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Características principales del Alzheimer

El Alzheimer es quizás el tipo de demencia más frecuente entre la población de mayor edad. Este trastorno afecta gravemente la capacidad de las personas para llevar a cabo actividades cotidianas, y dependiendo del grado, es posible que el paciente dependa por completo de su cuidador, quien deberá tener amplios conocimientos sobre este padecimiento, ya que lleva consigo otras alteraciones psicológicas y de la conducta.

La forma más común de demencia entre las personas mayores es el Alzheimer, un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona para llevar a cabo sus actividades cotidianas tales como comer, bañarse, vestirse y desplazarse. Este trastorno comienza lentamente, afectando las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Cada persona responde de manera diferente a los trastornos y al ritmo de progresión de la enfermedad; puede llegar un momento en que las personas con Alzheimer llegan a depender por completo de su cuidador.

Los primeros signos de esta demencia suelen ser:

  • Cambios en la personalidad
  • Deterioro al caminar
  • Dificultad para comunicarse
  • Problemas de memoria que los demás perciben
  • Problemas de atención y orientación
  • Dificultad para aprender cosas nuevas
  • Dificultad para reconocer rostros familiares
  • Dificultad para realizar tareas habituales

Este tipo de demencia trae consigo una serie de trastornos psicológicos como depresión, ansiedad, irritabilidad y angustia entre otros, y el tratamiento para este tipo de perturbaciones resulta difícil debido a que las capacidades mentales y de comunicación pueden estar tan alteradas que es prácticamente imposible un contacto adecuado con el paciente, además, en muchas ocasiones existe un tratamiento farmacológico, y algunos de los medicamentos producen efectos secundarios. Aunado a esto, algunos pacientes además sufren otras enfermedades como, diabetes, hipertensión, etc.

Es importante prolongar la calidad de vida de las personas que sufren Alzheimer, por lo que mantener una actitud positiva frente a ellos en indispensable. Los cuidadores deben procurar:

  • Que el paciente reciba un trato digno y respetuoso, pues aunque pierda el control de sus emociones o de sus esfínteres, sigue siendo una persona con sentimientos.
  • Ser consciente de que se está enfrentando con los fallos debido a la enfermedad, no por voluntad de la persona.
  • Evitar discusiones que no llevarán a ningún lugar.
  • Ayudarle a desarrollar actividades que le permitan sus capacidades, ya que de esta manera facilitará su independencia y por tanto aumentará su seguridad y autoestima.
  • No exigirle lo que no puede hacer.
  • Establecer una rutina diaria puede disminuir la ansiedad.
  • Evitarle al paciente crisis de estrés en la medida que sea posible.
  • Ser comprensivos y tolerantes. No avergonzarlos.
  • Tocarlos suavemente cuando queramos comunicarnos con ellos; hablarles lentamente y hacer expresiones gestuales o mostrarles los objetos para que nos entiendan.
  • Ser receptivos a cualquier intento de comunicación que tengan.
  • Vigilar la correcta adaptación de gafas, dentadura, audífonos, etc. para asegurarnos que capten los estímulos.
  • Mantener fuera de su alcance productos tóxicos, cerrar las llaves del gas, puertas, ventanas y en general velar por su seguridad.

Es probable que, conforme la enfermedad vaya avanzando, se presenten delirios, alucinaciones, depresión, labilidad emocional, agresión apatía, deambulación, trastornos del sueño o de la alimentación, hiperoralidad y actos repetitivos, por lo que es aconsejable que el cuidador tenga conocimientos de todo lo que implica la enfermedad de Alzheimer, así como llevar un control médico adecuado.

La forma más común de demencia entre las personas mayores es el Alzheimer, un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona para llevar a cabo sus actividades cotidianas tales como comer, bañarse, vestirse y desplazarse. Este trastorno comienza lentamente, afectando las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Cada persona responde de manera diferente a los trastornos y al ritmo de progresión de la enfermedad; puede llegar un momento en que las personas con Alzheimer llegan a depender por completo de su cuidador.

Los primeros signos de esta demencia suelen ser:

  • Cambios en la personalidad
  • Deterioro al caminar
  • Dificultad para comunicarse
  • Problemas de memoria que los demás perciben
  • Problemas de atención y orientación
  • Dificultad para aprender cosas nuevas
  • Dificultad para reconocer rostros familiares
  • Dificultad para realizar tareas habituales

Este tipo de demencia trae consigo una serie de trastornos psicológicos como depresión, ansiedad, irritabilidad y angustia entre otros, y el tratamiento para este tipo de perturbaciones resulta difícil debido a que las capacidades mentales y de comunicación pueden estar tan alteradas que es prácticamente imposible un contacto adecuado con el paciente, además, en muchas ocasiones existe un tratamiento farmacológico, y algunos de los medicamentos producen efectos secundarios. Aunado a esto, algunos pacientes además sufren otras enfermedades como, diabetes, hipertensión, etc.

Es importante prolongar la calidad de vida de las personas que sufren Alzheimer, por lo que mantener una actitud positiva frente a ellos en indispensable. Los cuidadores deben procurar:

  • Que el paciente reciba un trato digno y respetuoso, pues aunque pierda el control de sus emociones o de sus esfínteres, sigue siendo una persona con sentimientos.
  • Ser consciente de que se está enfrentando con los fallos debido a la enfermedad, no por voluntad de la persona.
  • Evitar discusiones que no llevarán a ningún lugar.
  • Ayudarle a desarrollar actividades que le permitan sus capacidades, ya que de esta manera facilitará su independencia y por tanto aumentará su seguridad y autoestima.
  • No exigirle lo que no puede hacer.
  • Establecer una rutina diaria puede disminuir la ansiedad.
  • Evitarle al paciente crisis de estrés en la medida que sea posible.
  • Ser comprensivos y tolerantes. No avergonzarlos.
  • Tocarlos suavemente cuando queramos comunicarnos con ellos; hablarles lentamente y hacer expresiones gestuales o mostrarles los objetos para que nos entiendan.
  • Ser receptivos a cualquier intento de comunicación que tengan.
  • Vigilar la correcta adaptación de gafas, dentadura, audífonos, etc. para asegurarnos que capten los estímulos.
  • Mantener fuera de su alcance productos tóxicos, cerrar las llaves del gas, puertas, ventanas y en general velar por su seguridad.

Es probable que, conforme la enfermedad vaya avanzando, se presenten delirios, alucinaciones, depresión, labilidad emocional, agresión apatía, deambulación, trastornos del sueño o de la alimentación, hiperoralidad y actos repetitivos, por lo que es aconsejable que el cuidador tenga conocimientos de todo lo que implica la enfermedad de Alzheimer, así como llevar un control médico adecuado.

 

Referencias

Peña Casanova, J. Las alteraciones psicológicas y del comportamiento en la enfermedad de Alzheimer. Fundación “la Caxia”.

Mantener la autonomía de los enfermos de Alzheimer. Fundación “la Caxia”.

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