Jessica Gregori Coronado | 31/01/2017

Introducción:

A pesar de que la atención a la diversidad es un requisito indispensable en todo sistema educativo actual, son pocos los centros educativos al día de hoy atienden a las demandas educativas del alumnado con altas capacidades intelectuales.

Los estudios más recientes, indican que existen diversos mitos, como resultado de prejuicios que tiene la sociedad, que obstaculizan la atención a las necesidades específicas de apoyo educativo que se derivan de estos niños y niñas.

En estos últimos años, se han llevado a cabo numerosos congresos científicos que promueven la educación diferenciada y el desarrollo de programas específicos para estos niños y niñas. No obstante, resulta fundamental abordar algunos mitos que puedan estar limitando la intervención apropiada dentro y fuera del centro escolar de estos niños y niñas, y que les llevan a la desmotivación, fracaso escolar y pérdida de aptitudes de aprendizaje.

Mito 1: Las altas capacidades intelectuales son heredadas y no se desarrollan.

En este último siglo, se ha pasado de una concepción estática y unitaria de inteligencia a una concepción dinámica, cambiante y desarrollable a lo largo de la vida. En este sentido, la genética ocupa un papel relevante para el desarrollo de los talentos,pero el ambiente resulta imprescindible para la potenciación de éstos.

Mito 2: La detección es fácily es definitorio obtener un CI superior a 130.

Existe una diversidad de talentos y cómo se combinan en estos niños y niñas. Además, es frecuente que el alumnado con altas capacidades pase desapercibido se dé la “superdotación encubierta”, por lo que resulta difícil detectarlos a en el aula.

Por otra parte, la obtención de un CI (cociente intelectual) elevado, no puede tomarse como único indicador. Tal y como indica la teoría de Renzulli, Reis y Smith (1981), la creatividad también es un componente necesario de alta capacidad, junto al CIelevado y la alta implicación en la tarea. De hecho, el talento creativo no es detectado mediante el test de inteligencia.

Mito 3: Los superdotados sobresalen en todas las áreas académicas.

Pueden destacar en diversos talentos, pero raramente destacanen todas las áreas académicas. Diversos estudios señalan que estos niños y niñas tienen menor rendimiento, del que se esperaría en función de su capacidad intelectual. Además, pueden presentar dificultades de aprendizaje u otros trastornos asociados y, debido a ello, fracasar escolarmente(Alonso, Álvarez, Cretu, Ary, Camoes, Varela y Morgan-Cuny, 2003).

Dificultades en el lenguaje oral o escrito, han sido observadas en estos niños y niñas(Robinson, 2002). De hecho, en nuestras intervenciones con alumnado con altas capacidades, encontramos algunos con trastornos de lectura y/o escritura, TDAH, etc. No obstante, de acuerdo con Viersen, Kroesbergen, Slot y De Bree(2016),su intervención suele llevar un proceso de recuperación más rápido que en niños y niñas con rendimiento intelectual más normalizado.

Mito 4: Los superdotados aprenden por sí mismos y logran el éxito académico, sin necesidad de ayuda.

Son niños y niñas que aprenden rápido y con facilidad. No obstante, necesitan de retos intelectuales adecuados a sus características individuales, con el objetivo de alcanzar un desarrollo personal, social, afectivo y cognitivo pleno. El escaso reto intelectual, que ofrece la escolarización normalizada, posiblemente no cubre sus necesidades y puede provocar hábitos intelectuales con falta de esfuerzo y desinterés por la escuela, además de conductas inapropiadas.

Mito 5: Los superdotados tienen problemas con sus iguales o, contrariamente, son considerados líderes.

Diversos estudios indican que los niños y niñas con altas capacidades no se perciben de manera diferente por sus iguales, y pueden llegar a tener problemas o ser tan populares como el resto de alumnado (González Peña, Lorenzo, Borges y Hernández-Jorge, 2009).No obstante, resulta importante dotarles de estrategias de relación social, así como ofrecerles la oportunidad de tener “compañeros intelectuales” con los que puedan compartir preocupaciones y temas de interés, ya que pueden presentar igual o mejor ajuste social que sus compañeros normativos (Robinson, 2008).

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