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Estimulación de la motricidad fina en niños (Parte VIII)

En la preparación de las familias con niñas y niños de estos grupos de edades se adopta la variante de actividad conjunta que es considerada como una actividad que se realiza de conjunto: familia – niño- ejecutor, con la preparación del promotor, donde se cumplimentan diferentes contenidos en correspondencia con los logros del desarrollo de la edad, en la misma se realizan demostraciones para darle continuidad en el hogar.
Yaniris Noa Osorio | 15/06/2009
Al año la motricidad fina se va perfeccionando, agarra objetos con facilidad y realiza la pinza digital, intenta garabatear trazos finos y cortos en una hoja, pasa páginas gruesas, tira y levanta objetos, lo que significa que su coordinación perceptivo motora se aproxima cada vez más a la del adulto, pues los movimientos de aferrar, apretar, soltar y lanzar objetos se afinan.

La evolución y desarrollo de la motricidad fina muestra un subyacente control motor más refinado y una mayor capacidad de procesar la información visual por parte del niño para relacionarlo con acciones eficaces, bajo la influencia social y un elevado ritmo de desarrollo de las estructuras nerviosas responsables, hacen que desde las edades más tempranas el pequeño sea capaz de poner en función los procesos, sin haberse alcanzado aún niveles de desarrollo de este.

Se coincide con lo planteado por Vigostky, el que hace referencia a que la motricidad fina se alcanza en relación con el pensamiento, va desde las acciones de orientación externa (agarre, manipulación), hasta el lenguaje escrito, lo cual es posible si se lleva a cabo un proceso consciente de instrucción, jugando en este caso un papel decisivo: el dominio de los movimientos y la asimilación de los procedimientos generalizados de análisis.

Para poder realizar la estimulación se considera necesario tener en cuenta varios factores, entre los que están:

Factores exógenos:

Socioeconómicos: Son aquellos que influyen tanto del nivel macro (desarrollo social, económico y cultural del país, dispuesto a priorizar la salud, la educación y el desarrollo de los niños) como a nivel micro (posibilidades materiales y económicas de la familia).

Educacionales: Se refieren al sistema de educación nacional con una base teórica que conciba el desarrollo integral y armónico del niño, desde su nacimiento, y una base práctica que permita elevar la educación equitativa a toda la masa poblacional infantil, que integre y no segregue, poniendo a su disposición los adelantos científicos – técnicos.

Educativos: Son aquellos con un carácter multisectorial que incluya a todos los factores, órganos y organismos, capaces de desarrollar programas sociales de atención educativa, tanto por vía institucional o no institucional, desde las edades más tempranas.

Familia. Principal agente educativo, con carácter protagónico en la estimulación del desarrollo de sus hijos en el que involucra a todos los miembros, en función de dar ejemplo y ejercer funciones que permitan elevar la calidad de los logros para cada una de las etapas por la que transitan los más pequeños.

Factores endógenos:

Particularidades de los niños. Estado de salud, desarrollo neurofisiológico y psicológico del sujeto.

Todos estos factores constituyen nutrientes fundamentales para la estimulación de la motricidad fina en nuestras niñas y niños, elementos de inestimable valor para el cumplimiento de las acciones que previamente diseñe el promotor.

En la modalidad de atención educativa no institucional es necesaria la búsqueda de vías que permitan ilustrar la preparación que brinda el promotor para su trabajo de conjunto: ejecutor – familia y niño, desde la elaboración de medios hasta su empleo en la práctica.

El hecho de cómo se debe compatibilizar esta atención de la familia, las niñas y niños y determinar la labor que deben desempeñar los agentes extra familiares es otra de las problemáticas existentes en el terreno de la estimulación de la motricidad fina.

En dependencia de las condiciones territoriales, económicas, socioculturales y políticas, cada uno de los países ha ido adoptando diferentes formas o modalidades para llevar a cabo esta estimulación como condiciones positivas del aprendizaje.

Desde este punto de vista, la educación constituye la guía del desarrollo. El que no es posible sin actividad. Con esta, el niño asimila distintas formas conjuntamente a los procesos y cualidades psíquicas que son necesarias para su realización, lo que ocurre por la influencia de la enseñanza, donde el niño no solo es capaz de realizar acciones de carácter ejecutivo, sino que también asimila las de orientación dirigidas al conocimiento de ese mundo externo, dando lugar al desarrollo psíquico del niño.

Comenius reconoce la particular importancia del principio de la actividad en la didáctica, a fin de estimular el desarrollo de las funciones psíquico – cognoscitivas de las niñas y niños, y la relativa a las funciones de la lengua, la mente y las manos, su adquisición se enfoca con dicho desarrollo; remarcado el principio de vincular.. "La mente y la lengua; la mente y las manos." [6]

Con respecto al niño se hace necesario considerar algunas cuestiones. En este sentido, al referirse a la motricidad fina, se debe considerar al niño como el eje central de este programa, posibilitándole por sí mismo la búsqueda de las relaciones esenciales, la autoconstrucción de sus estructuras, la consecución de los logros mediante la actividad con objetos.

La actividad con los objetos pasa por tres fases hasta llegar a su dominio. La primera fase se arrastra de la etapa de lactante, es decir, aún en el primer semestre del segundo año de vida, las niñas y niños manipulan los objetos, no saben utilizarlos, la acción no se corresponde con el uso designado a los mismos. Sin embargo, en su relación con ellos, pasa a la segunda fase donde la acción y el objeto están estrechamente ligados entre sí. Está en condiciones de cumplimentar la acción asimilada sólo con aquel objeto que se ha designado para la misma.

Dentro de la actividad con objetos de las niñas y niños de 1 a 2 años aparece la relación del lápiz con el papel, el niño está en presencia de sus primeros dibujos, como actividad gráfica que aparece después del año y medio, aprenden a trazar determinadas líneas en el papel, repitiéndolas muchas veces, tratan de expresar algo con la ayuda de líneas, de figuras poco definidas. El niño asocia las formas gráficas con los objetos y fenómenos del mundo circundante, a medida que su experiencia vital se enriquece.

Los niños al finalizar los dos años, rayan hojas de papel sin distraerse de esta actividad, dejando huellas en el papel, esta etapa de la asimilación del dibujo se llama período del garabato.

Esas acciones con objetos que los niños realizan en los primeros años de vida se van complejizando a partir del segundo año de vida, donde tienen que realizar y demostrar el dominio de las acciones de correlación y algunas con instrumentos, con una repercusión decisiva en el desarrollo psicológico de esta edad, familiarizándolos con las propiedades de la forma, tamaño, color y textura, a través de las actividades que realizan.

Las acciones de correlación son las que tienen como objetivo la presentación de dos o varios objetos (o sus partes) en una interrelación determinada en el espacio.

Para trabajar la forma se utilizarán círculos, cuadrados y triángulos, comenzando con una figura en cada tablero de formas geométricas (solamente con círculos, cuadrados y triángulos).

Las acciones con instrumentos son aquellas en las cuales un objeto-instrumento, se utiliza para ejercer cierta influencia sobre otros objetos. La utilización de instrumentos sencillos, manuales, sin hablar ya de máquinas, aumenta y acrecienta no sólo las fuerzas naturales del hombre, sino que le da la posibilidad de realizar las acciones más variadas que no serían asequibles a una mano no ejercitada.

El instrumento actúa como un intermediario entre la mano del niño y los objetos sobre los cuales es necesario influir y de cómo se produzca esta influencia, dependiendo de la estructura del instrumento.

Es en la actividad que el niño se vincula con los objetos del mundo que lo rodea y en la que asimila no solo el contenido de la experiencia cultural, sino también los medios del pensamiento, los procedimientos y las formas de comportamiento. Sin embargo, el éxito de la actividad depende de la calidad de la orientación recibida, sin la cual los objetos estarían despojados de su función social.

Con la orientación el niño descubre que los objetos tienen un uso determinado, una función y que es necesario desarrollar ciertas habilidades para utilizarlos exitosamente.

Las acciones con objetos que realicen los niños favorecerán un estado de ánimo alegre, activo durante los períodos de vigilia y una relación positiva con los adultos y otros niños.

La educación temprana exige para la consecución de sus objetivos pedagógicos, conformar métodos de enseñanza que tomen en consideración el conocimiento de estas particularidades, fundamentar su base epistemológica en un saber profundo de la edad, estructurando su influencia pedagógica al nivel real de desarrollo alcanzado por la niña y el niño, sus posibilidades de avance en un futuro cercano y sus perspectivas ulteriores.

Partiendo de esta concepción es posible realizar, de manera planificada y dirigida, la formación de los procesos y cualidades psíquicas en el sentido en que se considere apropiado. Sin embargo, no todo tipo de enseñanza es igualmente efectivo en cualquier edad, por lo que la educación ha de tener en cuenta, para dirigir el desarrollo psíquico, sus propias y particulares leyes, de lo que se desprende la necesidad de corresponder los métodos educativos con los principios del desarrollo, para lograr una relación armónica que posibilite la más eficaz dirección de este último.

En la preparación de las familias con niñas y niños de estos grupos de edades se adopta la variante de actividad conjunta que es considerada como una actividad que se realiza de conjunto: familia – niño- ejecutor, con la preparación del promotor, donde se cumplimentan diferentes contenidos en correspondencia con los logros del desarrollo de la edad, en la misma se realizan demostraciones para darle continuidad en el hogar.

En este grupo de edades el tiempo de duración de las actividades conjuntas oscila entre 30 minutos y una hora, se cumplimenta además con la gimnasia y el mayor espacio es dedicado a la actividad independiente.

Todas las actividades que se ejecutan deben ir en correspondencia con los logros del desarrollo de la edad, tal es el caso de las niñas y niños de 1 a 2 años, donde las familias de conjunto con el ejecutor evalúan el estado de su cumplimiento, que depende en gran medida hasta qué punto se ha podido estimular el desarrollo alcanzado, en esta edad los indicadores medibles son:

Camina con equilibrio.

Es capaz de subir y bajar escaleras.

Lanza una pelota.

Coloca aros para formar una pirámide.

Tapa y destapa cajas y pomos.

Puede cumplir, simultáneamente, hasta tres órdenes sencillas.

Es capaz de expresar oraciones hasta de tres palabras.

Puede correr solo.

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