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Instrumentos de evaluación Una aproximación a la teoría de Claudia Allen

Esta es otra de las traducciones de los textos de Claudia Allen y sus colaboradores que intento proponer a los lectores, para que puedan tener una mejor aproximación a esta teoría y comprender mejor sus conceptos. Hay que señalar aquí, que todas estas herramientas de evaluación suponen que el terapeuta ha tomado una historia funcional y ocupacional y, que los instrumentos están siendo utilizados para dilucidar las consecuencias de un problema de salud.

Jorge Valverdi | 15/02/2015

Esta es otra de las traducciones de los textos de Claudia Allen y sus colaboradores que intento proponer a los lectores, para que puedan tener una mejor aproximación a esta teoría y comprender mejor sus conceptos.

Antes de administrar cualquiera de estos instrumentos de evaluación, el terapeuta debe establecer un método para conocer al paciente y averiguar el requerimiento de los servicios al paciente y demás personas encargadas para su cuidado. La más común es un formato de entrevista funcional. El propósito de la entrevista es aprender tanto como sea posible sobre la historia funcional del individuo y cómo las consecuencias de una enfermedad están cambiando sus actividades cotidianas.

Hay que señalar aquí, que todas estas herramientas de evaluación suponen que el terapeuta ha tomado una historia funcional y ocupacional y, que los instrumentos están siendo utilizados para dilucidar las consecuencias de un problema de salud.

Un terapeuta, necesita evaluar frecuentemente la capacidad cognitiva de un paciente, durante la realización de cualquier actividad que este está de acuerdo en hacer. Las negativas para tratar de hacer las pruebas estandarizadas son comunes, como también son buenas las excusas acerca de los malos resultados. Una evaluación justa y objetiva de la capacidad cognitiva, se basa en el supuesto de que el paciente quiera hacer la actividad. Por lo tanto, los Terapeutas necesitan ser muy flexibles en la oferta de aquellas actividades que sean seductoras para las personas, en consecuencia deben estar preparados para analizar cualquier actividad.

Dos de los instrumentos de evaluación que se han desarrollado para medir los niveles cognitivos, se discuten en esta oportunidad.

El Allen Cognitive Level Test (ACL), es un ensayo que proporciona una rápida valoración de la persona, acerca de la capacidad actual para aprender, por ello al individuo se le pregunta si desea hacer tres puntadas con el cordón de cuero. Pero esto se desarrolla mas abajo.

Parte I: Allen Cognitive Levels (ACL) y el Routine Task Inventory (RTI)
Claudia Kay Allen

El Allen Cognitive Levels test (ACL), es una primera medición del desempeño, que puede ser administrado para quienes funcionen en los niveles 3 a 5, se puede lograr una mejor cooperación generalmente hablando con los pacientes, antes de que se les pida que intenten con el cordón de cuero. La entrevista inicial, contiene preguntas que ayudan a los terapeutas a comprender, qué tipo de servicios se indican y la historia funcional del individuo. Con frecuencia se hace una revisión gráfica antes de su entrevista, proporcionando así un historial médico, de educación, trabajo, el uso del tiempo libre, entre otras funciones importantes. Estas historias proporcionan una comprensión funcional del individuo. Así como el profesional entiende o espera éxito en su trabajo, el paciente también se pregunta cómo espera beneficiarse con los servicios ofrecidos .

La información intercambiada durante la entrevista inicial, estará muy influenciada por el nivel cognitivo del paciente. En el nivel 3 se intercambia muy poca información, puede ser capaz de responder algunas preguntas sobre la educación y la historia del trabajo, pero frecuentemente es difícil darle sentido a lo que dice. Puede no saber que todo este tema tenga que ver con él, y no tiene ni idea de cómo podría beneficiarse. En el nivel 4, generalmente puede dar una historia funcional coherente. Algunos hechos pueden ser distorsionados o alucinatorios, pero la historia es fácil de repetir cuando se le pregunte cómo espera beneficiarse con los servicios, puede negarse a entender que el tema tenga que ver con él. Cuando un problema físico esté presente, puede estar apto para identificarlo como un único problema. Las metas son comunes y poco realistas para el futuro, más realista aún en las metas de tratamiento que se encuentran en el nivel 5. El conocimiento de un nuevo déficit cognitivo, por lo general está presente, y es difícil adaptarlo a ella.

Una entrevista puede ser también una reunión oficial entre el terapeuta y otro cuidador, este último puede que solicite los servicios de terapia ocupacional para la persona que tiene a su cargo, cuando le informen que el nivel cognitivo del paciente se ha estabilizado. Los terapeutas que trabajan en consultorios de atención ambulatoria, pueden darse cuenta de que la programación de una entrevista con el cuidador, es especialmente útil en el establecimiento de los objetivos de tratamiento.

Allen Cognitive Level Test

En la actualidad, la prueba del ACL proporciona una valoración rápida acerca de la capacidad de aprendizaje, esta prueba de funcionamiento suele ser administrada al final de la entrevista inicial. Actualmente, los Terapeutas hacen uso de la puntuación, como un criterio para el tratamiento, con objetivos que sean alcanzables, esta prueba ha estado en uso clínico desde 1973. En efecto, existen tres versiones que han sido objeto de fiabilidad y validez con investigaciones publicadas anteriormente, ellas son: el Allen cognitive level-Original (ACL-O); Allen cognitive level-Expanded (ACL-E), y Allen cognitive level – problema solving (ACL-PS).

La primera versión fue el ACL-O, esta tiene una escala simple de 5 puntos, en la medición de los niveles 2-6. Su fiabilidad de evaluación, fue elaborada a partir de una correlación persona-producto r =. 99 rango de niveles 2-6, N = 32). En la validez para utilizar el ACL en los pacientes, al cabo de una terapia de grupo de ocupación, ocurrió que coincidan en un nivel cognitivo establecido como r = .76 (N = 23). Para ello, se utilizó el Brief Psychiatric Rating Scale, para investigar la validez simultáneamente como r = .53 en la admisión de un hospital de rehabilitación, donde r = .43.

También se utilizó el diseño de bloques, del Wechscler Adult Intelligence Scale (Wais), para validar la rehabilitación simultáneamente como r = .46 (N = 32) y r = .40 (N = 32). En una investigación de 50 personas no incapacitados, se encontró una correlación significativa entre educación (r = .50), ocupación (r - .53), y el nivel social (r = .51). En el Hollingshead se utilizó, dos factores de índice de nivel social para establecer la educación, ocupación y posición social.

En el ACL-0, se encontraron resultados similares y diferencias significativas entre poblaciones de personas con esquizofrenia y, personas con depresión, contra poblaciones control, residentes en Israel (Katz & Heimann, 1990). En las poblaciones de adultos menores de 65 años de edad, la edad y sexo no parece afectar las pruebas de estos puntajes. La validez predictiva del ACL-O, se investigó para determinar la colocación en el trabajo tras 3 semanas de evaluación prevocacional. Existe una asociación significativa, donde Pi al cuadrado=33,54, p <.00.,1, N = 32. Ninguno de los sujetos con un puntaje de 3 fue recomendado para el trabajo, pero en el Nivel 4 los sujetos fueron recomendados para apoyo laboral. Los niveles más altos se dividen entre el mercado de trabajo, educación y el empleo con apoyo (Katz & Heimann) . La falta de sensibilidad, así como otros defectos han tenido que reemplazar al ACL-O con otras dos versiones.

El interés por la investigación, era esperar prolongar la hoja de puntaje, de aquellas poblaciones donde hay pocos cambios en el nivel cognoscitivo, (ACL-E). Si bien la revisión también incorpora una torcedura en el cordón de cuero para cada paciente, en lugar de dejar el giro al azar, Newman (1987) estableció la fiabilidad de la evaluación es del 95% (N - 21). La fiabilidad para la evaluación de la prueba y la contraprueba se estableció como rs = .75 (N = 22) con rango correlación de Spearman . Con una edición revisada del WAIS, (WAIS-R) investigaron la relación con un potencial de aprendizaje (N = 40, rango de puntuaciones de 3,0 a 6,6).

Se encontraron correlaciones significativas con las siguientes subpruebas de Spearman, utilizando coeficientes de correlación: diseño de bloques de r = .62, Objetos de encastre r = .55, disposición de la imagen de r = .59, símbolos digitales r = .59, extensión digital r = .54, escala de ejecución Qr = .55, Escala verbal IQR =.41 y escala total IQ r = .47. Las correlaciones con las demás subpruebas no fueron significativas: terminación del dibujo r = .28, Vocabulario r =. 23, Aritmética y r = .39. Los resultados de este estudio demostraron una relación entre la ACL-E y "los factores que se consideran esenciales para la organización y el procesamiento de la información, que es el aprendizaje" (Mayer, 1988, p. 183) . La fiabilidad y la validez derivan de medidas más sensibles alentadoras e informativas.

Josman & Katz (1991) desarrollaron el ACL-PS, el cual se le solicita al sujeto en primer lugar, que intente hacer cada puntada observando otra puntada; si el sujeto no es capaz de hacerlo mirando a continuación, y siguiendo instrucciones verbales, y por último tras una demostración . El efecto del límite del ACL-O, se ha retirado del ACL-PS en el grupo control normal de los adolescentes. Los diferentes tipos de información, utilizadas para aprender a hacer la única puntada cordobesa proveen una serie de puntaje. Algo más confuso es que en los adolescentes en hospitalización psiquiátrica, se utilizan también una gama de diferentes tipos de información, para hacer el cordón y la puntada corrida (Josman & Katz, 1991; Heimann & Katz, 1990).

Mientras se trabajaba en el desarrollo del capítulo 5, Allen y colaboradores decidieron que eran necesarias un mayor número de mejoras en la ACL, por lo que les pareció hacer un cambio para mantener este instrumento, esta versión se llama la ACL-90, debido a que las revisiones fueron hechas en 1990. El rango de puntaje es 3,0 a 5,8 lo que parece ser más lógico en relación con lo que el cordón de cuero puede medir. El ACL-E varió de 1,0 a 6,6, pero la longitud no se corresponde con las mejoras introducidas en este texto. Se añadieron tres puntos de sutura en lugar de dos, ya que algunos pacientes parecen tener suerte con esto, pero realmente no han aprendido a hacer la puntada. El ACL-PS fue un método para dar directivas al que se le añadió a la única puntada cordobesa, y una hoja de puntaje. La hoja de puntaje permite "indicar" en lugar de "dar instrucciones verbales", este es un factor que sale de las pruebas de experiencia clínica, de aquellas personas que hablan muchos idiomas diferentes. Pueden incluir indicaciones que apuntan a un error, pero no se han agregado directivas al ACL-PS para el cordón o puntadas corridas, porque según Allen no estaba segura acerca cuanto habría que agregar o donde colocarlo en la hoja de puntaje. El ACL-90 fue revisado por N. Katz (Personal Communication, 1991) el que se utilizó en futuros estudios realizados por cada uno de los autores. Por lo tanto, se debió esperar un tiempo para los estudios que se utilizaron en las versiones anteriores y que no han sido publicados a partir de este escrito. Por consiguiente, una prueba manual y un kit para el ACL-90 está comercialmente disponible en ese entonces .

El mayor problema clínico en la utilización del ACL es la discapacidad visual, entendiendo que si las personas no pueden ver el cordón de cuero, no pueden corregir o aprender de sus errores. La versión más grande es una buena solución para algunos de estos problemas. Los pacientes experimentados con la mano izquierda, o de una mano sola, y con manos temblorosas también plantearon preguntas acerca de la validez de la prueba, pero no fue tan grande como los interrogantes planteados por los problemas de la visión. Ser sordo, o incapaces para comprender las directivas verbales, plantea la dificultad como las demostraciones y los gestos que pueden ser sustituidos. Cuando estas dificultades se producen, frecuentemente los terapeutas administran la prueba, pero tienen menos confianza en las pruebas de puntajes. Los Terapeutas, encuentran estas u otras dificultades con frecuencia y se animan a revisar la prueba. Otro estudio como el CVA / TBI intentó introducir una modificación al ACL, como por ejemplo colocarle un tornillo para asegurarlo al banco, para aquellos sujetos que no podían mantenerlo. La preocupación por esta modificación expresadas por los autores, es que la complejidad puede haber sido reducido por la fijación de la direccionalidad del instrumento Heimann & Katz, 1990). Otra posibilidad es colocarlo al cuero en un aro para bordar adaptado y giratorio (T. Blue, Personal Communication, agosto de 1991).

Para los pacientes que no pueden utilizar sus manos, fue tal vez necesaria una prueba verbal. La labor realizada por N. Katz en Clase de Inclusión (IC), podría resolver este problema. La Clase de Inclusión se centra en la relación entre y dentro de las clases.

El ingreso es a la vez visual y auditiva, donde la salida es verbal, para esto Katz ha estado estudiando la relación entre CI - ACL, es decir las pruebas de Clasificación de los objetos de Riesgo (ROC), y un patrón en todo el ciclo de vida un individuo y, en el control que estén surgiendo de las poblaciones. Las relaciones entre la clasificación y las actividades de la vida diaria, siguen siendo ambiguas (Heimann & Katz, 1990). El análisis más detallado de los niveles cognitivos que se presentan en el capítulo 5, sugiere que el contenido de la información clasificada, es una consideración importante. William-s descubrió que los pacientes psiquiátricos no pueden clasificar flores, pero podrían clasificar por color, forma y tamaño teniendo sentido dentro de ese contexto (Allen, 1985).

El ACL es una tarea visomotora, que proporciona una valoración de la capacidad de una persona, para aprender a hacer otras tareas visomotoras. La fuerza de las asociaciones con otras tareas, parece estar relacionada con los requisitos para transformar la información visomotora. Esto es evidente, en los tipos de sistemas de procesos sensoriomotor adicionales de información. Allen, esperaría una débil asociación con otros tipos de información, no obstante una primera prueba con validez para las personas ciegas, serían de gran ayuda.

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