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Cada tecnología tiene unas especificaciones técnicas por el cual se crearon y están diseñadas para una aplicación según las características del tipo de mensaje y códigos de los contenidos a emplear, compatibles con el aprendizaje de los estudiantes, de tal forma que la percepción de los contenidos sea impactante, duradera y de calidad en sus resultados de aprendizajes.
La tecnología que se emplea en el acto didáctico debe ser producto del análisis de una triada de preguntas por parte del actor del diseño del programa educativo, en este caso primordialmente el docente.
Lo primero que un docente debe hacer al EMPLEAR EFICIENTEMENTE UNA TECNOLOGÍA EN LA EDUCACIÓN es identificar las necesidades pedagógicas que tienen sus estudiantes acordes a su desarrollo biopsicosocial.
Sumado a lo anterior, debe analizar otra de las piezas indispensables, ¿Cómo aprenden sus estudiantes? Al respecto Kold, en Mosquera (2017), señala la clasificación sensorial de los tipos de aprendizajes, “visual, auditivo y kinestésico”. Los estudiantes visuales según Mosquera (2017), “prefieren leer a escuchar y captan grandes cantidades de información sólo mirando, piensan en imágenes, y visualizan en detalle. Tienen más facilidad para recordar grandes cantidades de información con rapidez”.
De esta forma, cada vez que el docente trata de explicar sus contenidos de las clases haciendo uso excesivo del método expositivo, se le produce un ruido en esa comunicación educativa y el aprendizaje no se produce con tanta rapidez y efectividad.
Otro estilo de aprendizaje descrito por Mosquera es el auditivo; y nos expresa que “los estudiantes auditivos, prefieren escuchar que leer. Si tienen que leer, les gusta hacerlo en alto. Aprenden mediante explicaciones orales y muestran más destrezas para aprender idiomas y música. Se graban para estudiar y escuchan sus grabaciones, repasando los apuntes en voz alta y hablando consigo mismos”.
En conclusión, estos alumnos son atraídos por el método oral y toda la metodología que gira alrededor del oralismo como base didáctica de su aprendizaje, de tal forma que los apuntes le resultan ruidosos para su efectivo aprendizaje.
El último tipo de aprendizaje sensorial que describe Mosquera, son los estudiantes con aprendizaje de tipo táctil. Estos “captan información a través de sensaciones y movimientos, suelen hacer dibujos o esquemas en vez de copiar al pie de la letra los apuntes. Estudian moviéndose y haciendo pausas frecuentes, también les gusta estudiar en grupo” Mosquera I. (2017,11 de mayo). Estilos de aprendizaje: clasificación sensorial y propuesta de Kolb.Revista.Unir. Recuperado de https://www.unir.net
Como vemos, cada estudiante tiene un estilo de aprendizaje de mayor dominio y es el que el docente debe aprovechar para elegir su metodología y seleccionar las tecnologías que empleará para apoyar su enseñanza y que sus alumnos aprendan con mayor calidad.
La última toma de decisión es seleccionar la mejor tecnología aplicada a la enseñanza, que pueda ayudar a que las actividades didácticas sean compatibles al tipo de aprendizaje de los estudiantes y al contenido curricular que deseamos que domine para el desempeño de competencias.
Cada tecnología tiene unas especificaciones técnicas por el cual se crearon y están diseñadas para una aplicación según las características del tipo de mensaje y códigos de los contenidos a emplear, compatibles con el aprendizaje de los estudiantes, de tal forma que la percepción de los contenidos sea impactante, duradera y de calidad en sus resultados de aprendizajes.
Cuidado con elegir una tecnología en la educación por ser innovadora, por ser atractiva, por ser moda o simplemente por dar una respuesta a una población de usuarios sin determinar los posibles logros que pueda alcanzar con su utilidad. El emplear tecnologías sin el análisis antes expresado, nos puede llevar a la pérdida de tiempo, economía, motivación, esfuerzo cognitivo y funcional de todos los integrantes del acto didáctico y que decir de la mala reputación de una tecnología eficiente.
Para lograr el éxito de una tecnología a una población estudiantil, debe haber existido previamente una planificación tecnológica en donde exista un encuadre entre las características de la tecnología, los que necesitan aprender los contenidos a enseñar y el impacto a obtener.
Recuerde docente que la tecnología no enseña, sólo es un soporte más a sus estrategias metodológicas que emplea en el acto didáctico. Para lograr un buen resultado, debemos complementar la aplicación con la elaboración de manuales de uso, aplicación y evaluación de un determinado proyecto tecnológico.