [Position Statement]. Accesible en www.asha.org/policy.
Castellanos López, M. Á., Pérez Moreno, E., & Simón López, T. (2018). Métodos de investigación en logopedia (Ser. Trastornos del lenguaje. guías técnicas). Síntesis.
Cuetos, F. (2020). Importancia de la investigación en logopedia. Revista de Logopedia, Foniatría Y Audiología, 40(2), 45–47. https://doi.org/10.1016/j.rlfa.2020.04.001
Irwin, D. L., Lass, N. J., Pannbacker, M., Lass, N. J., & Pannbacker, M. (2013). Clinical research methods in speech-language pathology and audiology (2nd ed.). Plural.
Monfort, I., Monfort, M., & Juárez-Sánchez A. (2014). Investigacio´n y pra´ctica profesional en logopedia. Revista de Neurologia, 58, 111–155.
Real Decreto 99/2011, de 28 de enero, por el que se regulan las enseñanzas oficiales de doctorado. (2011). Boletín Oficial del estado, 35, sec. I. de 10 de febrero de 2011, 13909 a 13926. https://www.boe.es/boe/dias/2011/02/10/pdfs/BOE-A-2011- 2541.pdf
Sackett, D. L., Rosenberg, W. M. C., Gray, J. A. M., Haynes, R. B., & Richardson, W. S. (1996). Evidence based medicine: what it is and what it isn't. British Medical Journal, 312(7023), 71–71. https://doi.org/10.1136/bmj.312.7023.71
Sackett, D., Straus, S. E., Richardson, W. S., Rosenberg, W., & Haynes,
R. B. (2000). Evidence based medicine. How to practice and teach EBM? Churchill Livingstone Elsevier
Schelstraete MA.(2011). Traitement du langage oral chez l’enfant: interventions et indications cliniques. Elsevier-Masson