Quiero contarles la historia de un aburrimiento en una analizante de 13 años y cómo lo atravesó.Defino una persona que no le gustan las cosas que tiene, que no tiene nada que hacer, que está triste y no se dio cuenta, que siente un vacío dentro y cree que hay que llenarlo.
Quiero contarles la historia de un aburrimiento en una analizante de 13 años y cómo lo atravesó.
Primer Parte: “El Libro y El Sueño”
Lo que van a escuchar a continuación, es el texto escrito por ella de puño y letra:
Primera Sesión:
Título: “El Show del Aburrimiento”:
“Defino una persona que no le gustan las cosas que tiene, que no tiene nada que hacer, que está triste y no se dio cuenta, que siente un vacío dentro y cree que hay que llenarlo.”
“Relación Por la madre: es Por que hay una madre en exceso, insistente en hacer las tareas del hogar, en puntualidad.”
“Relación Por el Padre: un Padre que duerme en exceso, que está siempre dormido (no despierta); no le gusta divertirse. Vive para trabajar y dormir.”
Segunda Sesión:
“En mi casa, me aburro, Porque no hay nada Para hacer (está relacionado con el juego), no hay juegos, la Internet se corta por intervalos, también está la tarea del colegio que cada día está poniéndose Peor.”
Tercera Sesión:
“en mi casa me aburro porque me aburro, me divierte la computadora, la televisión, las Personas que me arren es mi Papá, porque está todo el día en la cama durmiendo.”
Cuarta Sesión:
“Mi tío siempre me jode y me aburre, y creo para mí la persona más aburrida del mundo.”
Hacía poco más de un año que la analizante asistía por derivación de la Escuela, a la que concurría desde Jardín de Infantes. Durante el primer tiempo del Análisis, pudo revertir ciertos síntomas motivo de consulta: 1) No se relacionaba con los compañeros, 2) sus pares se burlaban de su excesivo peso, 3) Tenía bajas calificaciones.
Entonces, todos estábamos contentos.
¿Qué la hizo pasar de una lengua con musicalidad a una lengua de madera?
En diciembre, al finalizar las clases, me planteó no querer asistir hasta marzo porque estaba cansada y se aburría, le dije que esto debía conversarlo con sus padres. Le ofrecí ir a la plaza ubicada a 3 cuadras del consultorio, como ya lo habíamos hecho en otras oportunidades: aceptó. En el camino y en el lugar: se inquietó, por lo cual tuvimos que volver enseguida.