Perfil del profesorado.

Perfil ( Real Academia): Aspecto peculiar o llamativo con que una cosa se presenta ante la vista o la mente.

La conveniencia o necesidad de establecer unos parámetros, cualidades o características por las que establecer la idoneidad para realizar unos u otras tareas es algo que nos parece necesario para cualquier tipo de actividad que requiera unas competencias que nos diferencien a unos de otros.

Pensemos simplemente en el método de selección de un grupo de niños que “echa pies” para hacer los equipos antes de jugar al fútbol. La selección se atiene a dos criterios: el afectivo, es decir la amistad y el competencial o dicho de otra forma la búsqueda de un perfil que se aproxime a nuestro ideal de jugador.

Por lo tanto puede tener sentido hablar del perfil o los perfiles del profesorado adecuado a cada época; pero esa no es una cuestión que pueda tener una única respuesta puesto que nunca será único, ni igual el criterio que se establezca para determinar ese perfil.

Empecemos con la metáfora mitológica que establece Delacôte con Sísifo a quien Zeus castigó por ambicioso a portar eternamente una gran piedra a lo alto de una colina desde donde rueda hasta la base tener que volver a empezar.

“Al descender de la montaña durante ese falaz respiro, el Sísifo educador se preguntará cuál es la finalidad actual de la educación. Se preguntará sobre lo que hoy un ciudadano debe saber, valorizar y hacer. Se preguntará sobre la competencia con que debe contar, entendiendo por competencia esa mezcla de conocimientos, pericia y conducta. Ese Sísifo educador tendrá que saber rodearse de personas amistosas, que sepa discutir y argumentar pues es menester el diálogo y un debate que sea local, regional, nacional, para elaborar respuestas a las siguientes preguntas: ¿De qué conocimientos debemos disponer en común los ciudadanos? ¿Qué valores queremos compartir? ¿Qué conducta queremos alentar? ¿Qué sociedad queremos formar? ¿Qué condiciones buscar para hacer posibles la realización individual, nuestro crecimiento moral y nuestra responsabilidad social?.”

En definitiva, que el docente se plantea su propio perfil con una cotidianeidad que nos asombrará si nos lo planteamos detenidamente y esa es precisamente la principal motivación que nos debe llevar a intentar resolver la cuestión de: ¿Cuál es el perfil de un docente del siglo XXI?
Pero claro, como no somos los únicos actores en esta película nos encontramos con que el perfil del docente puede venir establecido por: La universidad, la administración, la corporación o empresa contratante, los padres, los alumnos, los formadores del profesorado... y cada uno de ellos puede tener una visión distinta de cuales son las respuestas a las preguntas planteadas. Pero además de esas respuestas se habrá de tener en cuenta los intereses particulares de cada sector. Con lo cual ante una misma realidad académica podemos encontrar demandas de perfiles con matices muy distintos.

¿Cómo dar respuesta a todos ellos?. Simplemente. Creo que es “casi” imposible, en la medida en que es “casi” seguro que habrá demandas que se contrapongan unas a otras. La cuestión se podría plantear como un problema aritmético; cuando tengamos todos los factores que componen las diferentes expectativas podemos hallar el “mínimo común múltiplo” de todas ellas o podemos intentar consensuar el “Máximo Común Divisor”. En el primer caso (mcm) tenemos casi garantizado que el resultado será “Superman” o “Superwoman”, pero en el segundo puede que consigamos un grado de coincidencia que permita establecer las bases sobre las que progresar.

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