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Los Centros de Educación Infantil ante el paradigma de la Estimulación Temprana.

Una de las cuestiones que los padres con niños pequeños mas se plantean es cuando ha llegado el momento oportuno para llevar a su hijo a la guardería, parvulario, jardín de infancia...
A la hora de tomar esta decisión los padres se preguntan sobre toda una serie de cuestiones que hacen difícil tomar esta decisión.

José Moreno Millan | 31/01/2018

En ocasiones se puede llegar a pensar que estos centros, su función esencial es guardar a los niños, como su nombre indica; guardería, es un sitio donde el niño va a permanecer una serie de horas al día, donde va a realizar una serie de actividades, pero lo que mas va a definir esta situación es que vamos a tener el niño aparcado durante unas horas y de esta forma podremos resolver el problema de poder ir a trabajar.

Es cierto que algunos centros se han dedicado más al tema de guardar que enseñar, pero ésta no es la visión que se debe tener de estos centros. Guardar sí, pero enseñar, estimular, potenciar también, de ahí que sea necesario plantearnos que es eso de la estimulación infantil, y plantearnos igualmente que centros reúnen las condiciones para poder ofrecer al niño las actividades que su desarrollo personal necesita.

Cuando el niño nace tiene todo un potencial de posibilidades. Lleva en él muchas promesas, ilusiones, proyectos, pero todas estas promesas, ilusiones, proyectos, serán vanos si no recibe del medio humano y físico que le rodea un conjunto suficientemente rico de estímulos de todo tipo.

Las ciencias biológicas contemporáneas y sobre todo la neurología, nos dicen que la materia nerviosa, especialmente desarrollada en la especie humana, no puede llegar a su evolución completa si no hay unos estimulos exteriores que provoquen unas reacciones que permitan a esas funciones ponerse en marcha, perfeccionándose y desarrollándose plenamente.

Una experiencia científica muy precisa, realizada con animales demuestra que si un sujeto no recibe los estimulos visuales necesarios, no se desarrollaran las zonas de recepción cerebral (lóbulo occipital); la propia materia cerebral no evolucionara como lo hace en el caso de los sujetos que reciben normalmente estimulos visuales. Esto significa que el desarrollo del niño está, en primer termino, en función de su estado biológico y neurológico en el momento de nacer, pero que, mas adelante la acción del medio (estimulación infantil) pasa a ser fundamental para su desarrollo posterior. Después del nacimiento hay toda una gama de posibilidades que la acción del medio exterior hará ( dentro de los limites impuestos por la situación biológica y neurológica) que sea mas o menos amplia.( Psicología del Aprendizaje. E. Ribes-Iñesta.).

El niño al nacer es un ser con todo una serie de potencialidades, y que estas se desarrollaran a través de las acciones del medio sobre él, hay una gran diferencia entre nacimiento a la vida humana y participación plena en la vida humana, esta participación plena, este paso hacia el pleno desarrollo de toda la potencialidad que el niño trae consigo al nacer, solo se desarrollará por la acción del medio sobre él, acción que pasa por la conocida estimulación infantil o también llamada estimulación temprana.

La etapa del desarrollo que abarca desde el nacimiento hasta los 6 años, es considerada como el periodo más significativo en la formación del individuo, en la misma se estructuran las bases fundamentales de sus particularidades físicas y formaciones psicológicas de la personalidad, que en las sucesivas etapas del desarrollo se consolidaran y perfeccionaran. La necesidad de proporcionar una estimulación propicia en el momento oportuno condujo al surgimiento del concepto estimulación temprana del desarrollo, (estimulación infantil)

El conocimiento de que las estructuras biofisiológicas y psíquicas se encuentran en proceso de formación durante la edad infantil y la existencia de periodos sensitivos del desarrollo, condujo por su extraordinaria importancia a la necesidad de estimular estas condiciones del psiquismo humano en el periodo sensitivo adecuado.

En la Asamblea General de Naciones Unidas del 20 de noviembre de 1989 se establece como principio fundamental:

Educación es el desarrollo de la personalidad, las aptitudes, la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades.

De esta forma podríamos entender estimulación infantil como aquella potenciación de las facultades que la naturaleza depara al niño para su desarrollo integral en los aspectos biológico, cognitivo, psicomotriz, socio-afectivo y espiritual a través de experiencias de socialización pedagógica recreativa. Y esto basándose en los avances de la neurología, que presenta el sistema nervioso del niño como base y soporte de la inteligencia, entendida como capacidad para comprender y no como un conjunto de saberes que posee el individuo( ”Como multiplicar la inteligencia de tu bebe”. Glenn Doman)

Cuando el niño nace, su cerebro esta limpio de conductas genéticas y constitucionalmente heredadas, y lo que posee es una infinita posibilidad y capacidad para asimilar toda la experiencia social acumulada por la humanidad durante cientos de generaciones y que es transmitida por el adulto que lo cuida y atiende.

A esta capacidad de asimilar la experiencia del mundo es lo que se denomina la plasticidad del cerebro humano.

Los recién nacidos tienen al nacer miles de millones de neuronas entre las cuales se establecen conexiones, llamadas sinapsis, que se multiplican rápidamente al entrar el bebe en contacto con la estimulación exterior. Esta sinapsis da lugar a estructuras funcionales en el cerebro, que van a constituir la base fisiológica de las formaciones psicológicas que permiten configurar las condiciones para el aprendizaje.

Los distintos circuitos neuronales por donde va a discurrir toda la información del ser humano se forman en la primera infancia, esta posibilidad de realizar conexiones sinápticas no es algo que se conserve a lo largo de toda la vida. Cuando el cerebro se empieza a formar estas conexiones son ilimitadas, pero a partir de ese momento empieza una carrera contra el reloj que va disminuyendo la capacidad de conexiones sinápticas a medida que pasan los años, y es a partir de los 7 o 8 años cuando las capacidades para construir nuevos circuitos son prácticamente nulas.

El desarrollo del cerebro antes del primer año de vida es mucho más rápido y extenso que lo que se conocía y creía. Esto hace que las condiciones a las cuales el bebe se ve sometido va a tener un efecto inmediato en esta rapidez y sensibilidad del cerebro y como consecuencia en las cualidades y funciones psíquicas. Si las condiciones son favorables y estimulantes las repercusiones en el aprendizaje y desarrollo serán positivas, si las condiciones actuaran de manera negativa y no estimulantes el aprendizaje y el desarrollo estarían afectado de forma irreversible. ( De ahí la necesidad de plantearse la elección de un centro infantil con un programa adecuado de estimulación y atención a las características de los niños en esta etapa)

Esta claro que nacemos con unas determinadas potencialidades y que se desarrollen en mayor o menor grado depende, sobre todo, de los estimulos que el niño reciba, tanto de los adultos como de su entorno. Los adultos, claro está, aprendemos cosas, nuevas habilidades, pero las aprendemos utilizando las conexiones neuronales que ya se establecieron en la infancia.

Esta aclaración permite comprender mejor los efectos positivos de la estimulación infantil sobre el desarrollo del cerebro del niño y la misión de padres y educadores. La Educación Infantil ha de basarse en la estimulación precisa para conformar adecuadamente el sistema nervioso del niño o la niña.

Los centros de educación infantil han de plantearse el desarrollo integral de los niños atendiendo a los aspectos biológico, cognitivo, psicomotriz, socio-afectivo y espiritual a través de experiencias de socialización pedagógica y recreativa, como se decía antes, deben de encauzar el desarrollo de los niños de una manera lo mas adecuada posible, aportando en cada instante una educación acorde a sus necesidades, respetando siempre el momento evolutivo de cada niño o niña. Todo esto dentro de un contexto de afectividad de modo que cada niño se encuentre inmerso en un mundo cálido y acogedor que motive y estimule sus capacidades potenciales.

Es necesario que a la hora de elegir el centro de educación infantil, los padres tengan en cuenta los criterios y características antes mencionados, una elección poco reflexionada, improvisada, podría no tener en cuenta todos los aspectos necesarios para el desarrollo integral del niño.

La educación por propia esencia es una sublime profesión de amor, cosa que conocen perfectamente los que se dedican a la enseñanza por vocación, lo que se debe pretender en los centros de educación infantil es compartir con la familia la labor educativa, completando y ampliando las experiencias formativas del desarrollo del niño. Para que esta labor se realice correctamente la comunicación coordinación entre padres y educadores es de la mayor importancia.

Los centros educativos, los educadores que lo forman deben de desarrollar un trabajo en equipo, con un ideario claro y definido para poder de esta forma tomar en consideración, analizar y tratar todos los aspectos educativos del desarrollo de los niños. De esta forma una de las tareas que se imponen a los centros educativos es formar padres y hacer de ellos unos colaboradores lúcidos. El niño no debe de conocer dos métodos de educación, uno de ellos el familiar y el otro el escolar, el ajuste coherente de las distintas educaciones que reciba será un factor positivo de éxito.

Los mensajes que reciben los niños del medio familiar y del medio escolar han de ser los más armónicos y coherentes posibles. Es importante hacer comprender a los padres y madres que es difícil ir formando una personalidad equilibrada en el niño, si los modelos a imitar que están en su mente, familia y centro escolar son dispares y a veces pueden llegar a ser contradictorios.

Si se aceptan todos los principios antes citados, es evidente que los centros de educación infantil deben de intentar desarrollar un programa en el que se tenga en cuenta:
a) Desarrollo de todas las redes de comunicación que vinculan al niño con el mundo.
b) Un esfuerzo especial para que el niño salga fuera de sí mismo y se exprese para que su personalidad se organice, estructure y desarrolle.
c) Ayudar a los niños a aprender a aprender, comprender y emprender.
d) Asignar un lugar destacado al desarrollo del lenguaje, indispensable para su integración posterior.
e) Desarrollo de los mecanismos biológicos, motores, psicológicos y sociales que le faltan en el momento de nacer, tarea compartida con los progenitores.
f) La pronta identificación y tratamiento/correción de los problemas relacionados con las posibles limitaciones físicas, mentales, sociales, cognitivas y afectivas.

Para finalizar se ha de señalar que es sumamente importante asegurar que este programa de estimulación infantil respete el principio de unidad que hay en la vida del niño, lejos de planteamientos parcialistas o desintegradores, porque se educa como una unidad y no como partes diferentes o suma de partes.

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