Cada vez con mayor asiduidad el neurólogo se ve involucrado en el diagnóstico clínico de un niño que no ha desarrollado su lenguaje o lo está desarrollando mal. Es por ello que esta breve revisión de la patología del lenguaje en el niño, pretende brindar una ayuda práctica al neurólogo para que pueda hacer un diagnóstico diferencial apropiado. El desarrollo no es innato y depende, en gran medida, de la interacción que exista entre el niño y su entorno.
INTRODUCCIÓN
Cada vez con mayor asiduidad el neurólogo se ve involucrado en el diagnóstico clínico de un niño que no ha desarrollado su lenguaje o lo está desarrollando mal. Y esto se debe a que cada vez más los padres de familia y otros profesionales igualmente involucrados - como los psicólogos o los profesores especializados en patología del lenguaje - están asumiendo con toda lógica que el cerebro de hecho juega un papel importante en estas alteraciones del desarrollo y nadie mejor que el neurólogo para determinar el estado del sistema nervioso infantil y de proporcionar la ayuda diagnóstica que guíe el trabajo terapéutico. Aunque es bueno señalar que éste debe llevarse a cabo por un equipo interdisciplinario especializado de cuya información se tratará más adelante.
Es por ello que esta breve revisión de la patología del lenguaje en el niño, pretende brindar una ayuda práctica al neurólogo para que pueda hacer un diagnóstico diferencial apropiado.
Antes que nada conviene recordar que el lenguaje es la más importante función neuropsicológica, que constituye la forma más evolucionada de comunicación y que es propio sólo de los humanos.
Su desarrollo, sin embargo, no es innato (aunque su disposición a desarrollarlo sí lo sea) y depende, en gran medida, de la interacción que exista entre el niño y su entorno.
Tal fenómeno de interacción pone en juego, por un lado, la maduración neurobiológica del niño, medida por las etapas del desarrollo psicomotor, y, por otro, la capacidad del medio ambiente para estimularlo a través fundamentalmente de las conductas comunicativas a su alrededor, sobre todo aquéllas que parten de su hogar.
DESARROLLO NORMAL DEL LENGUAJE
El desarrollo del lenguaje, sentado así sobre tales bases de interacción, es un proceso fluido que en el infante se da en tres fases consecutivas: la etapa pre-lingüística, el pasaje de la etapa lingüística a la lingüística y el inicio de la etapa lingüística propiamente dicha.
La etapa pre-lingüística, como su nombre lo está indicando, es preparatoria para que el infante desarrolle el lenguaje y coincide con el período sensorio-motor de Piaget. El llanto, el grito y los reflejos de succión y deglución presentes en el neonato son verdaderos precursores a la distancia de la capacidad de expresión oral que posteriormente el niño pueda desarrollar. La ausencia o la debilidad de ellos en el momento de nacer deben llamar la atención en este sentido. Posteriormente, la sonrisa voluntaria y las emisiones vocálicas aparecen y con justeza han sido incluidas bajo la denominación de juego vocal.
Este, en un principio, es anárquico y monocorde pero, posteriormente, se hace más controlado, lúdico y "melódico" a partir de los ocho meses de edad, en los que entra en juego un fenómeno de autorregulación auditiva. Las vocalizaciones son seguidas de sonidos inarticulados en una jerga propia y de un balbuceo imitativo cada vez más rico.
Este pre-lenguaje se ve transformado poco a poco en una emisión seleccionada de sonidos cada vez más organizados y que, al señalar el paso del juego vocal al lenguaje propiamente dicho, ya posee una intención francamente comunicativa. En este momento es evidente que el lactante ha desarrollado notablemente su capacidad de comprender algunos sonidos verbales venidos de las personas cercanas a él.
No hay edad precisa que pueda con certeza señalarse como la del inicio de la etapa lingüística, pero lo frecuente es que de los diez a los doce meses aproximadamente el lactante dé significado a algunas palabras que escucha y comience la emisión de lo que se ha llamado el monosílabo intencional preludio de las primeras palabras ya con evidente contenido significativo. Como es de suponer, la evolución del lenguaje no puede ser desligada del contexto del desarrollo psicomotor (ya que guarda una relación sincrónica y proporcional con el progreso de las gnosias y de las praxias), el nivel de competencia intelectual y las etapas del desarrollo del pensamiento.