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Intervención en niños con Retraso Inicial de Lenguaje

Se debe recordar que los niños con Retraso Inicial de Lenguaje se caracterizan por tener habilidades de lenguaje menores a las esperadas para su edad, sin presentar otra alteración asociada. Existen medidas más precisas sobre cómo determinar si el niño se encuentra en riesgo de presentar problemas de lenguaje, 

Introducción

Cuando se habla de niños con Retraso Inicial de Lenguaje, cabe mencionar que existen nombres distintos para referirse a éste, en la literatura inglesa la forma genérica utilizada es Late Talkers (Rescorla,1989), y la Asociación Americana del Lenguaje Habla y Audición utiliza el término Late Language Emergence (2018). En el idioma español se le ha denominado Inicio Tardío del Lenguaje, Hablantes Tardíos, Emergencia Tardía del Lenguaje (Aguado, 2009; Gallardo, 2016) y Retraso Inicial de Lenguaje (Jackson-Maldonado, 2004).

 

Se debe recordar que los niños con Retraso Inicial de Lenguaje se caracterizan por tener habilidades de lenguaje menores a las esperadas para su edad, sin presentar otra alteración asociada. Existen medidas más precisas sobre cómo determinar si el niño se encuentra en riesgo de presentar problemas de lenguaje, una de ellas es tener un resultado en la Escala del Desarrollo de lenguaje (Language Development Survey, por sus siglas en inglés) por debajo del percentil 15 en vocabulario y menor al percentil 20 en desarrollo de frases (Rescorla y Achenback, 2000). Otra medida sería obtener un desempeño menor al percentil 10 en los Inventarios del Desarrollo Comunicativo MacArthur-Bates (Jackson-Maldonado, Thal, Fenson, Marchman & Newton, 2005).

 

Existe un criterio general muy aceptado de que los niños con 24 meses de edad deben tener al menos 50 palabras o no hacer combinaciones en frases de dos palabras (Rescorla; 1989; 2011). No obstante, ya se ha resaltado la importancia de otros indicadores que deben acompañar el criterio mencionado. También se ha recomendado la importancia de valorar otras áreas del desarrollo, debido a que muchas ocasiones este Retraso Inicial de Lenguaje puede ser secundario a otras condiciones clínicas. 

 

Es aquí donde la formación continua y actualización del especialista de la comunicación humana juega un papel preponderante, ya que el campo de la investigación está en constante cambio y cada día surge nueva información significativa para el campo de la intervención. Por ello, se recomienda profundizar sobre cuáles son los niños con Retraso Inicial de Lenguaje que requerirán de evaluaciones más precisas. Los siguientes documentos contienen información muy valiosa sobre este tema, uno es el proyecto CATALISE (Bishop et al, 2017) y el proyecto First Words de la Universidad Estatal de Florida (2016).

 

Desarrollo

Existen diversos enfoques de intervención que los terapeutas de la comunicación humana pueden utilizar en su práctica profesional. Algunos de estos enfoques han sido diseñados para poblaciones con alteraciones del desarrollo o trastornos específicos,  y otros han surgido como respuesta a los niños con Retraso Inicial de Lenguaje. Se debe considerar que no existe un solo programa que sea el mejor para todos los niños con este retraso. A continuación, se describen en forma general cuatro enfoques revisados por Finestack and Fey (2017):

 

1. Esperar y ver

Esperar y Ver (también llamado “esperar a ver qué pasa”) es un enfoque donde los niños identificados con Retraso Inicial de Lenguaje no serán remitidos a intervención directa, sino que serán monitoreados periódicamente para ver cómo evoluciona el desarrollo de su lenguaje. El especialista de la comunicación humana deberá estar familiarizado con este enfoque para saber en qué casos deberá utilizarse y cuando a pesar de haberse implementado tendrá que cambiar a otro enfoque más apropiado según el desarrollo del lenguaje del niño.  No se trata pues de sugerir a todos los padres que esperen, ya que “esperar” es un “decir”, hay trabajo que hacer, p. ej., las evaluaciones periódicas, el registro de objetivos, cambios de objetivos, etc.

 

Este enfoque es el que más controversia ha causado recientemente debido a que muchos especialistas y padres de familia no están de acuerdo en que los niños no reciban intervención y que estén siendo evaluados constantemente (debido a que este enfoque tiene periodos recomendados de evaluación de acuerdo a la edad del niño). Se debe recordar que este enfoque es solo para aquellos niños cuyo Retraso Inicial de Lenguaje no está asociado a otras alteraciones sensoriales o del desarrollo, la dificultad principal radica en el lenguaje expresivo, y el comprensivo no está alterado de forma significativa.

 

2. Estimulación general del lenguaje

Aquí los pequeños son remitidos a intervención de lenguaje, este tipo de enfoque requiere modificaciones del ambiente físico y lingüístico para incrementar las oportunidades de que el niño escuche con frecuencia modelos apropiados de lenguaje y pueda utilizar las habilidades que ya posee y potenciarlas. Los agentes (papá, terapeuta, maestro) tienen un papel más activo y no se plantean objetivos de lenguaje específicos, tampoco se le pide al niño directamente que diga alguna palabra o combinación de palabras.  

Hablando de los niños con Retraso Inicial de Lenguaje no asociado a otra condición, este enfoque se recomienda para aquellos cuya dificultad  está presente tanto a nivel expresivo como receptivo. Algunos resultados demostraron diferencias significativas en niños dependiendo la población a la que pertenecían. En muchos casos este enfoque beneficiará a los participantes, en otros, será necesario optar por otro tipo de intervención.

 

3. Estimulación focalizada del lenguaje 

Este enfoque tiene mucha similitud con el anterior, la diferencia radica en que aquí se deberán identificar uno o más objetivos en los que la enseñanza del profesional y los recursos del niño se tienen que enfocar. Los objetivos de intervención se eligen de acuerdo al desarrollo de lenguaje y a los resultados de una buena evaluación. En este modelo nunca se le pide al niño imitar la palabra o la forma lingüística, un ejemplo de este tipo de enfoque sería el programa Hanen para padres, donde se les entrena varias sesiones para crear y aprovechar las oportunidades del día a día en casa u otros contextos con el objetivo de mejorar la forma en que se comunica su hijo.

Los niños con Retraso Inicial de Lenguaje candidatos a este tipo de enfoque son aquellos que tienen dificultades en la expresión y comprensión, pero que también no han tenido los resultados esperados con los enfoques anteriores. Es decir, pudo ser un pequeño que comenzó con Esperar y Ver o Estimulación General de Lenguaje.

 

4. Enseñanza en contexto (Milieu teaching)

Este enfoque, también llamado Enseñanza Ambiental, y los modelos anteriores tienen lugar durante actividades naturalistas significativas. Al igual que la estimulación focalizada del lenguaje se deben seleccionar objetivos específicos en los que la intervención ha de centrarse. Se modifican el contexto físico y lingüístico para incrementar oportunidades para que hable o más específicamente, intente usar el comportamiento del lenguaje seleccionado. El padre o clínico incrementan los niveles de respuesta hacia los esfuerzos comunicativos del niño. Algo importante es que se deberá limitar el uso de comportamientos controlados, como órdenes y preguntas

 

En este enfoque se espera que el niño utilice la forma lingüística seleccionada de manera correcta en cada intento, en caso contrario se debe modelar la forma solicitada y se le pide al niño que la imite. Una vez que la imita se puede utilizar la reestructuración para expandir la expresión del niño. Este tipo de intervención se recomienda utilizar con niños que presentan Retraso Inicial de Lenguaje que tienen dificultades a nivel expresivo y receptivo. Además, es posible que la intervención con los enfoques anteriores no haya sido favorable o la propia evolución del lenguaje del niño demande el cambio de estrategia. 

 

Conclusión

El trabajo con niños que presentan un Retraso Inicial del Lenguaje requiere, entre otras cosas, que el especialista conozca las características de este retraso y su evolución. De este modo podrá determinar los instrumentos, el plan de evaluación e intervención que deberá implementar.  Los enfoques de intervención, como se mencionó antes, no son apropiados para todos los niños por igual, ni tendrán los mismos resultados en cada uno. Se deberá planear con cautela cuál es el que se adapte mejor a cada caso y en ocasiones, si no está obteniendo los resultados esperados, deberá cambiar estrategia.  Algunos estudios han utilizado un enfoque híbrido, dentro de los cuales los niños han tenido resultados muy positivos.

 

Conocer a detalle los diferentes enfoques de intervención puede hacer una gran diferencia, sobrecargar al niño o exponerlo a un tipo de trabajo para el que no está preparado puede tener consecuencias negativas en los resultados de la intervención. A pesar de que existen desacuerdos y controversias en torno a los niños con Retraso Inicial de Lenguaje (18-38 meses) sin otra alteración agregada,  los especialistas deberán estar al tanto de estos hechos para poder orientar y educar a otros profesionales de salud que no pertenecen al campo de comunicación humana, p. ej.,  médicos o maestros, así como a los padres y familiares de los menores.  

 

Referencias

Achenbach, T. M., & Rescorla, L. A. (2000). Manual for the ASEBA Preschool Forms & Profiles. Burlington, VT: University of Vermont, Research Center for Children, Youth, & Families.

Aguado G. (2009). El trastorno específico del lenguaje (TEL): un trastorno dinámico. Manuscrito enviado para publicación. Recuperado de munozy.org/files/9/Logopedia/TEL /documentos/A04-aguado-tel.pdf

American Speech-Language-Hearing Association (2018). Late blooming or language problem?  Recuperado de

https://www.asha.org/practice-portal/clinical-topics/late-language-emergence/

Bishop D. V. M., Snowling M. J., Thompson P. A., Greenhalgh T., CATALISE consortium (2016). CATALISE: A Multinational and Multidisciplinary Delphi Consensus Study. Identifying Language Impairments in Children. PLoS ONE 11(7): e0158753. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0158753

Finestack . L. H. y Fey M. E. (2017). Evidence Based Language Intervention Approaches for Young Late Talkers. En L. A. Rescorla y P. S. Dale (Ed.). Late talkers Language Development, Interventions, and Outcomes (pp. 283-302). Baltimore, Maryland; Paul Brookes Publishing

Gallardo I. E. (2016). Inicio Tardío del Lenguaje. Rev Mex AMCAOF 2016; 5 (3): 89-96 Recuperado de

 http://www.medigraphic.com/pdfs/audiologia/fon-2016/fon163c.pdf

Jackson-Maldonado D. (2004). El retraso del lenguaje en niños mexicanos: vocabulario y gestos. Anuario de Psicología. 35 (2): 257-278

Jackson-Maldonado D, Thal D, Fenson L, Marchman VA, Newton T, Conboy B (2005). CDI Inventarios MacArthur-Bates del Desarrollo de Habilidades Comunicativas. México: Manual Moderno

Paul, R., Norbury C. & Gosse C. (2017). Language disorders from infancy through adolescence : listening, speaking, reading, writing, and communicating. St. Louis, Mo. :Elsevier

Rescorla L. (1989) The Language development survey: a screening tool for delayed language in toddlers. J Speech Hear Disord. 54: 587- 599

Rescorla L. (2011). Late talkers: do good predictors of outcome exist? Dev Disabil Res Rev.. 17: 141-150

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