Es un recurso interactivo que promueve la imbricación de sentimientos, emociones, actitudes y conocimientos. Ambrós y Breu (2007:59) opinan que el cine formativo es “una analogía de conocimiento integrado, en el que se funden el lenguaje, los códigos, entornos, contextos socioculturales, planos y relatos”. De esta forma se aplica se refleja como el cine puede servir para comprender las realidades de los educandos con o sin dificultades de aprendizaje, pues en algunas oportunidades representan hologramas de las realidades contextuales.

En tal sentido, adquiere relevancia como estrategia para el AI, el cine formativo, el cual puede emplearse como estrategia didáctica para alcanzar un aprendizaje integrado. El cine no es objeto de entretenimiento nada más, el hecho de que algunas historias tengan poder por el interés que suscitan, convierte al cine, como elemento de estudio académico por parte de docentes y estudiantes. Torre y et al. (2005) sostienen que el cine formativo es un factor notable que accede a ordenar mentalidades, sobre todo en los niños. Además las imágenes se transforman en códigos de aprendizaje integrado. Igualmente, el cine formativo estimula la observación al establecer relaciones entre lo que se ve en la película y lo que ocurre en el interior y en el exterior de quien observa. La observación estimula cierto grado de pensamiento abstracto.

El empleo de las imágenes, del sonido, del movimiento aunado con la temática del film se convierte en herramientas que incentivan la interpretación, la creatividad y el conocimiento. Hay que formar espectadores más conscientes, que mantengan unas relaciones con el cine basadas en la observación, la sensibilidad y el conocimiento.

En tal sentido, cuando se observa una película el cerebro utiliza muchas zonas, activa mayor número de neuronas para captar el significado que proviene de cada uno de los personajes. Lo anterior significa que se hace uso de procesos lógicos deductivos vinculados con el hemisferio izquierdo y también se activa el hemisferio derecho a través de la música, el espacio, la imaginación y las emociones. El cine como sistema de información es el que más impacto tiene sobre el cerebro, lo que deriva mayor desarrollo cognitivo y emotivo.

Igualmente, una buena película contiene valores y crea dilemas, posee potencial educativo superior a cualquier sistema tradicional de información, por lo que transmite, por lo que sugiere y por lo que hace pensar y sentir. De aquí, que se considera excelente recurso para sentirpensar. Cuando se aplica el cine formativo como estrategia didáctica se utiliza el concepto de sentirpensar. Según Torre y et al. (2005) el proceso de sentirpensar se pone de manifiesto cuando se trabaja el sentimiento y el pensamiento. Es la fusión de dos formas de interpretar la realidad. Cuando se observa una película el estado emocional se aviva, se produce en el observador sentimientos como el amor, la tristeza. La melancolía entre otros.

Se considera como propuesta que el cine formativo podría generar aprendizaje integrado. Con la observación de una película se puede integrar las áreas académicas y los contenidos de cada una. Ante los aprendizajes dispersos, existe la necesidad de reiterar la idea de integrar los mismos en un todo orgánico holístico. Todo lo anterior conduce a repensar que el cine formativo puede ser una estrategia didáctica que fomente e incentive un aprendizaje integrado, que permita estructurar un sistema de enseñanza que busque un desarrollo personal equilibrado en conocimientos, actitudes, hábitos, creencias y habilidades tanto personales como sociales. Así, se busca un aprendizaje que conecte emoción, pensamiento y acción.

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