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Intervención educativa. Síndrome de Wlliams. (parte II)

Isa Garcia Morante | 15/07/2003
TÉCNICAS DE ENSEÑANZA GENERALES
Una de las actitudes potencialmente más perjudiciales que el profesor puede adoptar con este tipo de personas es dejarles a solas con sus propios recursos limitados en situaciones (escolares y sociales) que carezcan de suficiente estructura. Debido a sus importantes dificultades organizativas y de solución de problemas es preciso ubicarles en ambientes y/o situaciones de aprendizaje lo suficientemente estructurados que les permitan un mínimo ajuste. El profesor ha de guiarles cuidadosa y metódicamente en el abordaje de las distintas tareas y en el ajuste al grupo de iguales (por ejemplo en los recreos). Siempre que sea posible conviene utilizar una técnica de enseñanza que vaya de las partes al todo, esto es, dada una tarea concreta y novedosa, explicarles primero los detalles de esa tarea, sus interrelaciones, y que de esta manera lleguen a captar en qué consiste en definitiva el ejercicio. Especialmente los pequeños, tienden a responder positivamente a una aproximación pedagógica lenta, repetitiva y altamente redundante. Cuando se les explique algo, hablar de una idea, concepto o procedimiento, y de una forma directa, de esta manera el niño captará al menos algunos aspectos del material. Si no es posible explicar mediante palabras una actividad dada, posiblemente le será bastante difícil beneficiarse de tal instrucción. El alumno aprenderá mejor cuando cada uno de los "pasos" verbales se presenten en la secuencia correcta. En esta línea, se les puede ofrecer un juego de reglas o instrucciones verbales (que consten por escrito, si ha accedido ya a la lectura) para que pueda aplicarlas cuando sea preciso. Esto es especialmente importante en la enseñanza de operaciones y procedimientos matemáticos mecánicos. A los niños y adultos con el Síndrome de Williams les gusta el lenguaje en sí mismo, sienten especial disfrute con el sonido de las palabras y de las frases (no es difícil observar cómo con cierto placer repiten en ocasiones términos o expresiones que el adulto acaba de pronunciar). Por esta razón, las tareas en las que participe el lenguaje son a menudo muy motivantes para ellos. Especialmente con los más pequeños y/o discapacitados, interesa presentar las materias verbales con imágenes representativas, lo que puede incrementar la atención y ayudar a mantener la atención. Hay además que tener muy presente, que prestarán especial interés a los temas cargados de contenido afectivo, dada su especial sensibilidad al mundo de los afectos y emociones.

En cuanto a la aproximación más idónea en el entrenamiento de la lectura no hay un acuerdo, y aquí el profesor tendrá que "tantear" cuál puede ser la más apropiada para cada caso. Algunos niños se benefician de un abordaje visual o "global", esto es, se le inicia con la presentación escrita de palabras (muy usuales y/o motivantes) con la imagen correspondiente. Una vez alcanzado cierto nivel de competencia, se le puede instruir en los "componentes" (letras) de esas palabras. Por otro lado, también es cierto que otros niños con este síndrome aprenden mejor con una aproximación fonética, en la que se hace primero hincapié en la lectura "letra a letra".

Es por otro lado muy importante enseñar y enfatizar tan pronto como sea posible, habilidades de comprensión lectora: cómo extraer inferencias del texto leído, cómo establecer relaciones en cuanto al contenido ("qué pasó", "quien lo hizo", "cómo", "por qué", "cuál fue la consecuencia", etc.), y cómo llegar a una síntesis ("de qué trata"). No es infrecuente encontrarnos con un alumno que ha alcanzado un nivel de eficacia aceptable en la lectura mecánica, pero al mismo tiempo con serías dificultades de comprensión lectora.

En cuanto a la escritura, área de importante dificultad habrá que confeccionar variados ejercicios caligráficos para facilitarles el aprendizaje, y además enseñarles estrategias verbales que les ayuden a organizar su trabajo escrito.

La Aritmética mecánica, otra materia especialmente difícil para ellos, ha de enseñarse de manera sistemática, verbal, paso a paso, y utilizando material manipulativo, objetos reales. Previamente habrá que insistir en conceptos de masa, cantidad, tiempo y espacio.

No podemos acabar este apartado sin tratar el tema de los problemas que las personas con el Síndrome de Williams manifiestan en cuanto al contenido del lenguaje. No es infrecuente encontrar niños que padecen este síndrome que tienen un interés especial (no raramente excesivo) por un tema dado, del que desean hablar en cualquier situación y ante cualquier persona. A veces estos temas tienen que ver con cosas que les producen ansiedad. En otras ocasiones se trata de un tema que el niño maneja con seguridad, que conoce, consiguiendo un cierto sentimiento de competencia personal al exponérselo a los demás. Es conveniente dejarle hablar de vez en cuando de él. Si hace muchas preguntas sobre lo mismo, se responde a un par de ellas y amablemente se le dirige a otra actividad o tema relevantes. Evitar la discusión de si se sigue o no con la charla anterior.

Este interés por un tema concreto puede utilizarse en el entorno escolar, ligándolo a alguna materia o contenido didáctico, lográndose con ello un mayor nivel de motivación y de aprendizaje. De todas formas se puede (e interesa cara a una adaptación social) ampliar el campo de intereses incluyéndose en el curriculum la enseñanza de habilidades sociales y técnicas de dramatización. También son de utilidad las charlas en grupos pequeños y la exposición de experiencias personales.

Ciertos estudios han descubierto que algunas personas con este síndrome muestran un talento musical extraordinario. Nuestra experiencia directa es que solo unos pocos llegan a alcanzar esta habilidad musical. Sin embargo prácticamente todos se interesan por la música y responden con mayor viveza que el resto de la población de deficientes mentales, y se vuelcan en las actividades musicales con una persistencia que sorprende a la luz de las dificultades de concentración que presentan en casi todas las tareas. Por ello sería también muy conveniente incluir la música en el curriculum escolar, como fuente de motivación, aprendizaje y desarrollo personal.

ÚLTIMAS CONSIDERACIONES
Hasta aquí solo hemos pretendido ofrecer unas pocas orientaciones que pueden ser de utilidad para todas aquellas personas comprometidas en la educación de los niños y jóvenes con el Síndrome de Williams, siendo conscientes de que la complejidad y extensión del tema no permite una exposición más detallada en este trabajo. Pero no queremos acabar con esta breve exposición sin hacer una mínima referencia a las características psicosociales y emocionales de las personas con el síndrome de Williams, que han de ser muy tenidas en cuenta en su proceso educativo. Se dice de ellos, que ya de niños muestran una conducta amistosa y sociable, pero después de una primera aproximación, suelen desistir, siendo en realidad el trato con los iguales muy limitado, pudiendo tender con el tiempo al aislamiento social. Padres y educadores deberían hacer un esfuerzo por promocionar, y supervisar, situaciones continuadas de trato con los iguales (Ej. : clubes de ocio y tiempo libre); incluso podría incluirse en el curriculum académico (como se señaló anteriormente) el entrenamiento en habilidades sociales.

Por otro lado, nuestra experiencia nos indica que la "hipersensibilidad" y ansiedad sociales que suelen presentar las personas con el Síndrome de Williams, unido a otros factores ambientales y quizás biológicos, pueden ocasionar importantes trastornos de ajuste social y emocional (fobias, crisis de ansiedad, estados depresivos y somatizaciones), muy especialmente desde el final de la adolescencia en adelante. Las personas a su cargo han de estar atentas a la aparición de las primeras manifestaciones de desajuste emocional para prevenir su desarrollo posterior.

Finalmente, los profesores deberían asumir que su papel principal, en la enseñanza de alumnos con el Síndrome de Williams, es preparar al niño o al joven para la vida adulta. Al contrario de la mayoría de los programas educativos, en los que la meta principal es ayudar al sujeto a ir "cumpliendo" con un curriculum particular, el programa que requieren estas personas debería centrarse sobre todo en el entrenamiento de habilidades para la vida cotidiana. La preparación en materias escolares clásicas carece de valor si el alumno no está preparado para ajustarse a otras demandas adaptativas que requiere la vida independiente. Por tanto, toda intervención, rehabilitación, o formación de estos niños ha de estar en consonancia con sus necesidades a corto y largo plazo.

 

Referencias

- www.espaciologopedico.com
- Revista de investigación y ciencia. Febrero 1998. Pág. 18 – 24
- www.healthing.com/casos/casos3.html
- www.viasalus.com
- http://lingua.fil.ub.es
- www.unidadenladiversidad.com
- http://www.paisvirtual.com/salud/medicina/williams
- http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/eney/article/001116.htm
- http://perso.wanadoo.es/avsw/index.html
- http://www.cspt.es/webcspt/CMRAIL/medicir/InfProf/DocPautesProtocols/williams.htm

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