Cuando un niño continúa padeciendo ataques hasta entrar en la edad adulta, es probable que su background educacional y su inserción laboral se hayan resentido
4.4. Epilepsia del lóbulo frontal
Las funciones intelectuales pueden estar globalmente conservadas aunque en las pruebas
específicas se evidencie un síndrome disejecutivo.
En niños con focos frontales izquierdos se han reportado déficits en la memoria verbal de
largo término. El déficit prolongado de las funciones frontales puede tener dramático
impacto en el desarrollo neuropsicológico de los niños afectados. En los focos laterales
frontales puede haber déficit en las pruebas de aprendizaje condicionado (M. Petrides,
comunicación personal).
Swartz y Mandelkern (1999) utilizando pruebas de activación cognitiva durante estudios
de FDG-PET encontraron que: 1) las anormalidades en el PET (66%) son menores que en
la epilepsia temporal y menores aun, cuando se trata de cuadros funcionales sin lesiones
estructurales, 2) el 50% de los pacientes muestra menos actividad que los controles durante
la realización de tareas que ponen en marcha la working memory, 3) por lo tanto, la
sensibilidad de la prueba es menor que en reposo, indicando que ciertas áreas
hipometabólicas son todavía capaces de entrar en funcionamiento.
4.5. Epilepsia del lóbulo parietal
Sorokina et al. (1995) separaron el estudio de los pacientes con focos izquierdos de los
que portaban focos parietales derechos, y encontraron que los pacientes con focos
izquierdos tenían peores puntajes en la memoria auditivo-verbal y en el lenguaje
presentaban un deterioro mixto: lógico y gramatical. También en problem solving, por
ejemplo, en el Test de Matrices Coloreadas (Raven) y en pruebas de atención se
evidenciaban mayores déficits que sus homólogos derechos. Estos, por su parte,
presentaron peores resultados en las pruebas de memoria visual y en funciones relacionadas
con la imaginación y la orientación espacial.
4.6. Epilepsia mioclónica juvenil (EMJ)
Malagold et al. (1987) estudiando una población de 22 pacientes con EMJ encontraron
desórdenes en la memoria lógica (92%), dificultades en la fluencia verbal (67%) y
trastornos en la atención sostenida (50%). Estudiando también a familiares y a pacientes
con ausencias juveniles se comprobaron además respuestas perseverativas en el WCST
(Wisconsin Card Sorting Test) que traducirían fallas de flexibilidad cognitiva.
4.7. Epilepsia benigna rolándica (EBR)
Piccirilli et al. (1994) estudiaron niños que no habían sido sometidos a tratamiento, en un
grupo de pacientes sin lesión cerebral estructural, a los efectos de evaluar la disfunción
cognitiva que trae la epilepsia per se, mediante un test de cancelación visual útil para
evaluar tanto la atención como la visuoespacialidad. Encontraron que los niños con espigas
a la derecha o bilaterales respondieron peor que los que solamente tenían espigas
centrotemporales izquierdas, que eran normales en su respuesta a la prueba. Esto sugiere
que la presencia de anormalidad paroxismal cortical es suficiente por sí misma para
causar anormalidad cognitiva aún en la ausencia de daño orgánico-cerebral,
farmacoterapia o condiciones socioambientales adversas.