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Conociendo la Pseudopercepción Auditiva. (Parte I)

Johns y cols. (2002) concluyen que en los sujetos psicóticos y en la población normal existe un solapamiento en dimensiones como el grado de control sobre la alucinación auditiva, la respuesta emocional, la localización y las estrategias de afrontamiento.

Ramiro Campos | 1/11/2010
El denominador común, alucinación, pseudopercepción, percepción sin objeto, se contamina y no pocas veces, con otros términos definitorios de otros aspectos no fáciles de delimitar. Desde la introducción por Esquirol en 1832 del término alucinación en el vocabulario médico, los trastornos de la percepción en los que el sujeto aparentemente percibe un evento, o una serie de eventos, en la ausencia de un estímulo apropiado, se han considerado entre los ejemplos más misteriosos y serios de trastorno psicológico. Schneider (1959) las consideró como un síntoma de primer rango de esquizofrenia si se demostraba la ausencia de patología cerebral.
 
Por ejemplo, Johns y cols. (2002) concluyen que en los sujetos psicóticos y en la población normal existe un solapamiento en dimensiones como el grado de control sobre la alucinación auditiva, la respuesta emocional, la localización y las estrategias de afrontamiento. Cuando se amplia la comparación a cuadros neurológicos y de abuso de substancias, las características físicas (frecuencia y duración de las voces), el contenido de la alucinación, la respuesta emocional
 
y los factores precipitantes (el estrés, la lesión o el propio tóxico) son similares en todos los grupos.
 
Si analizamos cada dimensión por separado o lo hacemos por agrupaciones factoriales aquellas que tienen que ver con las características físicas como la frecuencia y la duración suelen variar mucho entre diagnósticos al igual que el volumen y la localización.
 
Las alucinaciones frecuentes abarcan:
 
·         Experimentar sensaciones corporales, como la sensación de arrastrarse sobre la piel o el movimiento de órganos internos
 
·         Escuchar sonidos, como música, pasos, ventanas o puertas que se golpean fuertemente
 
·         Escuchar voces cuando nadie ha hablado (el tipo más común de alucinación). Estas voces pueden ser críticas, galantes, neutrales o pueden ordenarle a alguien hacer algo que puede causarle daño a sí mismo o a otros
 
·         Ver patrones, luces, seres u otros objetos que no existen
 
·         Sentir un olor fétido o placentero.
 

  

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