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El ser humano, aún con alteraciones del lenguaje, es constructor de sus propios significados y relaciones. Cada intento comunicativo se constituye en la búsqueda de estrategias que le permitan interactuar satisfactoria y exitosamente con personas, situaciones y procesos.
Este artículo pretende proporcionar elementos básicos que permita a los lectores, tener una mayor comprensión y a la vez proporciona elementos básicos para el manejo inicial de las personas que presentan ésta patología.
En la afasia, además de alterarse la capacidad de comunicación, se alteran otros aspectos, en tanto que la lesión neurológica, produce daños en sistemas funcionales que compromete la capacidad de movimiento, la capacidad visual, la memoria, la atención y algunas características de la personalidad, entre otros.
AFASIA
Con frecuencia hemos escuchado que la capacidad de comunicarnos a través del lenguaje hablado es el rasgo diferenciador entre los seres humanos y los animales; así mismo, el lenguaje se constituye en el instrumento a través del cual interactuamos con el entorno, aprendemos, nos relacionamos no sólo con quienes nos rodean sino con nosotros mismos y si lo pensamos con más profundidad es a través del lenguaje que vamos configurando en parte, aquellos rasgos de nuestra personalidad que nos diferencian, que nos hacen únicos e irrepetibles. Nos manifestamos a través del lenguaje y adquirimos los elementos para hacerlo al interactuar, al comunicarnos.
¿Que ocurre entonces cuando, producto de una lesión neurológica, como una trombosis, un derrame o un trauma craneoencefálico, esta maravillosa función - la capacidad de comunicarnos – se pierde o se ve disminuida?
Son características comunes de quienes presentan una lesión neurológica, alta fatigabilidad frente a estímulos externos (voz alta, música, televisión); alta irritabilidad (se altera fácilmente sin causa aparente); labilidad emocional (cambios súbitos de estado de ánimo); tendencia al aislamiento y a la depresión.
La capacidad para comunicarse, es tal vez, después de la hemiplejia, la primera señal de alarma; esta se encuentra alterada en diferentes grados, es entonces cuando se habla de una afasia. Durante las primeras etapas de la afasia, el individuo es dependiente de su familia para la satisfacción de las necesidades básicas en un 100%.
Algunas de las recomendaciones dadas por Eduardo Torrealba & Pilar García, Neuropsicólogos, a tener en cuenta durante esta primera etapa se presentan a continuación:
1. Debe mantenerse con pocos estímulos, en donde se le debe avisar que se va a hacer, con la menor cantidad de palabras, y el estímulo debe ser preciso, corto y suave. Aunque las palabras cariñosas nunca sobran, puede que la carga afectiva integre toda aquella información separada.
2. No se debe tener el televisor ni la radio encendida en la habitación del paciente.
3. No continuar con estímulos que le produzcan rechazo, introducir otro, y luego regresar al anterior.
4. Tratarlos con firmeza y cariño al mismo tiempo.
5. Realizar un programa de actividades diarias con tiempos muy cortos y periodos de descanso.
6. Aumentar gradualmente los tiempos.
7. Evitar discusiones delante del paciente.
8. No mantenerlos húmedos, ni fríos, ni con exceso de calor.
La comunicación humana supone no sólo el conocimiento del código del sistema lingüístico al que pertenece sino que debe manejar reglas y normas de tipo social para poder ser comunicativamente competente. El "Acto de Habla" (Austin y Searle) como unidad de comunicación surge, cuando están presentes tres elementos a saber: "la intención de decir", "el decir", y "el efecto de decir en el interlocutor"; cada uno de los participantes asume alternativamente el rol de emisor receptor dentro de un contexto significativo. (Gómez, 1990)
La función comunicativa realizada a través del lenguaje en sus diferentes formas de expresión, es esencial para el adecuado desempeño del individuo en los planos personal, social, intelectual y laboral; por lo tanto es determinante en su bienestar integral.
Cuando se presenta una alteración de la comunicación, puede alterar con mayor o menor énfasis uno de los tres elementos antes mencionados o pueden quedar alterados los tres; esto depende de la magnitud de la lesión y de las áreas del cerebro que se hayan visto más afectadas.
La "intención de decir" surge en primera instancia de la necesidad de satisfacer las necesidades básicas; sin embargo, durante los primeros días e incluso meses después de ocurrido el daño, aún esta forma básica de expresión se ve muy limitada y por tanto se requiere de la atención especial de la familia y de una estimulación constante para facilitar el uso de "claves" como la mirada, el movimiento que realice del cuerpo o de las manos, la aceptación o rechazo que realiza de los estímulos presentados; todo esto les permite comprender y satisfacer las necesidades inmediatas.
Con frecuencia esta tarea es más difícil por en tanto la capacidad de comprensión se encuentra disminuida, así como la conciencia de que sus producciones son ininteligibles por tanto, se exaspera ante la "incomprensión" y se muestra en ocasiones agresivo y/o depresivo por no lograr hacerse entender.
El "decir" generalmente es el aspecto más comprometido cuando se presenta la afasia y el que requiere más tiempo y trabajo para su recuperación.
El grado de dificultad varia, en ocasiones no puede producir ningún sonido, aunque es evidente que entienden y saben lo que desean expresar, generalmente, el no poder emitir sonido esta acompañado de disfagia (la dificultad para ingerir alimentos por la boca) y el incremento de la sensibilidad a nivel de la musculatura orofacial, por lo que rechazan cualquier estímulo que entre en contacto con la cara y específicamente con los labios y la lengua; En otros casos únicamente logran repetir algunas expresiones cortas y de uso cotidiano, como el saludo, la despedida entre otros y ocasionalmente puede decir las vocales en orden y series numéricas. En general, la recuperación de la capacidad de hablar se logra de manera lenta y en los primeros intentos comunicativos, logran la producción de palabras aisladas con alguna distorsión, que sin embargo se constituyen en el punto de partida para ampliar y facilitar la expresión verbal.
En otros casos el habla se encuentra conservada, no así la capacidad de comprensión y de expresión de ideas, por lo que las producciones no son coherentes y no se relacionan con lo que se desea expresar; la capacidad de repetir es limitada y solo ocasionalmente logra decir algunas palabras que pueden transmitir un mensaje específico. La mejor estrategia para facilitar la comunicación es formular preguntas simples y responderlas como si se estuviera sosteniendo una conversación informal.
En cuanto al "efecto de decir en el interlocutor", suele ocurrir que ante la dificultad para comprender lo que dice quien presenta la alteración comunicativa, la familia suele asumir diversas actitudes, entre ellas, 1) el "adivinar" las necesidades y entonces anticiparse a satisfacerlas, con lo cual se limita la posibilidad de expresión y de búsqueda de estrategias para comunicarse. 2) Aceptar cualquier expresión, sin retroalimentación posterior, con lo cual no se provee estimulación que favorezca en mejorar lo expresado para que realmente pueda ser comprendido por el interlocutor y 3) aceptar como cierta una expresión poco coherente, con lo que se obstaculiza el que establezca relaciones entre lo real y lo que él ha expresado, para lograr de esta manera un mayor grado de comprensión del entorno y ubicación en las esferas personal, espacial y temporal.
Por otra parte, lo que la familia y quienes rodean a la persona que presenta alteración en la comunicación le dicen genera un "efecto del decir en el interlocutor" y es de suma importancia estar atentos a ello, en tanto que pueden favorecer o entorpecer el proceso de rehabilitación.
Expresiones como "es perezoso para hablar", "pero diga eso que ayer me lo dijo", "no quiere hablar", entre otros, son comentarios que no ayudan a quien tiene dificultades en la comunicación, sino que generan en ellos sentimientos de angustia e incapacidad traducidos en depresión, aislamiento y en muchas ocasiones, rechazo al trabajo terapéutico. Debe ser claro para la familia, que en la mayoría de los casos lo que no es expresado, es producto de la lesión y por tanto no puede hacerlo, ello no depende de la voluntad, del querer o no querer; así mismo, se debe tener en cuenta que durante el proceso de rehabilitación, las respuestas no son siempre consistentes y por tanto en ocasiones puede producir algunas palabras pero en otros momentos no logra hacerlo.
Resaltar los pequeños grandes logros es la mejor estrategia para fortalecer la confianza, generar motivación frente al proceso de recuperación y tener una actitud positiva frente a la dificultad y ante la condición actual.
LA REHABILITACIÓN UN PROCESO COMPLEJO
L. S. Tsvétkova define la afasia así:
Afasia "es un trastorno complejo de la actividad articulatoria, que trasciende a toda la vida psíquica del hombre, surge al producirse la destrucción de entidades morfológicas del cerebro y afecta a distintos niveles de la estructura del lenguaje. La afasia se manifiesta ante todo en defectos de la función comunicativa del lenguaje, a menudo con trastorno total de la comunicación verbal que se extiende no sólo a las formas externas de relación... tales como la información y la estimulación oral, sino también a sus formas internas, que entrañan en sí la relación de la persona consigo misma. ... En los casos de afasia resultan de hecho afectados por el proceso patológico todos los tipos de lenguaje: el externo – expresivo y el receptivo -, la escritura y la lectura; así como también el lenguaje interno.
La complejidad que reviste el proceso de rehabilitación, para una persona con lesión neurológica, exige la intervención multidisciplinaria de profesionales como el fisioterapeuta, el terapeuta ocupacional, el fonoaudiologo / terapeuta del lenguaje y el neuropsicólogo entre otros.
En el área del lenguaje y la comunicación es preciso contar con un Fonoaudiologo / Terapeuta del lenguaje, calificado, quién mediante una evaluación especializada, establece el diagnóstico comunicativo y del lenguaje, formula el plan de intervención a seguir, orienta a la familia con relación a las estrategias que se deben implementar y basado en toda la información recopilada, establece las posibilidades de recuperación de las funciones comprometidas.
En la literatura se encuentra amplia información acerca de las diferentes clases de afasia y sus características, en cada uno de los casos el abordaje terapéutico ha de ser diferente con el fin de lograr una estimulación adecuada y efectiva para el logro de los objetivos propuestos en el plan de intervención, el cual busca fundamentalmente una comunicación funcional y la reincorporación al ámbito familiar, social y laboral.
"COMPRENDER ENTRAÑA REVELAR LAS DISTINTAS CONEXIONES Y RELACIONES QUE EXISTEN ENTRE LOS OBJETOS Y LOS FENÓMENOS DEL MUNDO OBJETIVO, Y ESTA DIRECTAMENTE VINCULADO CON SU CONOCIMIENTO"