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La soledad y el aislamiento social causan un dolor emocional y pueden cambiar la forma en que una persona ve el mundo. Las personas corren mayor riesgo cuando viven solas, no pueden salir de casa, tienen problemas financieros, padecen depresión, tienen pérdida auditiva y tienen un apoyo social limitado.
El envejecimiento humano es un proceso gradual y adaptativo que conlleva cambios físicos, biológicos y psicológicos, pero los entornos físicos y sociales pueden afectar la salud a través de la creación de barreras o incentivos que inciden en las oportunidades, las decisiones y los hábitos relacionados con la salud.
Cada persona envejece de manera distinta, pero con el paso del tiempo y con la aparición de algunas enfermedades es común que se experimenten sentimientos de soledad o aislamiento social. Por lo general los adultos mayores sienten una falta de compañía, de afecto y de apoyo que se agrava por la carencia de relaciones sociales de calidad; aunado a los cambios en la salud como la pérdida de memoria, de la audición o la visión, problemas en la movilidad o la pérdida de familiares o amigos.
La soledad y el aislamiento social son conceptos diferentes pero que van de la mano. La soledad es el sentimiento de estar solo, y el aislamiento social se refiere a la falta de contactos sociales, a tener pocas personas con quienes interactuar con regularidad. Una persona puede vivir sola y no sentirse sola, o, por el contrario, una persona puede vivir con otros individuos y sentirse sola.
El aislamiento social y la soledad son factores de riesgo para desarrollar enfermedades tales como:
La soledad y el aislamiento social causan un dolor emocional y pueden cambiar la forma en que una persona ve el mundo. La falta de independencia causa una gran frustración en las personas mayores provocando que dejen de sentirse útiles para la sociedad y a su vez tiene un impacto negativo en su autoestima.
Las personas corren mayor riesgo cuando viven solas, no pueden salir de casa, tienen problemas financieros, padecen depresión, tienen pérdida auditiva y tienen un apoyo social limitado.
El sentimeinto de soledad influye negativamente en la salud mental provocando ansiedad y depresión y a su vez, la depresión es un factor de riesgo para la soledad.
El contacto con otras personas es vital para la salud física y mental del ser humano por lo que recomendamos que
Si tenemos oportunidad es gratificante poder hacer sentir a una persona mayor útil, escuchada, apoyada, querida. Con pequeñas acciones podemos ayudar a que un adulto mayor encuentre una razón para levantarse y hacer que su día valga la pena.