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El desarrollo emocional

Prestar atención a las necesidades emocionales es una tarea urgente dentro del contexto familiar, escolar y social, aprender determinadas habilidades emocionales en los primeros años de vida del niño es una garantía de éxito en el futuro desarrollo escolar y social.

José Moreno Millan | 1/07/2017

El desarrollo emocional influye directamente en la evolución intelectual del niño, un desarrollo emocional poco satisfactorio puede tener incidencias en aspectos del desarrollo intelectual como:

a) Limitaciones en la memoria.
b) Dificultades en la percepción y en la atención.
c) Disminución de las asociaciones mentales satisfactorias.

La opinión de los profesionales llega a afirmar que una atrofia emocional en la infancia puede repercutir en una limitación de la capacidad de abstracción del niño, un desarrollo correcto de las capacidades emocionales produce un aumento de la motivación, de la curiosidad y las ganas de aprender, una amplitud de la agudeza y profundidad de la percepción e intuición.

El correcto desarrollo emocional supone ser consciente de los propios sentimientos, estar en contacto con ellos y ser capaz de proyectarlos en los demás. Ser capaz de involucrarse con otras personas de forma adecuada relacionándose positivamente.

El desarrollo emocional correcto supone poseer una capacidad de empatizar con los demás, de simpatizar, de identificación, de tener unos vínculos e intercambios de sentimientos satisfactorios. La consciencia de los propios sentimientos, su expresión correcta mediante la verbalización de los mismos ayuda a una mas clara individualidad, a una aceptación propia, a una seguridad y autoestima correcta.

Los niños deben expresar y experimentar sus sentimientos de forma completa y consciente, de otra forma se exponen a ser vulnerables a la presión de sus coetáneos y aceptar sus influencias negativas.

Prestar atención a las necesidades emocionales es una tarea urgente dentro del contexto familiar, escolar y social, aprender determinadas habilidades emocionales en los primeros años de vida del niño es una garantía de éxito en el futuro desarrollo escolar y social.

Las habilidades emocionales que deben trabajarse por parte de los padres en los primeros años de vida del niño, éstas podrían ser:

a) Conocimiento de uno mismo.
b) Control del comportamiento impulsivo.
c) Motivación.
d) Empatía. ( Habilidad de sentir por los demás )
e) Habilidades sociales de cooperación y respeto.


Según el Dr. Terry: Las habilidades emocionales que un niño aprende antes de entrar en la escuela elemental son altamente efectivas para su futuro éxito escolar.

La empatía en el niño se desarrolla cuando éste es un bebe, cuando las emociones del niño son aceptadas y correspondidas por la madre, cuando la madre y el niño están conectados por un vinculo emocional estable y placentero.

Aceptar los sentimientos de los niños, no mostrar indiferencia por sus emociones hace que no se inhiban de expresar lo que sienten, para este cometido podría ser interesante una serie de habilidades que podrían poner en practica los educadores

1) Atención completa hacia sus alumnos.
2) Leer con sus alumnos.
3) Aprender a ser un buen oyente.
4) Pedir a los alumnos que expresen sus sentimientos y expresarlos ellos, ser un modelador de emociones.
5) Aceptar sus sentimientos y emociones.
6) Hablar sobre sentimientos y emociones todos los días.
7) Ser paciente y positivo.

La estructura intelectual del niño esta inevitablemente unido a su afectividad, por lo tanto se hace del todo necesario modificar la educación actual, demasiada centrada en los contenidos intelectualistas y muy poco en la vertiente emocional.

Una de las tareas pendientes de la educación actual, y que no esta contemplada en los curriculum oficiales es potenciar y proponer las tareas pedagógicas para conseguir conocer, expresar y controlar la afectividad, sobre todo los sentimientos, las emociones, las pasiones y motivaciones.

El desarrollo emocional repercute en todos los ámbitos de la vida familiar, académico-laboral y social de los individuos con la riqueza y complejidad que poseen el paisaje emocional de cada individuo.

Los autores que abordan el tema del desarrollo emocional, reconocen que es difícil señalar sus componentes, pero señalan que nuestras acciones operan de forma entrelazada en la conciencia cognitiva, afectiva y conductual. Los aspectos estrictamente racionales no son neutros, sino que están cargados de emociones y empujan a actuar en una determinada línea. De esta forma podemos comprobar que el aspecto emocional no puede quedar al margen del tratamiento educativo.

El desarrollo emocional necesita de una escala axiológica, las emociones no pueden quedar al margen de los valores que delimitan la conducta. Frente a un subjetivismo o relativismo axiológico hay que defender una educación emocional defensora de la reflexión, impulsora de la responsabilidad, libertad, creatividad, solidaridad y convivencia. Seria conveniente explicitar en el curriculum escolar el rumbo que ha de tomar cualquier programa pedagógico que tenga en cuenta el trabajo-desarrollo de las cuestiones afectivas.

La necesidad que se propone de atender el desarrollo emocional en la escuela nace de la necesidad de atender íntegramente a la persona. El progresivo reconocimiento y afianzamiento psicopedagogico en el aula pueden ser de gran ayuda para animar y mostrar a los educadores como mostrar el desarrollo emocional y de esta forma reforzar el desarrollo cognitivo-afectivo-conductual en las escuelas.

El primer punto que deberíamos trabajar es el ejemplo de los educadores. Los niños aprenden a expresar sus emociones observando como lo hacen los adultos mas cercanos y significativos ( padres y educadores ) . La competencia cognitiva-afectiva del profesor como modelador influye en el crecimiento intelectual y emocional de sus alumnos.

El segundo punto que deberíamos tratar, es el ambiente que se vive en el aula, éste ha de constituir un medio optimo para el desarrollo de las emociones. El clima social mas apropiado es el que se fomenta en la cordialidad, la comprensión, el respeto, confianza, comunicación, sinceridad y cooperación.
El tercer punto es utilizar un material que favorezca el desarrollo de la inteligencia emocional. De esto forma podríamos señalar:

a) Aprovechar las situaciones de la vida ordinaria del aula para modelar los sentimientos.
b) Procurar que los alumnos tomen conciencia de que las áreas de trabajo de la educación formal son adecuadas para trabajar la inteligencia emocional, sin desligarlas de los objetivos educativos que estas persiguen.
c) Procurar que los alumnos tomen conciencia de su propia personalidad, de su afectividad, de sus emociones, de sus impulsos, para esto la figura del psicólogo o psicopedagogo del centro es de gran ayuda para los niños, mediante pruebas y tests proyectivos.

El cuarto punto seria potenciar el razonamiento. La confrontación de opiniones en el aula en un ambiente de reflexión y libertad, contribuye a la mejora del juicio moral, evitando caer en el relativismo axiológico o adoctrinamiento, de ahí la necesidad de buscar un marco axiológico universal y la tutela del educador. Los profesores han de buscar las vías para cultivar la inteligencia emocional, estableciendo objetivos y una acción sistemática, evitando realizarlo de modo inconsciente y con resultados imprevisibles. El proyecto de acción tutorial del centro es de indiscutible valor para conseguir este objetivo.

Los centros escolares han de tomar conciencia de promover el desarrollo emocional de sus alumnos, pues esto favorece el aprendizaje, la maduración y el bienestar personal, avanzando de este modo hacia la autorrealizacion y la convivencia.

Ante la situación de vulnerabilidad de muchos alumnos, expuestos a corrientes de pensamiento, modas, adversidades ambientales, falta de creatividad, relaciones interpersonales empobrecedoras, baja autoestima, fracaso escolar....

La educación emocional se presenta como un recurso para potenciar la percepción positiva que el alumno debe tener de si mismo, de una capacidad de obrar y confiar en su propio juicio, de ser capaz de reconocer sus inclinaciones, tanto positivas como negativas, de estar abierto a las necesidades de los demás, en una palabra: conseguir el equilibrio cognitivo-afectivo-conductual necesario para enfrentarse a las necesidades de este nuevo milenio.
 

 

Referencias

1 Autoestima: Forma de sentir respecto a nosotros mismos, valor y propio juicio de nuestras actuaciones.
2 Dr: Goleman. Habilidades emocionales en la vida del niño.
3 Atención preferente por parte del tutor del niño
4 Dr. Valentin Martinez. La inteligencia Afectiva. Universidad don Bosco.

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