El objetivo de esta investigación es analizar la implementación de medidas preventivas secundarias como favorecedoras de la atención temprana de las sorderas infantiles, considerando a la prevención como herramienta necesaria e indispensable para la identificación temprana de niños con deficiencias auditivas.
Cuanto más se retrase la estimulación del lenguaje menos eficaz serán las posibilidades para adquirirlo. Un niño sordo que esté privado de estimulación adecuada durante sus primeros años, no alcanzará el máximo de sus posibilidades lingüísticas, tanto, si la privación fue consecuencia de deficiencia auditiva, como si lo fue por falta de exposición a un lenguaje de calidad suficiente.
LA PREVENCIÓN SECUNDARIA EN LA ATENCIÓN TEMPRANA DE SORDERAS INFANTILES
Introducción
Son diversas las causas de sordera en las primeras edades de la vida, por lo tanto es importante conocer la trascendencia que la detección precoz tiene para una oportuna labor preventiva y asistencial.
Detectar precozmente anomalías que puedan existir en la audición de un recién nacido, permite comenzar a la brevedad una atención temprana que minimice las secuelas de la problemática. Un diagnóstico realizado antes de los tres primeros meses de vida, posibilitará las adquisiciones lingüísticas.
Es por ello, de esta investigación es analizar la implementación de medidas preventivas secundarias como favorecedoras de la atención temprana de las sorderas infantiles, considerando a la prevención como herramienta necesaria e indispensable para la identificación temprana de niños con dificultades auditivas.
Respecto a los aspectos preventivos hay mucho por decir, pero más por hacer.
En prevención primaria se han efectuado diversas propuestas desde diferentes sectores, pero pocos se concretan, evidenciándose una carencia de información a la población en general sobre aquellos factores que pueden ocasionar trastornos y deficiencias.
En la gran mayoría de las dificultades auditivas la problemática radica en lo tardío del diagnóstico, que se traduce en una demora en la atención temprana y compromete a futuro, la integración social, laboral, y cultural del niño sordo.
Lo óptimo sería, estudiar a todos los recién nacidos para identificar a los que tienen alguna disminución auditiva, pero en general se estudian solo a los niños considerados de alto riego, es decir, a niños que nacieron prematuros o tuvieron algún problema durante el embarazo o el parto.
Cuanto más se retrase la estimulación del lenguaje menos eficaz serán las posibilidades para adquirirlo. Un niño sordo que este privado de estimulación adecuada durante sus primeros años, no alcanzará el máximo de sus posibilidades lingüísticas, tanto, si la privación fue consecuencia de deficiencia auditiva, como si lo fue por falta de exposición a un lenguaje de calidad suficiente.
“El ingreso tardío en el “escenario” de la problemática de sordera se debe a numerosos factores entre los que se pueden mencionar:
*La crisis familiar que se produce en la familia al recibir una información diagnóstica imprevista, y no saber que hacer con ella por no estar debidamente contenidos.
*La búsqueda por parte de los padres de soluciones rápidas a una problemática que no las tiene, lo que provoca una falta de información adecuada y la demora en la atención de los niños.
Considerando estos factores, entre otros varios, y sabiendo que los primeros pasos fundamentales en el desarrollo de los sistemas primarios de comunicación de los niños sordos, son los que servirán de base hacia sistemas de representación elaborados como el lenguaje, el imput lingüístico que se le brinde a ese bebé sordo, permitirá que pueda utilizar contemporánea y eficazmente las habilidades simbólicas y combinatorias para la comunicación”. (Fanin,2000)
Por lo expuesto, se puede decir, que el impacto que produce la devolución diagnóstica de las sorderas infantiles, repercute de diferentes maneras en el imaginario que tienen los padres acerca de la problemática que aqueja a sus hijos.
A consecuencia de ello surge el siguiente interrogante:
¿La prevención secundaria oportuna favorece el accionar de la atención temprana en las sorderas?
Es importante mencionar que esta investigación se orientó a analizar, describir e interpretar desde una modalidad cualitativa una situación puntual, que permita la reflexión sobre algunos aspectos acerca de la prevención secundaria y la atención temprana de sorderas infantiles.
La muestra está integrada por sujetos que asisten al Servicio de Atención Temprana para Sordos en la Clínica Fonoaudiológica de la Universidad Nacional de San Luis. La integran12 (doce) niños sordos e hipoacúsicos de ambos sexos, cuyas edades oscilan de 1 año -3 meses a 3 años -1 mes.
Prevención Primaria y Secundaria
La acción preventiva se sustenta en la necesidad de implementar medidas preventivas primarias y secundarias.
Entendiendo por prevención primaria, a la actividad educativa que se realiza en conjunto con distintas especialidades que entiendan sobre esta problemática y que tiene como finalidad informar a los potenciales padres y a la comunidad en general sobre la afección, riesgos y sus manifestaciones clínicas. El objetivo es disminuir la incidencia de una enfermedad o trastorno, reduciendo la aparición de nuevos casos.
Para ello se requiere de adecuados planes de divulgación e información previa al nacimiento de los niños. Es decir, informar a la población en general y a los potenciales padres en particular sobre los peligros y diferentes factores que pueden ocasionar trastornos y/o deficiencias a sus hijos, para que en la medida de lo posible los prevean.
Asimismo, instruir a los principales agentes sanitarios que son las madres, en cuanto a los cuidados y controles que deben tener durante el embarazo, para evitar de esta forma, peligros innecesarios.
La prevención secundaria consiste en disminuir la existencia de una enfermedad en una población reduciendo su evolución y tiempo de duración al mínimo posible.
Es decir, ante la eventualidad de aparición de un trastorno o enfermedad se actúa evitando o paliándo al máximo los efectos que pueden llegar a tener sobre el niño.
Es importante la precocidad con la que se efectúa la detección, diagnóstico, asesoramiento, educación y acompañamiento a la familia, ya que permitirá una mejor relación del niño con sus padres y redundará en un mejor desarrollo de todas las potencialidades de este niño.
Un diagnóstico tardío retrasa el comienzo de la intervención, que será menos eficaz cuanto más se aleje del periodo crítico de desarrollo que corresponde a las edades evolutivas más tempranas.