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El trastorno del déficit atencional, ante la diversidad. (Parte III)

Todas estas actividades deben constituir el contenido de las sesiones de trabajo escolar destinadas específicamente a entrenar al alumno, a permanecer tranquilo realizando una determinada actividad las cuales en este caso resultarán muy atractivas para ellos.
Algunas técnicas de intervención.

Para los ejercicios de atención y concentración:

Realizar fichas de trabajo atractivas y sugerentes para el alumno en las que la tarea consista en discriminar visualmente estímulos gráficos. El contenido de ese material de trabajo debe ser sustancialmente al propio contenido de las asignaturas escolares de forma que el alumno se sienta motivado a la tarea por su novedad y por su grado de dificultad asequible a sus capacidades.

De igual manera, es muy importante que dichos ejercicios no se conviertan en una mera tarea rutinaria y mecánica sino que deben introducirse verbalizaciones en la realización de actividades atencionales señalando (expresión oral) la secuencialidad de las operaciones involucradas en los ejercicios realizados con el objeto de poder establecer más sólidamente el entrenamiento en atención-concentración.

Algunos tipos de actividades validos pueden ser:

·Ejercicios de discriminación visual.
·Razonamiento verbal.
·Razonamiento lógico.
·Completar frases.
·Sinónimos-antónimos.
·Ordenación de conceptos.
·Seguir series.
·Problemas-acertijos.
·Localizar las características.
·Otros.

Juegos educativos:

Todos aquellos juegos considerados como tranquilos, deben utilizarse como actividad terapéutica para administrárselos a los alumnos hiperactivos. Deben diseñarse aquellas situaciones que propicien, fomenten y estimulen la necesidad y autosatisfacción del propio juego tranquilo (en el patio, en la clase, en horario flexible, en una clase de apoyo...).

Algunos juegos calificados como inductores de tranquilidad son los siguientes:

·Palabras que empiecen por ...
·Rompecabezas y puzzles.
·Seguir laberintos (en el suelo y en la pizarra).
·El parchís.
·Juego de cartas.
·Audiciones musicales.
·Ejercicios de respiración.
·Mirarse en el espejo.
·Concentrarse ante un determinado estímulo (mirar durante algunos minutos a un mural, a un objeto).
·Experimentar sensaciones.
·Juego de construcciones.
·Escribir a máquina.
·Observar detalles.
·Cerrar los ojos y concentrarse.

Todas estas actividades deben constituir el contenido de las sesiones de trabajo escolar destinadas específicamente a entrenar al alumno, a permanecer tranquilo realizando una determinada actividad las cuales en este caso resultarán muy atractivas para ellos.

Sin embargo, es común que muchas personas se muestran indiferentes ante el diagnóstico del D.A., considerándolo como simplemente una característica propia de la infancia. Otros consideran que quizás es una "moda", una forma de justificar la falta de control de los padres de la disciplina de sus hijos, o bien la incapacidad de los educadores para enseñar.

Pero la verdad es que el D.A. es un trastorno real que ha tenido todo un desarrollo histórico y que su existencia tiene una base científica. Ha sido descrito desde diferentes perspectivas y su nombre ha venido variando de acuerdo al enfoque de los estudios y la época.

Como el trastorno parecía tener un origen a nivel cerebral se le dieron varios nombres tales como "Disfunción Cerebral Mínima”. Posteriormente los estudios clínicos retomaron la búsqueda de una mejor descripción de los problemas de comportamiento. El enfoque de comportamientos tales como la hiperactividad dio origen al nombre "Síndrome del Niño Hiperactivo". Es en los años 70 cuando los estudios determinaron la igualdad en importancia no solo de la impulsividad sino también de la atención, las investigaciones pasaron del estudio del nivel de actividad al estudio de la naturaleza de la de la atención, los diferentes tipos y la relación de estos con el trastorno.

En esta etapa se le llamo Déficit Atencional (con hiperactividad y sin hiperactividad) estudios consecuentes dejaron claro que la impulsividad y la hiperactividad estaban altamente relacionados uno con otro sugiriendo con ello que formaban un solo problema relacionado con la incapacidad para controlar e inhibir comportamientos.

Hoy en día médicos, psicólogos, psiquiatras, psicopedagógos y otros especialistas creen que el Déficit Atencional consiste en tres problemas prioritarios relacionados con la habilidad de la persona para controlar el comportamiento: dificultad para sostener la atención, control de impulsos o inhibición de los mismos y actividad excesiva.

Lo importante del caso es dejar claro que el D.A. no es un trastorno nuevo, es algo que se ha sido motivo de interés para la investigación a partir de la importancia que este tiene en la vida de la persona.

Para demostrar la existencia del D.A. como un trastorno algunos científicos lograron demostrar que:

·Aparece desde temprana edad.
·Se puede diferenciar claramente de la conducta de un niño que no tiene el trastorno.
·Las conductas se dan en muchas situaciones, no necesariamente en todas.
·La capacidad del niño se ve afectada para responder efectivamente a las demandas del medio según su edad.
·Han sido conductas persistentes en su desarrollo.
·Su comportamiento no es el resultado únicamente de la influencia del ambiente.
·Esta relacionado con anormalidades en el funcionamiento y desarrollo a nivel cerebral.
·Esta asociado a otros factores biológicos que pueden afectar el desarrollo y funcionamiento del cerebro (genéticos etc.).

Muchas conductas están relacionadas a la dificultad para inhibir el comportamiento, organizarse, autocontrolarse y poder planificar o mirar hacia adelante. Hay que tomar en cuenta que el joven o niño con D.A. desafortunadamente tiende a presentar además algunos problemas asociados como: sociabilidad, comportamiento, problemas de aprendizaje y problemas emocionales. Estas características son las que van a interferir de manera significativa en el comportamiento diario del niño o adolescente frente a las demandas sociales, educativas y familiares.

Es importante entonces comprender que no todas las personas con D.A. presentan las mismas características, existen diferentes tipos y diferentes grados de intensidad así como problemas asociados.

En síntesis se puede señalar que es un trastorno que se caracteriza por tres síntomas nucleares: falta de atención, hiperactividad (aumento de la actividad motora), e impulsividad. Estos tres síntomas no necesariamente tienen que estar todos presentes a la vez. Los síntomas se pueden presentar en un amplio espectro: pueden ir desde muy leves hasta altamente severos.

El Síndrome de Déficit Atencional, también conocido como SDA, es una alteración de ciertas funciones cerebrales que apoyan las capacidades de aprendizaje y manejo de los impulsos; es de origen neurobiológico, y se presenta en algunos niños / jóvenes en tres áreas específicas: capacidad de concentración, capacidad de control de impulsos y en algunos casos, en el nivel de actividad.

Los padres y madres de familia deben ir identificando las conductas de su hijo(a) en particular para así tener una mayor comprensión de su comportamiento de tal manera que sea capaz de discriminar cuáles de sus conductas pueden remitir a su trastorno.
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