Las primeras palabras del niño y las frases formuladas parecen ser almacenadas en un tipo de memoria prosódica (Echols,1993).
Morfología
Las primeras palabras del niño y las frases formuladas parecen ser almacenadas en un tipo de memoria prosódica (Echols,1993). Se asume que está memoria prosódica tiene una capacidad limitada de almacenamiento (Lindblom,1989) cuando esta capacidad se sobrepasa (“lexical spurt”), esto tiene lugar cuando las nuevas palabras son comprendidas y /o producidas. Varios investigadores han sugerido que el “spurt lexical” expresivo tiende a ocurrir al rededor de los 18 meses, cuando el número de palabras producidas por semana se cuadriplica (Goldfield & Reznick,1990). Según Benedict a la edad de 20 meses los niños tienen 5 palabras comprendidas para cada palabra producida.
Se dice que un niño debe tener una “masa crítica” de palabras en su léxico expresivo- quizás como unos 70 verbos y 400 palabras en general, antes de descubrir y comenzar a aplicar las reglas de la morfología lingüística, (Bates,Dale, & Thal,1994; Marchman & Bates ,1994)
La hipótesis que aquí se ofrece es que el análisis de la estructura es modificada con los avances madurativos. Los niños comienzan a regularizar los verbos irregulares entre los 20 y los 37 meses de edad. Algunos estudios como el de Nelson estiman que el tamaño promedio del lenguaje expresivo de un niño de 2 años es aproximadamente de entre 185 a 200 palabras.
Fonología
Se asume que los segmentos fonémicos emergen de patrones fonéticos mas grandes ( Lidblom;Mac Neilage, & Studdert- Kennedy,1983;1991). Las primeras palabras del niño requieren un análisis fonético superficial, pero no uno fonológico per sí. La evidencia preceptúa sugiere que los niños comienzan a discriminar segmentos fonéticos para distinguir palabras en su propio vocabulario receptivo, ej desarrollan categorías fonéticas clásicamente definidas alrededor de los 19 meses de edad ( Werker & Pegg,1992). Este mecanismo puede atribuirse a un mecanismo analítico en el hemisferio izquierdo.
Los análisis transcripcionales fonéticos sugieren que los gestos articulatorios con similares propiedades (ej movimientos de cierre alveolar y vocales altas frontales) tienden a ocurrir adyacentemente en las sílabas balbuceadas de infantes pre-lexicales. ( Davis& Mac Neilage,1994; Locke,1995; Vihman,1992). Los estudios acústicos sugieren que los movimientos de sílabas más largas pueden estar diferenciándose durante varios años más tarde. Si bien se necesita mucha más investigación lo que si parece es que la fonología, frecuentemente considerada el nivel más básico del lenguaje, puede ser el último en desarrollarse completamente. (Locke,1994;Studdert-Senedy,1991)
Sintáxis
Filmore (1979) y Peters (1983) han sugerido que la adquisición de la sintaxis en el niño presupone la habilidad de descomponer el habla que fue inicialmente adquirida en forma entera y sin análisis. La sintaxis requiere la diferenciación de una sílaba con otra.
Todas las fases de maduración del lenguaje están afectadas por la interacción de eventos neuromaduracionales y estimulación social.
Los mecanismos analíticos están listos para la función cuando el niño tiene entre 2 y 3 años de edad, en el cual las palabras son posibles de ser analizadas, entonces son reforzadas y estabilizadas la acción de esos mecanismos.
Desarrollo de los Retardos Lexicales
Hay niños que escuchan perfectamente pero no desarrollan adecuadamente el lenguaje, estos niños están bajo el efecto de una estimulación reducida de y para los hitos del neurodesarrollo, ya que los mecanismos de lenguaje son dependientes de la experiencia en el cerebro.( Locke,1990). Esta exposición de los niños al comportamiento linguistico puede ser perfectamente adecuada pero no sus experiencias con esto (la exposición efectiva)
Cuando los periodos sensibles para el aprendizaje están comprometidos la estimulación retardada es una estimulación denegada. Puesto que las palabras almacenadas proveen la estimulación que es requerida por los mecanismos analíticos, los niños con escaso léxico se encuentran en riesgo. Para ello, un léxico retardado puede ser una gramática denegada.
Diferentes autores coinciden en el hecho que los retardos lexicales en un niño de 2 años podrían haber sido predichos 6 a 12 meses antes.
Desafortunadamente el retardo lexical de tiempo puede convertirse en un déficit gramatical permanente.