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El Programa de Intervención Temprana en el Estado de Illinois y las Contribuciones del Terapeuta Ocupacional. (Parte X)

Giovanni tenía 26 meses de edad cuando fue referido por su pediatra al programa de Intervención Temprana debido a retrasos en el lenguaje.
Giovanni

Antecedentes

Giovanni tenía 26 meses de edad cuando fue referido por su pediatra al programa de Intervención Temprana debido a retrasos en el lenguaje. La historia prenatal obtenida durante la acogida indicaba que el niño había nacido a término completo por parto vaginal con un peso de 4 kilos. El embarazo y el parto habían sido sin complicaciones. Giovanni nunca había sido hospitalizado o tenido una enfermedad seria. Nunca había tenido infecciones de los oídos. Su visión y su audición habían sido evaluadas y eran normales. El niño vivía con su familia nuclear y pasaba la mayor parte del día en su casa en compañía de su mamá y su hermanita de un mes de edad. Su familia había venido a Chicago desde México y el idioma hablado en el hogar era el castellano.

Determinación de Elegibilidad

En la evaluación inicial estuvieron presentes la mamá de Giovanni y su hermanita, el coordinador de servicios, un logopeda (fonoaudiólogo), ya que ese era el motivo de preocupación, y un terapeuta del desarrollo. Los resultados de la evaluación global demostraron que el desarrollo del niño era apropiado para su edad en las áreas motora fina y gruesa, y en las actividades de la vida diaria. Giovanni demostraba retrasos de entre un 35 y un 54 por ciento en las áreas social/emocional, del lenguaje, y cognitiva. Así, fue encontrado elegible para el programa de intervención temprana en función de exhibir un retraso de al menos 30% en una o más áreas evolutivas. Basándose en observaciones clínicas, el equipo evaluador recomendó una evaluación de terapia ocupacional para explorar si dificultades para procesar información a través de sus sentidos podrían estar impactando negativamente la capacidad del niño de poner atención cuando se le hablaba, de producir lenguaje, su corta capacidad de atención en general, y su dificultad para cambiar de una actividad a la otra. Por otra parte, el equipo decidió iniciar servicios recomendando para Giovanni logopedia (fonoaudiología) y terapia del desarrollo semanalmente.

Evaluación inicial de terapia ocupacional

Al momento de la evaluación inicial de terapia ocupacional, la madre de Giovanni expresó que sus principales preocupaciones en relación al niño eran su dificultad para comprender lo que su hijo quería decirle cuando trataba de usar palabras, su comportamiento a veces errático, que lo llevaba a vagar por la casa sin propósito aparente, y sus frecuentes rabietas.

Durante la primera parte de la evaluación, mientras el terapeuta entrevistaba a la mamá, estas observaciones fueron corroboradas ya que Giovanni fue visto andando por la casa sin propósito definido, golpeando juguetes contra la pared, mirando la televisión (que estaba constantemente encendida) de manera intermitente, y haciendo de vez en cuando algunos comentarios ininteligibles.

Para hacer conocer sus necesidades y deseos el niño usaba gestos o sonidos que su madre había aprendido a interpretar, pero que eran ininteligibles a un extraño.

Respecto de los hábitos y rutina diaria de Giovanni, su madre informó que el niño miraba televisión varias horas al día. Cuando se le preguntó qué juguetes tenía el niño a su disposición la mamá mostró al terapeuta un cuarto atiborrado de juguetes en cierto desorden, y cuando se le preguntó cuáles eran los juegos favoritos del niño, indicó que era sacarlos todos del cuarto, desparramarlos en el piso de la sala, y golpearlos unos contra otros. La madre de Giovanni indicó que ella raras veces trataba de jugar con el niño, ya que entendía que su función principal como mamá era la de mantener al niño limpio, alimentado y seguro.

Cuando fue invitado a participar de una serie de actividades de motricidad fina, el niño aceptó la invitación rápidamente, hizo contacto visual con el terapeuta repetidas veces buscando aprobación, realizó la mayor parte de las tareas con habilidad apropiada para su edad y gran interés, y fue cambiando de una actividad a la otra sin dificultad. Giovanni parecía orgulloso de sus logros.

Durante este período de la evaluación se observó, sin embargo, que en ocasiones el niño tenía dificultad para entender instrucciones verbales y necesitaba apoyo visual para comprender las expectativas de la actividad, y que no respondía a los comentarios verbales que el terapeuta hacía sobre su desempeño. También parecía que respondía con una cierta latencia cuando se le hablaba.

Era claro que Giovanni tenía dificultades para participar espontáneamente en actividades de juego propias de su edad, pero que cuando recibía la invitación de un adulto de una manera juguetona e interesante era capaz de participar, de sostener la atención, y sobre todo de disfrutar de la actividad.

Aunque en la evaluación global realizada por el terapeuta del desarrollo el área de motricidad fina se había identificado como dentro de los límites normales, el terapeuta ocupacional administró las Escalas del Desarrollo Motor de Peabody-2 (Folio & Fewell, 2000) con el fin de observar el comportamiento de Giovanni durante el desempeño en una actividad estructurada, sus interacciones con el terapeuta, y su nivel volicional en una tarea compartida.

Los resultados de la evaluación motora fina (patrones de prensión y coordinación visomotora), tal como se esperaba, fueron apropiados para su edad.

Para obtener información sobre los patrones de procesamiento sensorial de Giovanni se utilizó el Perfil Sensorial para Lactantes y Niños de Corta Edad (Dunn, 1997). Dicho cuestionario fue completado por la mamá del niño y muchas de sus respuestas fueron corroboradas por observaciones clínicas. El puntaje obtenido indicaba que Giovanni tenía dificultad para modular experiencias sensoriales; es decir, que exhibía tanto dificultad para registrar/notar eventos sensoriales en su ambiente, como un umbral bajo para esos eventos. Así, mientras en ocasiones Giovanni no notaba o no respondía a ciertos eventos sensoriales, otras veces los notaba con tanta intensidad que le parecían nocivos y trataba de evitarlos. Tenía dificultades para modular información sensorial a través del sistema auditivo, visual, táctil y vestibular.

Sus comportamientos conducentes a la búsqueda de mayor información sensorial estaban dentro de los límites esperados para su edad. Los resultados de este cuestionario contribuyeron a entender un poco mejor las dificultades que Giovanni tenía en el lenguaje, así como su comportamiento desasosegado y aparentemente sin propósito, ya que el procesamiento de información a través de los sentidos cumple un rol importante en facilitar el conocimiento del niño de su propio cuerpo y de su ambiente, incluyendo las oportunidades que este último le ofrece.
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