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Los “errores” son un hecho natural y que se pueden cometer por circunstancias ambientales o de situaciones incómodas de la vida ante lo desconocido, o, en el caso de una segunda lengua, cuando ésta no está siendo bien enseñada. Los errores son una fuente sobre la forma como hablamos, que nos permite apreciar si el proceso es normal, o se encuentra en desarrollo.
Del original “Speaking: From Intention to Articulation”(MIT Press,Cambridge, Ma, USA, 1989) texto escrito por el destacado psicolinguista holandes, Willem Levelt (1938- ), investigador de los procesos de adquisición del lenguaje y la producción del habla. Desarrolla un modelo explicativo sobre lo que él denomina ‘arquitectura básica de la comprensión y producción del lenguaje’. Da cuenta de lo que sucede en nuestra mente/cerebro cuando hablamos (o escribimos) y entendemos los mensajes en el acto de hablar. Es Director Emérito en el Instituto Max Planck para la Psicolingüística, Nijmegen, Holanda.
En 12 capítulos describe cómo un hablante produce un habla fluida a partir de los conceptos e intenciones comunicativas por medio de la “oralidad”: es un libro escrito para interesados en la comunicación humana. El modelo contiene 3 módulos; uno relacionado con el ‘léxico’ o vocabulario de una lengua llamado ‘conceptualizador’, responsable de generar las ideas a expresarse en la gramática (oraciones, frases, discursos, argumentos). El resultado es preguntarse cómo digo lo que quiero. Luego se transfiere al módulo ‘formulador’ que emite la oración con la pronunciación adecuada. Es una especie de diccionario mental conectado al módulo final o ‘articulador’ que convierte la cadena fónica en “voz” audible. AQUI
El habla puede también ser fuente de errores o ‘lapsus linguae’. A menudo podemos encontrarnos con dificultades para pronunciar este o ese sonido, principalmente cuando estamos aprendiendo una segunda lengua o el niño(a) en el proceso de su desarrollo lingüístico. Los “errores” son un hecho natural y que se pueden cometer por circunstancias ambientales o de situaciones incómodas de la vida ante lo desconocido, o, en el caso de una segunda lengua, cuando ésta no está siendo bien enseñada. Los errores son una fuente sobre la forma como hablamos, que nos permite apreciar si el proceso es normal, o se encuentra en desarrollo. En este sentido vale la pena mirar hacia las metodologías de enseñanza y aprendizaje de lenguas como también en las alteraciones o disfunciones verbales y sus respectivas terapias.
El Dr. Levelt dedica bastantes páginas a la importancia de mirar los errores del habla como un fenómeno natural de la comunicación humana relacionado con la ‘oralidad’. Debemos también no dejar ignorar cuando escuchamos a nuestros interlocutores, así como cuando nosotros mismos nos expresamos. Se trata de diseñar “estrategias de corrección” que no todo aparezca como penalización. El compromiso emocional o afectivo es de vital importancia en la expresión de las ideas pues son los nexos que dan vida a nuestra expresión oral. Pedagógicamente hablando es un área que debiera comprometer a los profesores de lenguaje y comunicación, segunda o terceras lenguas así como en otras interacciones verbales. Lo importante es que todo ocurre en el interior de nuestra mente-cerebro, que es la que determina nuestra forma de hablar. Así es que en adelante cuidemos de hablar a ‘tontas y a locas’.