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Respirar por la boca todo el tiempo puede provocar maloclusiones dentarias y óseas, deformación de la mandíbula, dolores de cabeza y de cervicales.
El síndrome de respirador bucal es aquél en el que se efectúa la respiración por la boca en lugar de hacerlo por la nariz.
Respirar por la boca introduce aire frío y seco cargado de polvo a la boca y la farínge; se pierde el calentamiento, la humidificación y la filtración que generalmente ocurren en la nariz; ello ocasiona la irritación de la mucosa bucal y faríngea y la cantidad de oxígeno que pasa a la sangre es insuficiente.
La respiración por la boca produce sequedad en dientes y encías, lo que provoca enfermedades bucodentales. Si no se trata la sequedad, se produce una alteración del pH y puede volver al paciente más propenso a las caries.
Respirar por la boca todo el tiempo puede provocar maloclusiones dentarias y óseas, deformación de la mandíbula, dolores de cabeza y de cervicales.
En los adultos hay bruxismo, disfunciones de la articulación temporo mandibular y apnea del sueño.
La respiración bucal suele comportar una posición más avanzada de la cabeza, que supone una sobrecarga de los músculos de la espalda y del cuello.
Generalmente las personas con este síndrome tienden a masticar de un solo lado, lo que da lugar a una asimetría facial.
Por último, la falta de oxígeno puede ocasionar sobrepeso, cansancio y bajo rendimiento.
Las causas pueden ser:
Orgánicas, como hipertrofia de adenoides, desviación de tabique nasal o alteraciones en el desarrollo óseo.
Funcionales, por ejemplo, alergias, rinitis, sinusitis o resfriados frecuentes con obstrucción nasal e inflamación de la mucosa.
Por un mal hábito.
Los síntomas son:
El tratamiento debe ser interdisciplinario; por una parte, el pediatra debe tratar los problemas asociados al síndrome de respirador bucal, tales como la tos y el cansancio. El otorrinolaringólogo despejará las vías aéreas superiores; el odontólogo y el ortodoncista modificarán la estructura bucal para una correcta respiración. Y el logopeda evaluará la posición lingual, deglución atípica y problemas fonoarticulatorios.