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La hiperactividad puede darse por otras causas que no son médicas; en la mayoría de las ocasiones la hiperactividad o falta de atención en los niños se presenta o agudiza cuando la familia entra en conflictos, como con la pérdida de un ser querido, la separación de los padres, el abuso físico y/o psicológico. Todos estos factores pueden desencadenar la falta de habilidad para concentrarse, incapacidad para aprender, pérdida de autoestima y distorsión de autoconcepto.
Estos términos más que una enfermedad, representan un desorden de la conducta, aunque algunas personas lo relacionan con "mala educación" por parte de los padres, podemos disociar esta intervención para encontrar la causa real de la hiperactividad ya que médicamente está reconocida como un desorden mental, independientemente de los problemas emocionales que tengan origen en casa.
Es importante tomar en cuenta la información genética. Los niños parecen más susceptibles, 4 de 5 niños con hiperactividad son varones, quienes por lo general son más impulsivos y físicamente son más activos, por lo que sus características son más evidentes.
Las diferencias biológicas también influyen, parece que el cerebro de la niña se desarrolla más rápidamente que el del niño. Un lado del cerebro maneja el lenguaje y el razonamiento y el otro tiene que ver con las emociones, el movimiento, la posición y la percepción. Ambas mitades se comunican entre sí con un cuerpo calloso formado por nervios. El número de éstos nervios es menor en los varones y aún menor en los niños con DDAH.
Los niños tienden a resolver sus problemas activando solo un lado del cerebro mientras las niñas utilizan ambos lados. (Comprobado por medio de imágenes de resonancia magnética).
PROBLEMAS FAMILIARES.
La hiperactividad puede darse por otras causas que no son médicas; en la mayoría de las ocasiones la hiperactividad o falta de atención en los niños se presenta o agudiza cuando la familia entra en conflictos, como con la pérdida de un ser querido, la separación de los padres, el abuso físico y/o psicológico. Todos estos factores pueden desencadenar la falta de habilidad para concentrarse, incapacidad para aprender, pérdida de autoestima y distorsión de autoconcepto.
Actualmente podemos encontrar varias formas de ayudarlos, existe una variedad de terapias alternativas y complementarias. En mi caso personal, trabajo con psicoterapia integral, diseñando la terapia especifica para ayudar a los chiquitos y a sus padres a disminuir los síntomas de DDAH.
AYUDANDO A TU HIJO CON HIPERACTIVIDAD.
Desde el embarazo, el bebé hiperactivo tiene mayor actividad fetal de lo normal, y la mamá empieza a mover sus ciclos de sueño. Al nacer, con sus constantes demandas deja a sus padres agotados, por lo que se empieza a formar un círculo vicioso en el que los padres no pueden establecer una rutina. Posterior al nacimiento, el chiquito al no estar tranquilo, dificulta el canal de comunicación con y entre sus padres, quienes al estar cansados, le permiten salirse con la suya a cambio de un momento de tranquilidad.
La situación se vuelve más complicada cuando el niño con DDAH no es el único hijo, porque corremos el riesgo de que al tener que atender a los otros, nos falta tiempo, energía y recursos para enfrentar los problemas. Simultáneamente queremos proteger a los demás hijos de las molestias que ocasiona el hiperactivo, y entonces, perdemos el control de la familia.
Es muy importante que aceptemos la situación y sobretodo que estemos dispuestos a ayudar a nuestro hijo; recordemos que aislarlo, solo aumentará sus problemas; etiquetarlo, le permitirá cumplir con lo que todos piensan de él; gritarle y regañarlo constantemente, lo harán sentirse rechazado e incomprendido; remarcarle sus errores o equivocaciones, le robarán la confianza para enfrentarse al mundo. Puede ser útil encontrar actividades físicas que le gusten y en las que no sea tan evidente su diferencia con los demás niños. En casa, podemos crear nuevas formas de organización y no olvidar establecer reglas con mucho amor.
COMO SABER SI MI HIJO TIENE HIPERACTIVIDAD.
Podrían solicitar apoyo psicológico si encuentran en su hijo, 8 de los síntomas que a continuación enlisto:
- dificultad para hacer las tareas
- facilidad para distraerse
- con frecuencia parece que no escucha
- a menudo no concluye y cambia intempestivamente de actividad
- pierde con mucha facilidad cosas que está utilizando
- presenta problemas para seguir instrucciones
- se involucra en actividades físicas sin asumir sus consecuencias
- se le dificulta jugar tranquilamente
- es casi imposible mantenerlo sentado
- habla en exceso y tiende a interrumpir
- trata de imponerse ante los demás sin importar sexo y edad
- se exaspera cuando en grupo trabajan por turnos
- con frecuencia responde abruptamente las preguntas, sin pensar
- olvida las actividades diarias
- agita manos o pies y se mece en la silla
- anda tan de prisa, que parece que trae un motor turbo integrado
Si tienen dudas al respecto o quisieran confirmar el diagnóstico a través de una valoración psicológica, mis datos se encuentran en la página principal.
Mejorando la calidad de vida de nuestros hijos es como vamos a heredarles la posibilidad de aprender a buscar su propia estabilidad.