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Evaluación del retraso inicial del lenguaje: el juego y el desarrollo gestual

Antes de aseverar la existencia de un Retraso Inicial del Lenguaje en esta edad (18-35 meses), es necesario conocer el nivel de desarrollo del juego y el gesto en el niño pequeño, además, es importante considerar el nivel de desarrollo general para determinar si existen desfases en otras áreas que puedan dar indicios de dificultades adicionales.

El Retraso Inicial del Lenguaje puede ser identificado entre los 18-35 meses, este rango de edad ha sido llamado por algunos autores como el “Periodo de la Emergencia del Lenguaje”, por tal motivo, a este retraso del lenguaje también se le conoce como la “Emergencia Tardía del Lenguaje (Late Language Emergence).” Esta etapa se caracteriza, entre otras cosas, por el comienzo del habla (de aquí surge el término “hablantes tardíos” o “late talkers”), la utilización de las primeras palabras y la emisión de frases de dos o más palabras y oraciones sencillas (Paul, Nurbury & Gosse, 2017; ASHA, 2022).

En las últimas décadas, el retraso de lenguaje en este periodo de edad ha ganado creciente interés, debido a la idea de que entre más temprano se pueda identificar y tratar alguna dificultad, mayor serán los beneficios de esa intervención. Estos supuestos pueden ser muy evidentes en personas con síndrome de Down, discapacidad auditiva, parálisis cerebral, entre otras condiciones del desarrollo. Para el caso del Retraso Inicial del Lenguaje, es difícil determinar quiénes son los niños que requieren esta intervención debido a las variaciones que se encuentran en los resultados de investigaciones referentes al tema, situación que no ha cambiado mucho a lo largo de los últimos años. Se estima que aproximadamente un 75-80% de los niños identificados con este retraso a los 24 meses, tendrán un desarrollo del lenguaje dentro del rango esperado para su edad cronológica cuando alcancen los 4 o 5 años de edad, solamente un 20-25% continuarán con dificultades persistentes (Sylvestre, Desmarais, Meyer, Bairati, & Leblond, 2018).

En esta etapa es frecuente que los menores comiencen a manifestar algunas dificultades (o hacerse más evidentes las que ya estaban presentes en el periodo anterior), por ejemplo, el tamaño reducido del vocabulario expresivo y la dificultad para la combinación de palabras (Rescorla, 2011). Aunque estas dos características han sido parte del criterio para identificar el Retraso Inicial del Lenguaje, en la práctica clínica se han omitido las recomendaciones que acompañan esta primera identificación, por lo tanto, es importante tener presente algunas consideraciones para la evaluación ante la sospecha de un retraso inicial.

Las habilidades comunicativas deben formar parte del proceso de evaluación de niños pequeños en este periodo de edad, estás habilidades están presentes en el desarrollo tempranamente, a continuación se describen dos habilidades importantes que se han relacionado estrechamente con el lenguaje; el juego y el gesto. El juego adquiere gran relevancia en la evaluación debido a que las conductas observadas formarán parte de la intervención, en principio no se busca determinar o relacionarlo con un nivel cognitivo general, sino observar el comportamiento de interacción en el juego y tipo de juego, para determinar en alguna medida el desarrollo general de juego simbólico (Paul, Nurbury & Gosse, 2017). Estudios previos y recientes apoyan la teoría de que el juego simbólico y el lenguaje están relacionados en el desarrollo (Quinn, Donnelly y Kidd, 2018).

El segundo aspecto, el desarrollo gestual tiene también un papel importante en la evaluación, este ha sido cercanamente relacionado con el desarrollo del lenguaje, se ha dicho que se requiere de un sólido desarrollo gestual antes de que emerja el lenguaje, aunque continuará desarrollándose posteriormente a la aparición de este (Rowe y Golding-Meadow, 2009). Se puede esperar de manera general la presencia de gestos deícticos tempranos entre 7-9 meses, la presencia de gestos deícticos distales entre los 10-12 meses y los gestos representacionales a partir de los 12 meses (Bates et al, citada en Delehantya y Wetherby, 2021).

La importancia del desarrollo gestual se ha hecho notar en diferentes programas de prevención, ya que estos, tienen el objetivo de detectar oportunamente algún retraso y en caso de ser necesario, recibir los servicios de atención requerida. Un claro ejemplo, lo representa el programa First Word Project (Universidad Estatal de la Florida, s/f) que desarrolló entre sus proyectos la serie “¿que se necesita para aprender a hablar? Se necesitan gestos, sonidos, juego y mucho más” cuyo objetivo es la detección temprana de dificultades en la comunicación social, además mencionan que entre los 9 y los 16 meses los niños deben usar al menos 2 gestos nuevos cada mes durante ese periodo.

Hasta este punto se puede concluir que antes de aseverar la existencia de un Retraso Inicial del Lenguaje en esta edad (18-35 meses), es necesario conocer el nivel de desarrollo del juego y el gesto en el niño pequeño, además, es importante considerar el nivel de desarrollo general para determinar si existen desfases en otras áreas que puedan dar indicios de dificultades adicionales. Es importante recordar que existen otros aspectos del lenguaje que se deben identificar en esta etapa, por lo que se describirán en una nota posterior.

 

Referencias

American Speech-Language-Hearing Association (2019). Late Language Emergence. http://www.asha.org/Practice-Portal/Clinical-Topics/Late-Language-Emergence/

Paul R. (1996). Clinical implications of the natural history of slow expressive language development. Am J Speech Lang Pathol. 5:5–21. doi: 10.1044/1058-0360.0502.05.

Paul, R. Nurbury C. & Gosse C. (2017). Language disorders from infancy through adolescence: listening, speaking, reading, writing, and communicating. St. Louis, Mo.: Elsevier;

Quinn, S., Donnelly, S., & Kidd, E. (2018). The relationship between symbolic play and language acquisition: A meta-analytic review. Developmental Review: DR, 49, 121–135. https://doi.org/10.1016/j.dr.2018.05.005

Rescorla L. (2011). Late talkers: do good predictors of outcome exist? Dev Disabil Res Rev.. 17: 141-150.

Rowe, M. L., & Goldin-Meadow, S. (2009). Early gesture selectively predicts later language learning. Developmental Science, 12(1), 182–187. https://doi.org/10.1111/j.1467-7687.2008.00764.x

Sylvestre, A., Desmarais, C., Meyer, F., Bairati, I., y Leblond, J. (2018). Prediction of the outcome of children who had a language delay at age 2 when they are aged 4: Still a challenge. International Journal of Speech-Language Pathology, 20(7), 731–744. https://doi.org/10.1080/17549507.2017.1355411

Universidad Estatal de la Florida (2023, 2 de febrero). First Word Project. https://firstwordsproject.com/

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