La muerte temprana de las neuronas se produce de manera controlada a través de un proceso llamado apoptosis; es un tipo de muerte autoinducida y limpia que no genera desechos tóxicos dispersos y evita daños mayores.
Las neuronas son las células encargadas de transmitir el impulso nervioso en el cerebro; nacen prácticamente al mismo tiempo que nosotros y son las más longevas de nuestro organismo.
Sabemos hace poco que la mayoría de los mamíferos producen nuevas neuronas a lo largo de su vida, este fenómeno lo conocemos como neurogénesis adulta, pero sólo ocurre en pocas regiones del cerebro, entre ellas el hipocampo que se encarga de la memoria y el aprendizaje.
¿Qué ocurre cuando las neuronas mueren?
La muerte neuronal se refiere al deceso de las células nerviosas (neuronas), lo cual implica una serie de repercusiones, como el hecho de que la célula ya no será capaz de transmitir información, con la consiguiente disminución o incluso la pérdida de funciones (dependiendo del área y la cantidad de células muertas); además, la muerte de una neurona puede tener un efecto sobre las células vecinas e interferir en el funcionamiento normal del cerebro.
¿Por qué se mueren las neuronas?
Por lo general la muerte neuronal puede ocurrir por lesiones o necrosis, o bien de manera natural (apoptosis)
Las neuronas mueren cuando envejecemos debido a que acumulan residuos y defectos que hacen que pierdan su función y se degeneren. Este proceso natural se limita a unas pocas neuronas, pero se ve agravado en enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer.
La muerte neuronal no sólo ocurre con el envejecimiento. Antes del nacimiento se producen muchas más neuronas de las necesarias y la mayoría no sobrevive al no establecer las conexiones adecuadas (poda neuronal).
La muerte temprana de las neuronas se produce de manera controlada a través de un proceso llamado apoptosis; es un tipo de muerte autoinducida y limpia que no genera desechos tóxicos dispersos y evita daños mayores. Los “cadáveres neuronales” son eliminados por la microglia, unas células muy dinámicas cuyas prolongaciones finas escanean continuamente el cerebro y por medio de la fagocitosis evitan que los restos celulares se degeneren y produzcan residuos tóxicos. Las células de la microglia fagocítica liberan factores que limitan la formación de nuevas neuronas para regular el equilibrio entre la producción de nuevas neuronas en función de cuántas neuronas mueren y cuántas se pueden incorporar al circuito neuronal. Se trata de una muerte neuronal beneficiosa para el organismo y sirve para desarrollarnos o para luchar contra posibles daños y enfermedades pues se eliminan células enfermas o nocivas.
Cuando la muerte celular ocurre por causas externas como lesiones, infecciones o intoxicaciones se le llama necrosis. La mayoría de las veces este tipo de muerte neuronal es perjudicial para la persona. Habitualmente se produce una reacción inflamatoria que puede generar sintomatología diversa y es posible que la microglia no llegue a fagocitar las células muertas correctamente, quedando restos que pueden provocar una interferencia en el funcionamiento normal, y, aunque con el tiempo son fagocitadas tienden a dejar una cicatriz en el tejido fibroso que interfiere en el circuito neuronal.
Algunas investigaciones sugieren que en personas con demencia o con epilepsia la microglia no ejerce su función de fagocitar las células muertas, dejando restos que generan una inflamación de los tejidos circundantes. Aunque se pierda masa cerebral siguen existiendo restos y tejidos cicatriciales que según se van acumulando, perjudican cada vez más el desempeño del resto del encéfalo, facilitando una mayor muerte neuronal.