Una vez que el niño/a ha registrado información por los distintos canales sensoriales descritos previamente, procesará dicha información de manera de darle un significado, afectivo y cognitivo.
Procesamiento de la información:
Una vez que el niño/a ha registrado información por los distintos canales sensoriales descritos previamente, procesará dicha información de manera de darle un significado, afectivo y cognitivo. Este proceso muchas veces ocurre en forma prácticamente simultánea al registro de la información. Sin embargo los niños pueden presentar enormes diferencias individuales en como procesan dicha información, influido en parte por las variaciones individuales a nivel de registro, así como por la variaciones individuales a nivel de decodificación de la información.
Bajo esta categoría entran las múltiples dificultades de procesamiento de la información auditiva, visual, cognitiva, afectiva, táctil, vestibular y propioceptiva. El niño/a descrito previamente puede tener además de hiper-reactividad táctil, hiperreactividad auditiva y dificultades de procesamiento auditivo. Es posible que a este niño le moleste el tono agudo de voz de la profesora, especialmente cuando levanta la voz para dar instrucciones a un grupo, se asuste con ciertos ruidos en la sala de clases y no logre procesar la instrucción verbal que la profesora entregue al grupo dadas sus dificultades de comprensión de lenguaje oral. Nuevamente su respuesta conductual puede tener relación con las dificultades de registro y procesamiento de la información.
Respuesta atingente a la información recibida: El tipo de respuesta que el niño/a logre dar frente a la información recibida dependerá no solo de cómo registra y procesa dicha información sino que también de sus habilidades para organizar una respuesta atingente con distintos grados de complejidad. Estas habilidades estarán afectadas por sus destrezas en las áreas de motricidad gruesa, fina, planificación y coordinación motora (praxias), tonicidad muscular, así como en su capacidad expresiva en el uso del lenguaje oral. Nuevamente, es esencial entender las fortalezas y debilidades de niños con necesidades especiales para organizar una respuesta compleja y atingente a la información recibida.
En un niño/a con desarrollo típico, estas diferencias individuales son mínimas y no afectan significativamente la calidad de la interacción ni el avance en las distintas etapas del desarrollo. Sin embargo, en niños/as con necesidades especiales (Ej. Déficit de atención, dificultades de regulación, trastornos del lenguaje, déficit cognitivo y trastornos del espectro autista) estas diferencias individuales juegan un rol significativo en la calidad de la interacción con los padres o cuidadores, así como en enfrentar nuevos procesos de aprendizaje. Dichas experiencias pueden adquirir un fuerte componente emocional negativo, acompañadas de gran frustración y conductas desorganizadas o disruptivas como respuesta defensiva de protección para mantener el control de la situación. Por esta razón es esencial que todo terapeuta y padre involucrado en la rehabilitación de niños/as con necesidades especiales comprenda en detalle y con profundidad las diferencias individuales de cada niño/a. Esto les permitirá acoger emocionalmente al niño/a mientras le ayudan a registrar, modular y procesar mejor la información que recibe así como a dar una respuesta atingente y cada vez de mayor complejidad. Les permitirá también entender mejor cuales son las fortalezas del niño/a que facilitan los procesos de interacción y aprendizaje.
2) Diferencias Relacionales
Este componente busca describir y entender en detalle las múltiples diferencias en estilos de relación que presentan los distintos adultos (padre, madre, abuela, profesora, etc.) que interactúan a diario con un niño/a con necesidades especiales. Dichos estilos de relación pueden favorecer o entorpecer el desarrollo del niño/a. Por otra parte, es habitual observar ciertos patrones de relación en padres u otros cuidadores (abuela, profesores, niñera) que reflejan distintos estilos de reaccionar frente a las dificultades del desarrollo del niño/a en cuestión:
Tendencia a deprimirse
Tendencia a sobre involucrarse
Tendencia a la sobreprotección como respuesta a patrones ansiosos
Tendencia a desvincularse
Tendencia a adoptar reacciones hostiles, agresivas, o abusivas